Por motivo de la realización del foro nacional “Retos frente a la nueva política migratoria de los Estados Unidos de América en la Administración Trump”, el Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, tuvo presencia en Tijuana ayer 9 de febrero.
Además de lo referente a la defensa de los connacionales en el país vecino, para lo que recomendó el fortalecimiento de las oficinas consulares y la priorización del trato digno a los mexicanos en toda negociación realizada en la relación bilateral, el ombudsman nacional platicó con ZETA sobre otros temas de interés nacional.
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Se expresó por ejemplo de la discusión en el congreso de la llamada Ley de Seguridad Interior, misma que facultaría a las Fuerzas Armadas a que puedan colaborar activamente con las autoridades civiles en la lucha contra el narcotráfico, tal como aconteció en la llamada “guerra” impulsada durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Si bien se manifestó a favor por el clima de violencia en el país, señaló “el habilitar coadyuvancias en la materia, no significa que se dé autorización para violar Derechos Humanos. La detención arbitraria, la tortura, la ejecución extrajudicial, los malos tratos inhumanos y degradantes, esos siguen siendo violaciones.”
Habló también sobre el estado del respeto a los Derechos Humanos en México manifestando:
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“México ha cumplido ya 100 años de tener una Constitución, que fuimos orgullosos de tener la primera constitución en incorporar derechos sociales, pero que a un centenario, tenemos problemas de desigualdad. Tenemos 55 millones de pobres, tenemos problemas de violencia, tenemos problemas de inseguridad, tenemos problemas de corrupción, tenemos problemas de impunidad. Yo diría que el gran problema de este país, en muchos años, es el tema de apatía por el cumplimiento de la ley. Tenemos que vigorizar la cultura de la legalidad, desde luego los primeros tendrían que ser las propias autoridades pero también los ciudadanos tenemos obligaciones. Tenemos una constitución de Derechos Humanos, pero todavía hay una brecha entre ese reconocimiento de derechos y la extensión de los mismos en su ejercicio.”
Sobre el incremento a las agresiones a periodistas en el país, manifestó “Desde luego que es condenable cualquier pérdida de vida, pero cuando se trata de un comunicador, el efecto es mayor, porque el mensaje es inhibir, silenciar la libertad de expresión y por eso tenemos que seguir luchando para que no haya agresiones, la agresión implica censura.”
Más información en la edición impresa que ya circula este viernes 10 de febrero.
