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viernes, febrero 16, 2024
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A F. Castro Trenti

Esto le sucedió por estas fechas a Juan, a Juan Pueblo, pues. Un día dice Juan: ¡Cuánta miseria, cuánta angustia el ver a mi mujer, a mis hijos padecer de todo, ya estoy desesperado, ya le he pedido a Él y no me responde nada, ni una esperanza; pero, ahora sí, ya me decidí, voy a invocar al ‘Diablo’! Y en ese mismo instante se le apareció un ser con la figura de humano y le dijo: ¡Hola, amigo, ¿me invocaste?, aquí estoy yo para servirte, para mejorar tu vida y la de tu familia; vamos, cuéntame! Juan: ¡”Diablo, estoy desesperado, soy un hombre humilde y pa’ acabarla, con mucha mala suerte, no encuentro trabajo, mi familia tiene hambre, esto ya no lo soporto! “Diablo”: ¡Calma, amigo; calma que yo voy a resolver todas tus necesidades; mira, yo ‘voy a trabajar para ti’, para que tú tengas trabajo siempre, ‘voy a trabajar’, para que te paguen bien, para que tú lleves a los tuyos qué comer, a paseos, a los cines, ‘voy a trabajar’, para que tengas carro, casa, chiquita pero propia, en fin, ‘voy a trabajar’ para que en su momento lleves una vida modesta pero cómoda y segura! –No ’mbre, qué tal. –Ah, pero, eso sí, ya sabes que todo en la vida tiene un precio y conmigo no es la excepción; todo eso te prometo con la condición de que creas en mí, de que me elijas, que hables bien de mí, que me alabes y sobre todo tu obediencia incondicional hacia mí. Juan: ¡eh… déjame pensarlo! “Diablo”: ¡Concedido, te doy 12 horas! Unas horas después Juan fue a la iglesia. Juan: ¡Padre, buenos días! –Buenos días, hijo. Juan: ¡Quiero comentarle algo, Padre! –Adelante, hijo, sentémonos. Juan: ¡Padre, ya sabe usted en la miseria que vivimos mi familia y yo, pues bien, Padre, ya basta, ya no soporté más esta situación, desesperado invoqué al ‘Diablo’ al ver que el Otro no me prometió ni me ofreció nada, mucho menos hablar conmigo, siempre me ignoró; y ‘ai’ tiene, Padre, que al invocarlo se me apareció en figura de humano, sí, así como yo, así como Usted! Juan le contó al Padre lo que “El Diablo” le dijo y lo que le prometió. Sacerdote: ¡Ay, Juan; ay, hijo mío, con quién te andas enredando, el ‘Diablo’ es un diablo, es malo, tramposo, lava cocos, hablador, además mentiroso, promete mucho y no cumple nada, que conste, después que te declares servidor y creyente de él ya no va a ver reversa para ti, él va a faltar a sus promesas, el ‘Diablo’ no tiene palabra y una vez consiguiendo sus insanos propósitos finalmente lo único que vas a ganar es su burla, se va a carcajear de ti por haberte engañado; cuidado! Juan: ¡Ah, caray, pos viéndolo de ese modo ya no le entro, Padre, y pa’ que usted vea que yo sí tengo palabra y la cumplo, de mi parte, al diablo con el ‘Diablo’”! P.D. Mucho ojo, tijuanense. Atentamente.   Juan José Flores Juárez Tijuana,  B. C.


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Redacción Zeta
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