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jueves, febrero 15, 2024
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La docena trágica 

Ése fue el mote que los gobiernos neoliberales de México; la academia económica del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y; los periodistas e intelectuales orgánicos, le endilgaron a los doce años gobernados por Echeverría y López Portillo. La argumentación principal para el duro calificativo, fue la devaluación del peso que después de muchos años de estabilidad monetaria sufrimos los mexicanos, primero, de 12.50 a 19 pesos por dólar en la parte final del gobierno de Echeverría, y durante el sexenio de López Portillo hasta 77 pesos, también; porque en la segunda parte de ese sexenio la inflación se desató y se expropió la Banca.

Lo que soslayaron siempre los detractores de ese periodo fue que la obra pública destinada al desarrollo nacional fue la más importante que se hubiese desarrollado jamás en nuestro país; que el crecimiento económico fue del 6% y se impulsaron las dos industrias que, con mucho, más recursos económicos le acercan al país (petrolera y turismo).


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Veamos: con Echeverría, sin exportar petróleo, se construyó la carretera Transpeninsular; el drenaje profundo de la Ciudad de México; los puertos de altura Lázaro Cárdenas, Las Truchas y puerto Madero; Cancún; se dotó de instalaciones universitarias a la mayoría de los estados de la República, así como de una red de carreteras y aeropuertos sin precedente; se fundó el Infonavit; se instrumentó la política pública más importante de la historia de México con el lema de la familia pequeña vive mejor. Y, lo más importante, se multiplicó el territorio nacional cuando, con su activismo internacional a favor de los países con economías emergentes, fue pieza fundamental en el reconocimiento de la zona económica exclusiva o mar territorial, espacio en el que años después se explotó nuestra riqueza petrolera. En el caso de López Portillo se desarrolló la industria petrolera de exportación mexicana y se continuó con grandes obras, pero fue sorprendido por una crisis económica que derrumbó los precios de los productos que América latina producía. En nuestro caso, la crisis se recrudeció debido al endeudamiento en el que incurrimos para desarrollar nuestra industria petrolera, en auge después de que los países árabes decidieron no venderle petróleo a Occidente por el apoyo brindado a Israel durante la guerra de Yorm Kippur. Cuando la relación con los países musulmanes se restableció los precios del petróleo se derrumbaron, dejándonos sin dinero para pagar las deudas y sin posibilidad de adquirir nuevos créditos.

Pero veamos las cosas con la perspectiva que los años nos permiten. Aquella docena fue demonizada por devaluar la moneda a una razón de 5.50 por año, los gobiernos neoliberales que se jactaron de saber cómo corregir el entuerto: recibieron el peso a 77 pesos por dólar y 34 años después lo han devaluado hasta la estratosfera a cifra de 19000 pesos por dólar, a una razón  de 558 pesos por dólar por dólar por año. Lograron contener la inflación, pero el remedio resultó peor que la enfermedad, pues el desempleo generó una diáspora Mexicana de migrantes a EU en búsqueda del sustento que aquí no encontraron; lograron también multiplicar los ejércitos de la delincuencia organizada al pagar ésta, los salarios que ni la industria ni el campo mexicano pagan; se agigantó la desigualdad económica, y los servicios públicos como el educativo disminuyeron en calidad e infraestructura; la banca regresó a manos privadas pero generando los más altos costes que un ciudadano del mundo pague por su uso.

Pero hay más datos alarmantes que pueden identificar la verdadera docena trágica: durante el gobierno de López Portillo el país recibió 55000 millones de dólares por concepto de renta petrolera, los gobiernos priistas sumaron 270000 millones y los 12 años de gobiernos panistas 470000 millones de dólares de renta petrolera. El tamaño del desperdicio de los recursos petroleros en las administraciones panistas es monstruoso: juntas, todas las administraciones priistas, recaudaron apenas la mitad de millones de dólares que recaudaron las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón, con el agravante de que los gobiernos panistas dilapidaron nuestra riqueza, pues no es posible encontrar una sola obra importante que apuntale nuestro desarrollo y sí un mar de lágrimas y sangre detonada por los errores y la corrupción desarrollada durante esos doce años. La verdadera docena trágica sin duda es azul.


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Jesús Alejandro Ruiz Uribe fue dirigente del PRD en Baja California, ex diputado local por el mismo partido y actualmente es Rector del Centro Universitario de Tijuana en Sonora. Correo: chuchoruizuribe@gmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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