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Tijuana
viernes, febrero 16, 2024
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La entrega: Macías

En busca de evitar abucheos, Alejandro Amaya se puso de acuerdo con Arturo Macías “El Cejas” para salir juntos y hacer el paseíllo, una medida inteligente, sin duda. Otro truco fue regalar pañuelos con la cara de Amaya, y como la mayoría de las personas no saben cómo usarlos, fue el argumento necesario que permitió a Alejandro cortar una oreja, luego de estocada sumamente defectuosa. Cierto que el público puede solicitar el apéndice agitando el albo trapo, pero la decisión es a criterio del juez. Dicha autoridad parece tener compromiso con Amaya y obsequió la oreja, olvidándose que la plaza de Tijuana es de primera categoría, y como el juez ya se encuentra de salida, nada importa, únicamente asegurar lo que viene.    “El Cejas” lidió con esmero, temple e inteligencia. De muñecas privilegiadas, aprovechó las acometidas de las reses, no en vano tiene su agenda saturada de fechas. Macías torea bien y sabe manejar sus arranques temerarios, despertando el interés de la parroquia y da espectáculo, saliendo de lo clásico y tocando el alto impacto. Al matador se le aprecia su disfrute frente a los toros, sin dejar pasar la sutileza, profundidad y poder.        Un encierro de Cerro Viejo, apenas justo en peso y aceptable presentación.  Jamás se cansó de embestir. De divisa roja y rosa, buena en términos generales, sobresaliendo el segundo que mereció arrastre lento. De sobresaliente figuró César Ibelles, y destacó en varas Efrén Acosta hijo. En el “mano a mano” fabricado, que en esencia tenía que ser producto de una rivalidad, la entrada fue buena si se considera que la Monumental Playas en Tijuana es una de las plazas más grandes del mundo, y en consecuencia, difícil de llenar. El único que ha logrado la hazaña es Manuel Benítez “El Cordobés”, quien por palabras de su hijo, comentó que el diestro se encuentra retirado y en perfecto estado de salud, disfrutando la vida a la que supo burlar y retar.   Se anunció para el primero septiembre la quinta corrida de la temporada, con la participación de los triunfadores en el cartel de la “Oreja de Oro” dejando en suspenso si será la última del serial. Primero. Alejandro Amaya (negro y azabache), “Palillo”, número 103 y 460 kilos, albardado y ojalado. Mal lidiado. De repente se acomodó con la derecha y fue todo. El animal se cayó. Vinieron tres pinchazos y una desprendida. Segundo. Arturo Macías “El Cejas” (sangre de pichón y oro), “Gallo”, número 41 y 465 kilos. Negro. Recibió con dos largas. Siguieron verónicas de rodillas. Un remate y la revolera. Bien clavado. Tres péndulos y el desdén. Sin contrincante a modo, le bastaron unos minutos para adueñarse del tendido. Se concretó a faena derechista, también “Gallo” obedeció por el izquierdo. Le ejecutó la vitolina, añadió más trazos de rodillas. Hay muchas personas que no gustan del Toreo de hinojos. Sin tomar en cuenta que torear de pie es extremadamente difícil, de rodillas representa el doble de trabajo. Utilizó el trasteo en redondo, dibujando la dosantina y el desdén. Bernadinas y uno de pecho de rodillas. Dos pinchazos, una media. Ovación y vuelta. Arrastre lento a “Gallo”. Tercero. A Alejandro Amaya le tocó en suerte “Inolvidable”, número 198 y 475 kilos, negro y armado. Se pasó con dos pares. Aseada labor. Un pinchazo. Media tendida y trasera. Dos golpes. Silencio. Cuarto. A Arturo Macías le correspondió “Girito”, número 158, 465 kilos. Negro. “El Cejas” se prodigó en chicuelinas, toreó de rodillas. El de pecho. Desarrolló un trasteo mandón, sacando partido por derechazos y naturales. Pases por alto rodillas en tierra. Cuatro pinchazos. Un aviso. Una desprendida.          Quinto. “Peleón” para Alejandro Amaya, número 183 y 470 kilos. Negro. Lo desarmó a grado tal de casi pegarle la cornada, estuvo tan cerca de la enfermería que “El Cejas” le hizo el quite. Un animal claro y fijo. Amaya procedió a un trasteo. Finiquitó con una trasera tendida, desprendida y muy mal colocada.      Sexto. “Mayor”, número 37 y 465 kilos. Negro. De Toreo alegre y temerario, Macías se impuso al supuesto adversario. Saludo con largas. Estremeció a la plaza con vistosos quites, chicuelinas y la media. Picado acertadamente. Mal clavado. “El Cejas” sabe quedarse muy quieto y no se mueve, solamente que sea necesario. Vinieron los péndulos, dándole todas las ventajas al astado que resultó empalagoso. Continuó su quehacer con una faena muy lograda por el izquierdo. Macías transitó entre la ortodoxia y la heterodoxia. Lo importante es que gusta a la asistencia y se justifica con la franela, sin escatimar valor o fuerza. Se tiró sobre la cruz. Una entera. Dos orejas y salida en hombros. arruzina@gmail.com           


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