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viernes, febrero 23, 2024
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El nuevo General (Es hora, gobernador)

Adolfo Domínguez Martínez, General de División Diplomado del Estado Mayor, y desde el miércoles 4 de mayo, Comandante de la II Región Militar con sede en Mexicali, pero con facultad en los Estados de Sonora, Baja California y Baja California Sur, no es nuevo en la entidad.

El General Domínguez sirvió en la II Región Militar cuando el Comandante era el General Sergio Aponte Polito, es decir, en la época más difícil de inseguridad para Baja California, producto de la guerra entre los narcotraficantes integrados al Cártel Arellano Félix y al Cártel de Sinaloa que peleaban el terreno para el trasiego, distribución y venta de drogas.


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Muchos bajacalifornianos recordarán cómo a la llegada de don Sergio Aponte, la ciudadanía comenzó a denunciar los delitos de los cuales eran testigos. Como también es inolvidable la campaña que inició con el grito de “Nosotros sí vamos”, donde de manera directa, el General hacía alusión a la corrupción que caracterizaba -y otra vez ahí vamos- a las corporaciones policíacas locales que no acudían a los llamados de emergencia y denuncias de la sociedad, por estar inmiscuidos en los delitos, corrompidos por los narcotraficantes, o siendo omisos por incapacidad.

En la primera semana de la activación de correos electrónicos con el prefijo “nosotrossivamos”, y la propagación de números telefónicos para denuncias anónimas, fueron miles las alertas que se recibieron en el Ejército. De ahí se desprenderían una serie de operativos que terminaron con aprehensiones y aseguramiento de armas y drogas, así como la liberación de secuestrados.

Si bien es cierto, de 2007 a 2010 se tuvo  una de las épocas más violentas para Baja California, también fue de donde surgió el modelo para el Mando Único. En aquellos años, el gobernador José Guadalupe Osuna Millán concedió al General la facultad para ser el coordinador de las fuerzas y combatir al narcotráfico y el crimen organizado.


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Hace unos días, un tanto hablando de más -cosa que le sale muy bien y frecuentemente-, el General Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, declaró que “el Ejército no regresaría a los cuarteles”, mientras las corporaciones civiles no estuviesen debidamente capacitadas. De hecho, justificó que lo aprendido en el combate a los criminales había sido en el sexenio anterior, en lo que fue la cruzada de Felipe Calderón Hinojosa como Presidente de la República, la llamada “guerra contra las drogas”.

Contradictorio el General, dado que lo primero que hizo el Presidente Enrique Peña Nieto al tomar posesión fue precisamente regresar a los soldados a los cuarteles, disminuir los patrullajes del Ejército, eliminar retenes y borrar toda prueba de la guerra contra las drogas.

Pero igual, si hubo un no anunciado cambio de estrategia, Cienfuegos ya dio por hecho que el Ejército sigue y seguirá en las calles.

En tal condición, accionar su estrategia en Baja California no le será tan difícil al General Adolfo Domínguez Martínez, especialmente considerando que trabajó en Baja California en la peor época de la inseguridad producto del narcotráfico, pero que fue la mejor fase de la coordinación entre policías, Procuraduría, secretarías de Seguridad y Fuerzas Armadas.

O sea, si hacemos caso al General hablador, y asumimos que el Ejército sigue en las calles, y consideramos que el nuevo General en la II Región sabe trabajar con esa presión de la narco guerra, sólo haría falta un gobernador dispuesto a apoyar la coordinación, darle la confianza al General Domínguez para encabezar en lo operativo a todas las fuerzas locales, y la facultad para convocarlos y coordinarlos, y ya. En esa condición, se podría iniciar la estrategia de seguridad que a Baja California le hace falta en estos momentos para contener la inseguridad y violencia que, por ejemplo, ha ubicado a Tijuana como una de las ciudades más inseguras, al contabilizar más de 250 ejecuciones en lo que va de 2016.

El General con experiencia ahí está, la declaración de que el Ejército sigue en las calles, ahí está. Sólo nos falta que el gobernador Francisco Vega de Lamadrid, aterrice su realidad en la realidad de los bajacalifornianos, tome como serias las declaraciones de sus colaboradores de que tres cárteles convergen en Baja California (Arellano Félix, Sinaloa, Jalisco Nueva Generación), se preocupe por el incremento de ejecuciones, y se comprometa a cumplir con su obligación de brindar seguridad y tranquilidad a los gobernados, para que esto funcione de nueva cuenta con una coordinación real.

Iniciar reconociendo como mando coordinador al General Domínguez, sería un buen primer paso, seguido de una depuración en las corporaciones municipales y estatales, lo que resulta          ideal -particularmente al mando de seguridad en Tecate, que desde el 19 de febrero, el alcalde César Moreno dijo removería-.

Ojalá el gobernador Francisco Vega se decida, antes que la cosa -dijera Sabina- se ponga muy fea.

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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