Tienen algo de razón quienes nos llaman la atención por no dedicar más tiempo a esa vergonzosa acción que dos de los tres Poderes de la nación realizan para aniquilar el Poder Judicial.
El Estado judío-sionista de Israel no es ningún socio del imperialismo norteamericano. El régimen israelí es un feroz gorila atento a los dictados de sus amos yankees.
En este lamentable escenario sería totalmente contingente la preparación y la experiencia de las personas que serían nombradas juzgadores, al fin y al cabo “ya tienen la bendición papal”.
Son muchas las versiones que han surgido en torno a la familia Borgia, pero como toda leyenda, tienen algo de verdad. Todas coinciden en que la ambición, las influencias y los caprichos fueron la constante en el actuar de los Borgia.
La idea central de la reforma es que todos los juzgadores del país, tanto a nivel federal como local, sean elegidos aparentemente por el voto “popular y secreto”.
El tema del “Sufragio Efectivo. No Relección” era y fue respetado por todo el pueblo de México. Hablar de reelección era como ofender la integridad tanto de la revolución como también blasfemar la voluntad del pueblo mexicano.
Echarle mendrugos (“apoyos”) a las masas proletarias paupérrimas no quiere decir que el régimen colonial burgués se haya transformado, que la bestia se haya corregido. El construir modernas y colosales obras como el Tren Maya, la Refinería Dos Bocas, el Tren Transísmico, el Aeropuerto Felipe Ángeles, etcétera, no significa que la clase obrera será la beneficiada con tales edificaciones.