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miércoles, febrero 21, 2024
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En BC no hay justicia para los enfermos

Al detectarse un cáncer facial sumamente

raro,Verónica pasó cinco años tratándose,


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pero el mal no cedió; ahora suma otros dos

años en un proceso legal que parece no

acabar, tiempo que en los tribunales no han


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podido sensibilizar lo necesario al tribunal

familiar para abocarse a la resolución de su

divorcio y la distribución de bienes que le

corresponden por derecho

Una madre con cáncer incurable enfrenta la incertidumbre del Juzgado Primero de lo Familiar en Ensenada, que no ha podido resolver un caso de divorcio y distribución de bienes patrimoniales debido a la gran cantidad de trámites, pruebas y audiencias por “desahogar” previo a dictar una sentencia.

Verónica padece de melanoma de mucosa, enfermedad que inició en julio 2011, cuando detectó una mancha oscura dentro de la fosa nasal derecha; este tipo de melanoma solo se da en el 1 por ciento de los pacientes, se origina en la piel y va consumiendo los tejidos hasta los huesos, hasta desfigurar la cara.

El primer diagnóstico fue mortal, con una expectativa de vida de 24 meses.

A pesar de que el esposo cuidó de ella los primeros dos años (2013), la relación se deterioró hasta la ruptura, cuando éste solicitó el divorcio basado en la nueva disposición de la Suprema Corte de Justicia, la cual permite disolver el matrimonio sin “expresión de causa”.

Verónica contó cómo tras 15 años de unión, un día él la corrió de la casa y lanzó sus pertenencias a la casa de otro familiar. La dejó sin dinero y tuvo que pelear el seguro médico, como también la custodia del hijo.

Según documentales, el cúmulo de bienes en poder del esposo se resume en dos viviendas, dos departamentos en una de las colonias de mayor plusvalía en Ensenada, otra casa en Cancún, Quintana Roo, así como una cuenta de banco en Estados Unidos.

El hombre labora en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), con un sueldo fijo; el abogado defensor elaboró un contrato de divorcio donde dejan a Verónica sin bienes, garantizando solo una pensión.

 

Justicia tardía es injusticia

Tras quedar prácticamente en la calle, la mujer consiguió ayuda legal pro bono, con el abogado José Julio Santibáñez, quien describió cómo el caso llegó a su despacho por referencia de una cliente y, cuando se enteró del problema, le impactó, sobre todo la parte legal.

“No dudamos en ofrecerle apoyo, sobre todo un paquete de peticiones urgentes por lo apremiante de su salud y la necesidad de que el sistema de justicia pudiera otorgar una tutela efectiva para alguien con enfermedad terminal”, alegó de entrada.

En el par de años del proceso no han podido sensibilizar lo necesario al tribunal familiar para abocarse únicamente a la resolución del asunto.

“Sería lamentable que la enfermedad caminara más rápido que la justicia”, comparó el defensor de Verónica, agregando que este retraso no solo es una injusticia, sino que resulta mortal.

Detalló lo alcanzado hasta el momento, donde el tribunal suspendió la orden de cancelar el seguro de gastos médicos mayores, así como el  servicio médico por parte del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), “sin embargo, el fondo del asunto no solo son las medidas adicionales o accesorios, sino de forma definitiva el divorcio, custodia, pero sobre todo los bienes que como lo estipula la Ley, le corresponden”.

En un ejercicio comparativo, “nos acostumbramos a que un juicio dure un par de años, pero no debiéramos conformarnos con eso, sino empujar a que el tribunal resuelva el asunto en meses. Aunque pudiera sonar ideal, o hasta utópico, tenemos las condiciones para que este tipo de casos se resuelva a en un par de meses, porque es frustrante que estemos luchando por lograr la justicia y que (Verónica) no alcance a verla, eso sería muy frustrante”, consideró.

Santibáñez no está de acuerdo en que todo acto se deba legislar, sino que en éste, como en el resto de los casos donde personas con una enfermedad irremediable están siendo afectadas, el tribunal tiene obligación de ponerse en el lugar de la víctima.

“En este aspecto se requiere de comprensión por parte de la autoridad, cuando una persona tiene una enfermedad terminal o que implique pueda morir; ya con ese solo hecho acreditado debería ser suficiente para un juez con capacidad y decisión muy humana resuelva un asunto rápido para un par de meses”, opinó.

La vida -agregó- “es un valor con la cual no podemos dudar en saber si impartimos o no, en una emergencia en un hospital se actúa, porque de lo contrario, el paciente fallece y en este asunto no es diferente”.

 

Enfermedad y abandono

El cáncer que padece Verónica es sumamente raro. Hace más de cinco años, mientras depilaba zonas de su cara, detectó un punto negro dentro de la fosa nasal; meses después acudió con un médico.

De entrada los otorrinolaringólogos no conocieron el mal, pero después de un análisis determinaron que no era hongo, bacteria, mucho menos un virus; entonces le practicaron una biopsia que resultó positiva a ese mal.

La primera cirugía en Ensenada fue decepcionante, pues no estuvo presente el oncólogo y removieron solo una mínima parte de la zona que podía propagar la enfermedad, es decir, cinco milímetros de tres centímetros que había que retirar para evitar la propagación.

