Sin memoria exacta para saber cuándo comenzó a dibujar, pues dice hacerlo desde siempre, el reconocido caricaturista español ofreció una charla hoy como parte de las actividades de Tijuana Innovadora. En ella contó que solo fue a la escuela porque sus padres lo enviaron, que se dedica al dibujo porque es una persona vaga y que tuvo que vender sus caricaturas entre amigos para obtener dinero e irse de México, donde radicó por años. “Llegó un momento en que ya no encontré un mercado para mi trabajo. Me gusta hacer caricaturas no políticas pero sí una crítica social al humor que llamamos blanco y es para hacer reír. En esa época, estamos hablando de principios de los 50s, no había tantas revistas. Había más mercado para el humor político como el que hace Rius y toda esta gente, era muy grande el mercado y muy grande la manera de ganarse la vida, pero con lo que yo hacía no…. Entonces me tuve que ir, me fui por la necesidad de trabajo y en aquella época el único sitio en Estados Unidos donde estaba la indrustria de la publicidad, de las revistas y libros de ediciones, era en Nueva York”. 
Sin hablar inglés y con solamente 20 dólares consigo, además de su portafolio de dibujos, pasar la noche en una banca de parque fue su primera experiencia en el extranjero. Posteriormente consiguió trabajo en un local llamado “Café Flamenco”, donde recitaba poemas de Federico García Lorca y canciones mexicanas con acento gitano, a falta de un repertorio amplio en lo primero. “Así fue como me gané la vida para empezar, recitando y pasando la canasta. Funcionó bien y a cada revista a la que fui con mis dibujos me decían que estaban muy locos, que debía irme a la revista MAD. Pero yo era un fan de MAD, conocía MAD y sabía que no usaban el estilo que yo dibujaba, pero como todos me decían que fuera a MAD fui a MAD y sí les gustó, tuve la gran suerte, fue como ir a un templo”. El mismo día la revista lo contrató: “Ese fue el principio. Seguí vendiendo y yendo a otras revistas. Trabajar para MAD abre todas las puertas. A la revista que iba decía que trabajaba para MAD y me decían que si quería publicar con ellos. Fue ya más fácil y de ahí en adelante fue una vida muy bien, funcionó, nunca tuve ningún problema, aprendí inglés y sigo trabajando, llevo 52 años con MAD”. De 1962 que comenzó a publicar con la revista, el creador de “Groo The Wanderer”, solo ha fallado en una ocasión con su trabajo para ésta, al haber calculado mal la diferencia de horario entre Estados Unidos y Europa y no enviar a tiempo el material de ese número. Realizador de cómics desde 1983, el hombre de coleta y bigote canoso que comienza a trabajar de noche y concluye a las 2:00 o 3:00 am, titubea en contar ciertas anécdotas y se queja de que lo nombren el caricaturista más rápido del mundo, hoy afirma que se creó su propio oficio y lo ha perfeccionado al practicar todos los días y aceptar que hasta “el error es parte del dibujo”.
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