Liberado es poco. Se siente satisfecho de haber terminado. Toma inspiración y se relaja: “Haz de cuenta pues que te quitas una losa grandotota de los hombros, y se la voy a dar a Kiko Vega”. Pero no todo va a cambiar. José Guadalupe Osuna Millán tendrá “de por vida” guardaespaldas que se encarguen de cuidarlo. Al menos durante un tiempo el gobierno le dará tres automóviles de escoltas: “Luego irá disminuyéndose gradualmente”, pero no. No se siente amenazado, dice. Aunque termina aceptando: “Uno nunca sabe”. Con tres millones y medio en la bolsa más, en seis años (asegura que son “los ahorros” como gobernador), se dedicará a la economía aplacada, al comercio, específicamente a los abarrotes al medio mayoreo. De hecho, Osuna ya tiene clientes y productos. Por lo pronto distribuirá “tostadas, algunas botanas y carbón”, a unos 300 potenciales compradores. Se jacta de su gobierno, de sus obras, de la trasformación de Baja California. Por ejemplo, y para no abundar, en el Hospital General de Tijuana, que argumenta, está “mejor equipado y atendido que el Hospital Ángeles”.
Se le intenta explicar con gestos que el hospital está saturado. Pero Osuna tiene para todo una respuesta: “¿Sabes por qué?, porque es gratis… todo mundo quiere ir ahí… y hasta de la clase adinerada”. Éste es el gobernador saliente. El que en sus últimos días como mandatario, se dedicó a descolgar cuadros y guardar recuerdos en cajas. A desalojar su puesto que le costó seis años a la historia de Baja California. Mientras las oficinas de gobierno las desocupó el miércoles 30 de octubre, la residencia oficial la entregó el viernes 25 del mismo mes. Ayer jueves 31 dejó el celular oficial y acudirá a tramitar uno nuevo y personal. A propósito, se le recuerda que el viernes 1 de noviembre de 2013, ya no le sonará el teléfono todo el día, reflexiona: “Lo que yo añoro y extraño es la tranquilidad, esto es de mucha intensidad, de mucha presión, hay que saber trabajar bajo presión. Yo me acuerdo cuando (Ernesto) Ruffo me contrató, le preguntó a Víctor Hermosillo, ‘oye, ¿y ese gordito sabe trabajar bajo presión?’. ‘Sí, sí sabe’, dijo”. Recuerda cómo en 2008, elementos del crimen organizado lo amenazaron de muerte, “no recuerdo la organización, me dijeron ‘me las vas a pagar en el Grito de Independencia’. La Procuraduría me advirtió que habían dejado un video y unos recados dirigidos a mi persona”. Los responsables, respira tranquilo, “ya están detenidos”. — ¿Por qué no cambió al procurador?, cuestiona ZETA al ahora ex mandatario estatal. “Es un área difícil, de desgaste, yo creo que Rommel (Moreno Manjarrez) la enfrentó bien. Yo creo que Rommel tiene atributos, el principal atributo es un hombre honrado, igual Daniel de la Rosa”. — ¿Pero no cree que faltó en judicializar casos contra el crimen organizado, o por ejemplo contra Jorge Hank Rhon, que tuvieron en las manos y, como dicen, lo dejaron ir? “No es una cosa sencilla hablar de sospechas, de hechos, de pruebas que no son fundamentales, pues a veces no tienes éxito”. — Hay casos como el de Hank, fue uno de los presos que estuvo detenido durante su gobierno e investigado por su Procuraduría, y hoy se sabe, ha inferido en la organización del gabinete del próximo gobernador. ¿Qué opinión le merece esto? “Son diversas lecturas, lo que yo creo es que el gobernador (Francisco) Vega de Lamadrid está haciendo un gobierno plural. Yo tuve priistas en mi administración, no creo que haya ningún acuerdo”. — ¿No esperaba Usted una invitación del ex Presidente Felipe Calderón? “La tuve, pero no pude yo aceptarla por la circunstancia que se vivía en el estado”. — ¿A qué área? “Un área de política”. — ¿Estamos hablando de la inseguridad? “Estamos hablando de la política, la inseguridad y de muchas cosas más”. — Aparte de terminar el proceso para su maestría del Instituto Politécnico, en términos económicos ¿de qué va a vivir? “Voy a vivir de mi profesión, haciendo estudios socioeconómicos de factibilidad financiera, asesorando empresas. Nosotros tuvimos, mi hermano y yo, que cerrar las tiendas de abarrotes que teníamos, y ahora me voy a dedicar… ya me estoy dedicando al comercio del medio mayoreo”. — ¿Para abarrotes? “Sí, andamos vendiendo ahora tostadas, algunas botanas y carbón, son ahorita los tres primeros productos, después voy a buscar más líneas de productos, ya tenemos visualizados cerca de 300 clientes potenciales, y a eso me he dedicado toda mi vida”. — ¿Va a recuperar alguna de esas tiendas que vendieron o rentaron? “No, eran de mi hermano y mío, que somos socios al 50 por ciento, van a seguir operando esa empresa que entró”. — ¿Pero esas tiendas las rentó a Oxxos?