Los doctores le han retirado material o tumores en encías, paladar, ganglios, la nariz en su totalidad, el hueso alrededor del ojo derecho, que han producido una deformación facial severa.

Está documentado que el padecimiento no se combate con quimioterapias y radiaciones, no obstante se enfrentó a 55 sesiones de radioterapia en seis semanas. “Estuvo dura la pelea, aunque desafortunadamente no desapareció”, compartió Verónica vía telefónica.

La mujer ha sido tratada con un seguro de gastos médicos mayores que brinda el CICESE a los trabajadores, y que le ha dado esperanza, pues los mismos oncólogos se han sorprendido por la manera en que ha superado el tiempo de vida previsto.

Las últimas noticias del médico indican que la enfermedad se acerca al cerebro, pero ya no hay alternativa, es demasiado riesgo someterse a radiaciones, al ser un área sensible.

 

Maraña burocrática de un divorcio 

El 27 de enero de 2016 se notificó a Verónica de una demanda de divorcio en su contra por su esposo.

Los abogados lograron medidas cautelares como una pensión alimenticia provisional a favor de ella y el hijo, que se ordenara a ISSSTE y GNP Seguros abstenerse de cancelar o anular el carácter de beneficiario,  inscripción de la demanda en el Registro Público de la Propiedad, un vehículo y  asegurar las rentas que recibían de dos departamentos.

En resolución dictada el 8 de marzo de 2016, la juez admitió la contrademanda intentada y ordenó notificar personalmente, pero pasaron dos meses para que llegara el documento.

Asimismo, en esa resolución la juzgadora concedió las medidas cautelares solicitadas, quedando pendiente lograr su exacto cumplimiento, entre ellas, una pensión alimenticia provisional del 20 por ciento de los ingresos laborales a favor de Verónica (equivalentes a la cantidad promedio de 6 mil 649.90 pesos mensuales, 10% por el hijo, de 3 mil 324.95 pesos al mes).

 

Posteriormente, el hombre respondió el 17 de mayo de 2016 en una contrademanda, donde argumenta que pese a la enfermedad incurable de la esposa, ésta debe trabajar, además, ya no rentaba los departamentos y la acusó de abandonar el domicilio conyugal, de donde él la echó.

El 29 de junio de 2016 se dictó resolución, señalando una audiencia conciliatoria un mes y diez días después, a la que no llegaron a un acuerdo. El 9 de septiembre se ordenó abrir el periodo de ofrecimiento de pruebas y fue hasta el 27 de enero de 2017 que se dictó resolución.

A la fecha el CICESE no ha reconocido ante el Juzgado su obligación de mantener vigente el Seguro de Gastos Médicos Mayores contratado con GNP Seguros, sino que ha indicado que no es la autoridad competente para ello, abonando a la inseguridad que embarga a Verónica.

Aunque el menor vive en la Ciudad de México con la madre, no le han depositado lo correspondiente a la pensión.

 

Apatía y desconocimiento

Laura Elena Arbide Jiménez, presidenta de Grupo Reto Ensenada, que ofrece apoyo a mujeres con cáncer, informó es más común que un hombre deje a la mujer durante el proceso de la enfermedad, incluso a los hijos los dejan desprotegidos.

“Cuando la pareja abandona a la mujer, y en otros casos donde los hijos son los que abandonan, es una falta de educación y de conocimiento porque hay mucho que compartir con la familia en estos momentos”, indicó.

Como parte de los trabajos que en la asociación civil ofrecen a esas mujeres, están las consultas inmediatas, terapia psicológica y tratamientos alternativos para sobrellevar la enfermedad.

 

En Ensenada no hay clínicas ni justicia para Verónica

La juez Gloria Ptacnik, quien lleva el caso en el Juzgado Primero, mencionó que desde un inicio el Juzgado tomó las providencias necesarias y no dudó en resolver de inmediato, al haber una mujer enferma de por medio.

“Hay que atender a cada caso en particular, en cuanto a la señora que se presentó, me expuso su situación y de inmediato decretamos la pensión, inclusive por urgencia”, describió.

De igual manera se asumió el compromiso de que si para la siguiente audiencia, que se desarrollará en un par de semanas, ya están las pruebas desahogadas, habrá una sentencia inmediata.

Sobre los bienes, comentó, atenderán al derecho que tiene la esposa de una indemnización conforme al Artículo 279 fracción Bis del Código Civil, que establece el derecho hasta un 50% cuando la cónyuge se dedicó preponderadamente al hogar y al cuidado de los hijos.

“Si decretamos la disolución del vínculo matrimonial tendríamos que atender si procede o no esa precisión”, aclaró.

Sobre el pago de las rentas, la juez respondió han hecho exhortos y girado los oficios necesarios para que se le deposite directamente en la cuenta de la cónyuge el dinero mensual, sin embargo, han hecho caso omiso a esa orden, por lo cual serán insistente en que se cumpla.

Además de procurar la conciliación, no se dejará de lado el hecho de que el menor tiene derecho a recibir terapia psicológica, acción que determinará para que se atienda en Ensenada o la Ciudad de México, donde radica.

El historial clínico de Verónica es largo, pues en cinco años ha entrado al menos siete veces al quirófano y desde 2016 vive en la capital del país, “porque en Ensenada no hay nada qué hacer”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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