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lunes, febrero 19, 2024
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Por sequía, peor crisis ganadera en 60 años

Pérdida de cabezas, venta de ejemplares a bajo costo, apoyos insuficientes y un pronóstico seco para los siguientes meses, tienen en jaque a integrantes de la Unión Ganadera Regional de Baja California

Debido a la sequía, ganaderos de la zona costa enfrentan la peor crisis en casi 60 años, lo que ha provocado la muerte de por lo menos medio centenar de cabezas en nueve meses, destetes tempranos, venta de ejemplares flacos a bajo costo y escasez de forraje en los agostaderos.


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Además del complejo panorama actual, el pronóstico meteorológico para los siguientes meses, sigue siendo adverso para los más de mil ganaderos de Ensenada porque no es temporada de lluvias.

Pero el problema no es exclusivo del municipio, ya que la crisis está alcanzando a productores de Tecate, Tijuana, Playas de Rosarito y Mexicali, principalmente en el Ejido Saldaña, la zona de La Salada y parte del Plan Nacional Agrario.

Mientras tanto, los apoyos por más de 12 millones de pesos ya están etiquetados y comenzarán a fluir durante los próximos días a razón de 100 pesos por cabeza de ganado, lo que resulta insuficiente frente a la grave situación.


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Ante esta emergencia, los miembros de la Unión Ganadera Regional de Baja California solicitaron al gobernador de Baja California, Francisco Vega de Lamadrid, una declaratoria de sequía orientada a este sector.

Desde el 21 de abril de 2018 se hizo la petición en el marco de la Asamblea de la UGRBC, oficialmente no ha habido respuesta, aunque desde la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, su titular Manuel Valladolid ya ha descartado esta posibilidad.

 

DEPENDEN DE LA LLUVIA; NO LES QUEDA MÁS QUE VENDER

Ismael Yagüez, ganadero de La Misión y delegado de la Confederación Nacional Ganadera, dijo que desde 1961 no había visto una situación como la actual; en aquel entonces los ganaderos tuvieron que vender todo su hato por la sequía.

Además de la falta de lluvias, el experimentado productor sostuvo que hay mucha extracción de agua de arroyos y otras fuentes, lo que propicia  disminución en los niveles de los pozos.

En la experiencia del ingeniero Federico Martín, consejero de la Unión Ganadera Regional y productor de San Vicente, 2018 ha sido el año más difícil para los ganaderos, ya que no llovió y los agostaderos dieron lo que tenían que dar.

“Estamos tratando de salvar nuestra fuente de ingreso en los ranchos ganaderos, la problemática está muy fuerte, sobre todo en la zona costa porque ya no es tiempo de lluvias y seguramente tendremos que esperar hasta el siguiente ciclo, lamentó.

Lo que ha tenido que hacer es sacar el ganado improductivo, vender becerros antes del destete, a bajo peso y por consiguiente, a bajo costo.

Según Gustavo Rodríguez Cabrales, presidente de la Unión Ganadera Regional de Baja California, “de lo que tenemos registrado ha sido uno de los años más críticos por la poca precipitación o casi nula”, a niveles de pulgada y media en algunas zonas durante el ciclo de lluvias, esto ha provocado que desde el último trimestre de 2017 hasta la primera semana de julio de 2018, hayan muerto por lo menos 50 cabezas de ganado, con cifras extraoficiales aportadas por el dirigente.

En Ensenada, las zonas más afectadas son Valle de la Trinidad, El Rosario, Ejido San José de las Palomas y San Vicente, donde, de no registrarse precipitaciones, la crisis se agravará.

El entrevistado coincidió en que los ganaderos ya han comenzado a hacer destetes tempranos, a sacar las vacas viejas y quedarse únicamente con las cabezas que puedan mantener con poco ramaje y suplementos.

Sobre la posibilidad de no depender totalmente de las precipitaciones, Rodríguez Cabrales explicó que en la zona costa son pocos los productores con la facilidad de establecer praderas de riego, por el alto costo que implica la energía eléctrica o el combustible, lo que vuelve muy cara la producción del kilo de becerro.