“Sí, hay ocho tiendas rentadas a Oxxo de las diez que teníamos, y ocho pagan una renta mensual por el arrendamiento de las tiendas”. — ¿Alguna aspiración política, alguna candidatura? “No, falta mucho tiempo, me han hablado que senadurías…”. — ¿El Partido? “N’ombre, pues hay muchos competidores, está Josefina, Cordero, Madero, el ex gobernador Oliva, y la verdad es que yo creo que el PAN necesita reencontrarse con sus principios, no se ha podido superar la pérdida del poder político”. — ¿Y de acompañamiento con algunos de los aspirantes? “Pudiera ser, andan buscando algunos”. — ¿Quiénes? “(Ernesto) Cordero quiere platicar conmigo, Josefina (Vázquez Mota) quiere platicar conmigo, algunos gobernadores han platicado conmigo, pero yo no tengo ninguna intención por ahora por meterme a un rollo de esos, que es muy desgastante. Tengo deudas con mi familia”. — Su hermano se queda en la administración pública. “Pues es una decisión de él, yo no tengo nada que ver”. — Después de la campaña, el gobernador electo se tomó un mes de vacaciones porque dijo se lo merecía por tanto desgaste, a Usted, después de seis años de gobierno, ¿cuánto le correspondería tomando esta referencia? “Yo me tomaré el tiempo necesario para estar con mi familia, con mis hijos, con mi nuevo nieto, que me trae entusiasmado, de mi déficit que tengo con mis hijos y con mi familia”. — ¿Qué extrañará de ya no ser gobernador? “Qué iré a extrañar… pues la intensidad, las llamadas en las noches, las madrugadas, pero no extrañarlos con melancolía. La verdad es que sí me siento satisfecho, y la verdad sé que me espera una mejor vida en los próximos días, haz de cuenta pues que te quitas una losa grandotota de los hombros, y se la voy a dar a Kiko Vega”. — ¿Y si hubiera reelecciones? “Qué bueno que no hay”. — ¿Le gustaría ser nuevamente diputado federal? “No, ya no, ahorita ya no”. — ¿Pluri? “A lo mejor pluri”. — ¿Tiene más dinero que hace seis años, cuando asumió el Gobierno de Baja California? En sus cuentas de banco… “Sí, como tres millones y medio de pesos, que fueron producto de mis ahorros como gobernador, la cuenta es pública, está en el internet, y ahí está la modificación de mi patrimonio. Y está ahí la suma de mis activos”. — ¿Propiedades son las mismas, o también tiene más propiedades?
“De las ventas de los terrenos, sí se adquirieron tres terrenos más en sociedad con mi hermano. Yo no vine a hacer dinero en el gobierno, el salario que legítimamente me gané, aunque hay algunas posiciones que dicen que 130 mil pesos, para algunos sí lo es”. “Me siento satisfecho” A unas cuantas hora de dejar el cargo, las oficinas lucen literalmente vacías, afuera nuevos funcionarios recorren los espacios para presentarse ante el personal de la Oficina del Ejecutivo. Adentro, José Guadalupe Osuna Millán prepara sus cosas, su despedida. La sala principal ya no tiene cuadros en la pared de fondo. Un auxiliar llega con una caja de cartón y Osuna Millán empieza a acomodar algunos libros, un sombrero, más libros. Muestra el teléfono rojo -el de las llamadas presidenciales y de secretarios de Estado, gobernadores-, echa una mirada a lo que fue su escritorio durante los últimos seis años. “Me siento satisfecho y contento, cuando das tu mejor esfuerzo en una altísima responsabilidad como lo es ésta, solamente diez personas han sido gobernadores constitucionales en el estado, hasta este momento, y tres gobernadores han sido sustitutos…”. ¿Tiene algo de que arrepentirse? “No, la verdad no. De las decisiones que yo tomaba, y mi estilo siempre fue el tomar decisiones colegiadas, nunca trabajé de manera personal, siempre discutía, preguntaba cosas. Al inicio de mi gobierno yo fui a platicar en un par de ocasiones con Don Milton Castellanos, con (Eugenio) Elorduy, con (Alejandro) González Alcocer, con Ruffo muchas veces, sobre decisiones difíciles. Tomaba siempre decisiones colegiadas, así que de ninguna me puedo arrepentir…”, confiesa. Mejor, dice, disfrutará otro contexto: “Voy a disfrutar ahora mi vida de ciudadano y me voy a reencontrar con mis hijos, tengo un hijo que llegó aquí de niño y ahora es adolescente y requiere mucha atención, voy a encontrarme con mi primer nieto. Estoy expectante por ver cómo voy a regresar a lo que añoro, lo añoro porque no tienes privacidad con los escoltas, en lo absoluto. Siempre estás en una caja de una vitrina. Me criticaron diciendo que ‘santo que no es visto, no es adorado’, porque no me veían socializando, pero ese poco tiempo que tenía, acostumbraba a ir a comer a mi casa”. De su nivel de vida como político, como ciudadano refiere: “Hay quienes se van con la finta de que la política tiene mucho de glamour, porque muchos políticos viven de las luces de la fama pública, pero yo creo que es una careta que se cae muy fácil. Yo fui mucho más modesto, quizá esté mal decirlo, pero uno de los valores que tengo de familia es ser humilde. Nadie conocía mis hijos, no fueron de la vida pública, ni mis hermanos, ni escándalos. Hubo plena conciencia del papel”. Los tres momentos más difíciles de su gobierno: – “Del 2007, 2008 y parte de 2009, donde el 80 por ciento de mi tiempo lo ocupaba el tema de seguridad pública, fue un momento difícil que pudimos enfrentar por el camino correcto: el restablecer la paz y el orden en Baja California”. – “La pérdida de la elección de 2010, eso generó una relación muy difícil con el Congreso dominado por el PRI y con los cinco ayuntamientos dominados por el PRI”. – “Un tercer momento muy difícil, más en lo personal, fue la muerte de (Francisco) Blake Mora, él me acompaño desde que era alcalde, mi segundo de a bordo de siempre, cuando se lo lleva Calderón y muere Blake, fue un momento muy difícil, muy triste…”. Osuna menciona el caso de la prensa, y coincide con las recientes declaraciones de Francisco García Burgos -ex secretario general de Gobierno-, en cuanto a que la administración saliente garantizó las libertades, asegurando que jamás hubo un ataque a la libertad de expresión de su gobierno. “La crítica constructiva sirvió de acicate para nosotros, corregimos muchas cosas. Ningún periodista fue asesinado, fue vejado durante mi administración, y eso nos distingue de otras entidades federativas”. — ¿Qué tanto marea el poder? ¿Se pierde piso? “Es posible que se pueda perder piso si pierdes contacto con la realidad. Yo siempre traté de romper las burbujas de las que se hablan, siempre traté de acordar, aparte de ver al secretario, ver al jefe de departamento. Eso a mí me lo enseñó Don Luis López Moctezuma. Cuando estaba en la CESPT, Víctor Hermosillo me enseñó a trabajar, a ir juntas del consejo de administración, que eran más difíciles que presentar mi examen profesional. Eran jornadas muy intensas, y ahí me enseñé a no perder contacto con la realidad. Si te envuelve la burbuja, no te das cuenta de lo que sucede”.
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