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Tijuana
jueves, febrero 15, 2024
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Ese rostro

Su rostro delicado me estremeció.

Su rostro manchado de polvo, tierra, saltaba a mi vista.


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Su rostro me decía el sufrimiento que pasaba,

ningún transeúnte figuraba en la orilla del camino.

Ese rostro indicaba la crueldad del tiempo,


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pero más la inhumanidad del hombre orgulloso.

 

Ese rostro, desbaratado, accidentado, sangrado, golpeado, humillado.

Rostro sin rostro que es o parece ser, pero se duda que sea.

Ese rostro que clama desde el rincón, desde allá a lo lejos, donde nadie quiere voltear a ver; donde nadie se detiene para acercarse a limpiar, lavar, sanar, bendecir, acariciar, desempolvar. Donde nadie, ni el pobre, rico, santo ni maldito lo ven.

 

Ese rostro… ese rostro… ese rostro… no, no es uno, son muchos; muchos que están donde no, donde no queremos ver.

Ese rostro está sentado, de rodillas, acostado, pidiendo a gritos para ver y haber cuándo nos acercaremos a darle una gota de agua para su intensa sed; ponerle la palma de la mano para cubrir su frente; cuándo le daremos un maíz para su hambre; una bola de algodón para abrigarse; un pedazo de papel para que se exprese.

 

No sé, no sé. Ese rostro me estremeció, allá, allá muy lejos,…acá, aquí muy cerca de mi Ser.

 

Jaime A. Aparicio R.

Tijuana, B. C.

Autor(a)

Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez Carlos Sánchez CarlosSanchez 36 carlos@zetatijuana.com
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