Hay quienes intentan bajo riego de gravedad, pero son áreas pequeñas que no alcanzan para sostener la cantidad de ganado, obligando a los productores a depender de las lluvias.

 

TIENEN QUE DISMINUIR SU HATO: VALLADOLID

Manuel Valladolid, titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario del gobierno estatal, declaró a ZETA que ante este tipo de panoramas existen protocolos que apuntan a la disminución de los hatos ganaderos con el fin de “sostener lo sostenible”.

Dicha disminución pasa por la venta de cabezas, conservar las vaquillas productivas y mejor adaptadas a la región semidesértica, bajo la lógica de que “es muy difícil sostener la ganadería donde no hay agua”.

Desde el Ejecutivo estatal, dijo, “hemos hecho 33 obras hídricas con una inversión superior a 50 millones de pesos, mientras que la Federación ha realizado otras 30 aproximadamente.

También se han instalado paneles solares y bombas para extraer agua de pozos pecuarios, así como para almacenar el líquido, pensando en que tratar de alimentar el ganado con forraje traído desde cientos de kilómetros, en ninguna parte es rentable”.

 

100 PESOS POR EJEMPLAR PARA MANTENERLO VIVO

El 5 de julio, la Unión Ganadera Regional anunció en rueda de prensa la activación del Seguro de Coeficiente de Agostadero (SECA), el cual protege la disminución de forraje para la alimentación de ganado en los agostaderos, proveniente del Fondo de Aseguramiento de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (FACNOG) y recursos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), por 11 millones 552 mil 400 pesos en beneficio de mil 034 ganaderos de Ensenada.

Con tal recurso y otro millón 118 mil pesos aportados por la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, se procederá a indemnizar a mil 034 ganaderos del Este, noroeste, suroeste y la sierra de Ensenada que concentran 57 mil 762 cabezas de ganado bovino, ovino y caprino, para un total de 12.6 millones de pesos.

El recurso será destinado para adquisición de suplementos y forraje; se distribuirá con base en el número de cabezas en la unidad de producción pecuaria, a razón de 100 pesos por cabeza por lo correspondiente a los meses de abril y mayo.

Es la primera vez que el seguro se aplica en Baja California, pero solamente viene a apoyar las cabezas de ganado ubicadas en las unidades de producción y no cubre las muertes de ejemplares, “eso ya es pérdida”, expuso Gustavo Rodríguez Cabrales.

En otras palabras, con la aportación del seguro alcanzará para el 50 por ciento del costo del suplemento alimenticio con el que se mantendrá vivo al ganado, para darle energía y vaya a “ramonear”, mas no para engordarlo.

Si bien la UGRBC considera esta inversión como “histórica”, la realidad es que apenas les alcanzará para lo que resta del presente mes, tal vez agosto, pero conforme avancen los meses de verano, la situación se pondrá más crítica, estimó el dirigente.

Deseó que haya lluvias en julio y agosto en desierto, valles altos y sierras, aunque de continuar la situación adversa, el SECA deberá seguir con la misma dinámica de operación, con base en las mediciones satelitales y las pruebas en campo.

En ese sentido, el ingeniero Francisco Martín calificó los recursos como “una aspirina, pero sí caen más apoyos, bienvenidos”.

 

NO HABRÁ DECLARATORIA DE SEQUÍA

Pese a la petición de emitir una declaratoria de sequía que permita complementar acciones en beneficio del sector ganadero, la autoridad estatal descartó tal posibilidad.

Gustavo Rodríguez explicó que la reciente declaratoria de emergencia emitida por el Gobierno del Estado fue para los habitantes de la zona de Mexicali por la ola de calor, no para el sector primario.

Con la declaratoria, se buscan recursos adicionales de la Federación en concurrencia con el Estado, desde suplementos, líneas de conducción y bebederos, hasta tanques de almacenamiento.

