El egoísmo de los criminales y su “cultura de la muerte” son los causantes de la crisis que ha provocado más de 270 asesinatos en Tijuana en 2017, lamentó el arzobispo de Tijuana, Francisco Moreno Barrón.
El católico instó a la sociedad a participar en el combate al crimen, bajo el argumento de que la construcción de la paz es “tarea de todos”.
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Mientras el religioso transmitía dichas palabras en un evento católico anual la mañana de hoy domingo 19 de marzo buscando la paz, el Ejército Mexicano custodia los “puntos rojos” de comisión de delitos en la ciudad.
La marcha culminó con Misa en el Auditorio Municipal
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“Sigue reinando el egoísmo en muchos corazones, afortunadamente también hay muchas gentes que luchan por sembrar valores contra esas corrientes que con su cultura de la muerte y violencia, están dañando a nuestra comunidad”, dijo a ZETA.
Cabe destacar que Moreno Barrón omitió comentar acerca del actuar de las autoridades en procurar la paz para sus gobernados.
La actividad de hoy constituyó la décimo séptima marcha “Por la vida, la paz y los migrantes”. Inició poco después de las 07:00 horas en la intersección del bulevar Cuauhtémoc Norte y Aeropuerto, justo a la altura de la colonia Libertad junto al muro fronterizo.
Las actividades iniciaron en el muro fronterizo
Ahí, el arzobispo destacó la labor de la Iglesia Católica para en la atención de los migrantes, tanto a los mexicanos repatriados de Estados Unidos como al advenimiento de miles de extranjeros, que buscan, precisamente, llegar a la nación de las barras y las estrellas.
Según él, la dignidad debe ser buscada por el gobierno, mediante el apoyo a las organizaciones civiles que han tomado la batuta en bienestar de personas vulnerables de manera permanente.
“Sin duda alguna: hace falta que nuestras autoridades destinen un presupuesto conveniente para que se dé cauce a esta realidad que nos va desbordando, que pase del discurso a la acción”, apuntó.
En el lugar, y recorriendo varios metros con una cruz en mano en representación del calvario migrante, Moreno Barrón se dolió “por el egoísmo en el corazón humano que ha ido levantando muros que pretenden confrontarnos, cuando necesitamos fraternidad para vivir en paz”.
Poco más de 5 mil personas asistieron a la XVII Marcha por la vida, la paz y los migrantes.
El sufrimiento de los migrantes y la desintegración de sus familias formó parte de la plegaria católica.
Posteriormente se trasladó al ex Toreo de Tijuana en el bulevar Aguacaliente, desde donde orientó una marcha dirigida al Auditorio Municipal, donde ofreció una misa.
En el recorrido hecho por miles de católicos, participaron vehículos alegóricos de personajes y situaciones bíblicas, y grupos que promueven valores católicos, principalmente en contra del aborto.
