12.6 C
Tijuana
miércoles, febrero 21, 2024
Publicidad

¿A quién recurrir?

No basta que te dejen en ceros. ¿Quién revisa tu caso entonces?

Ante la impotencia, y después de haber sido burlada la seguridad del banco HSBC, donde guardé por muchos años mis ahorros, el finiquito después de la decisión de jubilarme y los pagos de la pensión, me encuentro actualmente en ceros.


Publicidad


Sí, amable lector, en ceros. Se llevaron todo mi dinero del banco HSBC, hasta de la cuenta de los fondos de inversión, donde se supone que nuestros recursos económicos están más seguros. No obstante, a meses de las negativas del banco por devolverme lo que es mío y que no tuvieron la certeza de resguardar con toda seguridad, esta institución financiera ahora me cobra una comisión anual por 6,380 pesos, disque por ser cliente “premier” y no mantener el mínimo requerido de 750,000 pesos para estar en esta categoría.

Y yo me pregunto: ¿Qué no dejé de serlo al momento del despojo de mi dinero? Ahora bien, han transcurrido ocho meses del fraude y ni la srita. Carolina Guzmán Huerta, asesor financiero, ni el C. Omar Juárez, gerente de HSBC sucursal 0134 Jauja, me proporcionaron información al respecto de la anualidad de la tarjeta de crédito, a sabiendas de mi caso y omitiendo información que me haría tomar la decisión de seguir utilizando o no dicha tarjeta de crédito.

¿Por qué no darme toda la información? ¿Por qué no anticiparme de este pago tan elevado? ¿Por qué no advertirme?


Publicidad

 


Yo no tuve cabeza por mucho tiempo. Luego de enterarme de mis cuentas en ceros, caí en una depresión fuerte y estadios de ansiedad; fueron demasiadas noches en vela, al saberme despojado de mi dinero, de renegar una y otra vez ante tanto que hubiera podido realizar con ello… pero el “hubiera” no existe.

Estas cosas también te dañan, te enferman. ¡Sí! Te enferman el cuerpo, la cabeza, el corazón. ¡Porque te duele! Es mucha la impotencia.

Y sí, estoy cansada. Cansada de contestar y decir a familiares y amigos que estoy bien, cuando no lo estoy. Necesito ayuda. Así las cosas: no cuento con ese dinero para pagarle a HSBC; son aproximadamente 800 pesos al mes que -no por mi causa y sí por la suya- ahora enfrento en estas circunstancias.

En mi puesto, donde laboré por tantos años, omitir información es algo muy delicado; más aún, en una institución financiera de servicio público no debe faltar la inconformidad ante el banco. La manifesté al gerente a través de un escrito similar a este, el cual no me recibió, pero sí me rechazó.

¡Ya basta HSBC! ¡Basta! Ya no veo lo duro, sino lo tupido; tengo mucha impotencia y coraje. Ya estuvo bueno. ¿A quién alzo mi voz? ¿Quién puede escucharme?

En el banco levantan la aclaración, queja o solicitud por medio de un número de folio… ¿y de ahí en más quién te atiende? ¿Quién te atiende, si son máquinas las que te contestan, si “es el sistema, que así está programado, si “no es aquí donde se da respuesta, sino desde la Ciudad de México”?

Entonces… ¿a quién recurrir?

Protesto lo necesario.

 

Atentamente,

Sra. Anna María M.

Tijuana, B.C.

Autor(a)

Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez Carlos Sánchez CarlosSanchez 36 carlos@zetatijuana.com
- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas