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viernes, febrero 16, 2024
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La magia de la política

Desde que yo recuerde, hemos tenido presidentes, gobernantes y alcaldes que han sido más magos que la industria del cine de Walt Disney. Políticos entallados de David Copperfield y John Milton, que hablan en sueños, contando su fortuna (ojo, “Kiko” Vega); embarazadores de urnas a favor de un partido que nació en 1929.

La magia de la política ha alcanzado al mundo de la farándula y ha convertido a actores y actrices en diplomáticos; aunque estos desconozcan tal mundo político, el chiste es llegar y aguantar tan solo para cobrar el mágico sueldo mensual que devengan sin merecerlo. Como las hadas, así se las gastan y actúan los oportunistas: una varita mágica, una lluvia de nieve, y ya tienen partenones, ranchos y autos, sin olvidar los “depas”.


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En el país han desfilado un sinnúmero de políticos colmilludos, que quizá pidieron clases de los estudios universales (cómo ser político y hacerse rico sin que lo noten) y les llegó un manual, la guía “Walt Disney Mexican”, no sin antes tomar unas clases en Orlando, Florida, y treparse a la rueda de la fortuna. Así, divisar desde arriba y sentirse en las nubes cuando hayan logrado su objetivo, para contemplar y soñar con una vida y futuro asegurados —por haber llegado hasta allí por el amigo, compadre, dedazo, por el presidente o vía plurinominal—. La magia de la política nos la han puesto desde Gustavo Díaz Ordaz hasta el tórtolo de Enrique Peña Nieto, dos expresidentes mágicos que dejaron al país al borde del colapso financiero. Ya no debemos dejar que suceda todo esto; hoy el pueblo está más consciente.

La política es la rama de las ciencias sociales que se ocupa de la actividad en virtud de la cual, la sociedad libre, compuesta por personas libres, canaliza el orden, en todos sus aspectos, de un pueblo que necesita apoyo y ser guiados para un mejor vivir social; viene del griego antiguo y del latín políticus. Con la llegada de AMLO, ya no habrá magia, más que trabajar honestamente; el pueblo desapareció la mentira mágica, deseada por políticos que se hacían ricos y millonarios con la magia del robo, traición, huida e impunidad.

 


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Leopoldo Durán Ramírez

Tijuana, B.C.

Autor(a)

Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez Carlos Sánchez CarlosSanchez 36 carlos@zetatijuana.com
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