“Si en abril las condiciones no estaban dadas, el ganado no conoce de reglas ni normas, estamos en crisis”, lanzó el productor ganadero.

Al respecto, el secretario de Desarrollo Agropecuario, Manuel Valladolid, aseveró que no es decisión del gobernador, sino facultad de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), sustentada en datos técnicos y científicos.

 

CICLO 2017-2018, EL MÁS SECO DESDE 1950 EN ENSENADA

Con una precipitación acumulada de 62.2 milímetros, equivalentes a apenas 24% del promedio en un ciclo normal, la actual temporada de lluvias se presenta como la más seca en 68 años, según datos de la Conagua dados a conocer por Santiago Higareda Cervera, del Laboratorio de Pronóstico Meteorológico del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE).

Según el meteorólogo, por tener Ensenada lluvias en invierno, la manera más clara de presentar la precipitación es en ciclos que abarcan del 1 de julio al 30 de junio del siguiente año.

Así, en la actual temporada se registraron 1.2 milímetros de precipitación en septiembre de 2017; 4.9 en noviembre del mismo año; 23.5 en enero de 2018; 30.3 en febrero y 2.3 en marzo del presente año, para un total de 62.2 acumulados. En los meses de octubre y diciembre del año pasado la precipitación fue cero.

Los datos de precipitación de la Conagua abarcan desde la temporada 1950-1951 a la fecha y provienen de una estación meteorológica instalada en la presa “Emilio López Zamora” de este puerto. Con base en ellos, el promedio de precipitación por temporada es de 261 milímetros.

El registro más alto ocurrió en invierno de 1977-1978, cuando se presentó uno de los eventos “El Niño” más intensos en esta región. El total acumulado fue de 638.2 milímetros. En contraste, el más bajo se había presentado en 2001/2002 (considerada una temporada neutra), con 89.8 milímetros.

Santiago Higareda recordó que generalmente un evento “El Niño” se asocia en esta región a precipitaciones por arriba del promedio. En contraste, cuando ocurre “La Niña” se esperarían lluvias por debajo del promedio.

En 2017 se presentó una condición neutral. Los modelos meteorológicos generan cartas en superficie y en altura. En ellas se observó este invierno, sobre todo en diciembre, cuando un sistema de alta presión se estacionó en la parte noroeste (NO) de Canadá, en el Océano Pacífico. Esto bloqueó las masas de aire frío y los frentes fríos provenientes del norte (los sistemas invernales, responsables de las lluvias en esta zona del país) e impidió que se desplazaran hasta nuestra región. En consecuencia, las lluvias no se presentaron aquí.

Los contrastes entre los promedios mensuales que maneja la Conagua (con datos de 1950 a la fecha) y los registros de esta temporada son muy significativos.

Históricamente, enero es el mes que más llueve en Ensenada, con un promedio de 51.4 milímetros. Sin embargo, en 2018 registró menos de la mitad: 23.5 milímetros. Después de enero, los meses con más precipitaciones son, en orden decreciente, febrero (promedio 50.4 mm), marzo (46.8 mm), diciembre (40.2 mm), noviembre (25.4 mm), abril (20.8 mm) y octubre (11.4 mm). En los meses de mayo, septiembre, junio y julio, el promedio es menor a 5 milímetros.

Otra manera de contabilizar la precipitación es abarcando un ciclo anual, de enero a diciembre. Así,  el promedio baja ligeramente a 259 milímetros por año.

El año con menor precipitación había sido 1953, con 86.7 milímetros, seguido por 1950 y 1956 (98.2 y 98.8 mm, respectivamente). Y el año más lluvioso hasta ahora es 1978, con 677.2 milímetros de precipitación.

Medido así, el acumulado de enero, febrero y marzo es de 56.1 milímetros.

Si de aquí a diciembre no llueven más de 30 milímetros en Ensenada, 2018 será el año más seco del registro histórico de la Comisión Nacional del Agua, sentenció Higareda.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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