Para la sostenibilidad es fundamental reconocer que la diversidad es parte imprescindible del desarrollo social. Un mundo sostenible también garantiza la participación equitativa de todas las personas promoviendo espacios donde cada ser humano pueda contribuir con su potencial.
A pesar de la amplitud de la información de la que se dispone en la actualidad, hay quienes dicen no encontrar temas en los cuales pudieran incorporarse para tener participación ciudadana.
El Papa Francisco lo nombró Cardenal el 30 de septiembre de 2024. No solo es el primer Papa originario de Estados Unidos de Norteamérica, sino religioso de la Orden de San Agustín (1256, Papa Alejandro IV).
Nuestro querido México es de una riqueza impresionante. Resistiendo gobiernos federales desde hace siete años, que llegaron con apetito insaciable para imponer un estilo de “gobernar”. Sin necesidad de mencionar el dineral que se sigue pagando por la cancelación del aeropuerto de Texcoco.
En días recientes hemos visto todo tipo de propaganda, tanto inútil como ridícula, de personas que aspiran a desempeñar determinados puestos en el Poder Judicial de México.
Uno pensaría que México ha tenido pocos cardenales pero en realidad son algunos varios: el primero de ellos fue José Garibi Rivera, arzobispo de Guadalajara; años después don Miguel Darío Miranda, de la Arquidiócesis de México.
La muerte súbita del Papa Francisco nos hizo reflexionar acerca de su trayectoria. Argentino, fanático del futbol, buen hombre cuyas encíclicas cimbraron al mundo, pues por primera vez la iglesia católica atendía con preocupación los problemas ambientales; también inició una apertura hacia la comunidad homosexual diciendo: “quién soy yo para juzgarlos”.
La semana pasada acudí a una funeraria junto con integrantes del Grupo 21 Tijuana, a acompañar al buen Pepe, quien dejara en ese grupo -y en muchos más- un entrañable recuerdo.
No se requiere sabiduría para la respuesta a ese y muchos delitos que sufre la sociedad: incapacidad de identificar a los destructores de vidas y castigarlos. Eso además daría paz a las familias y posibilidad de encontrar “aunque sea un huesito”, como declaró un sufrido padre de familiar “para enterrarlo y saber dónde quedó”.
México tiene algunas barajas que jugar. Una, el envío de más narcotraficantes; dos, la reducción de poder de los narcotraficantes y los narcos políticos; tres, la eliminación total de la producción y envío de fentanilo y algunas cosas más que solicite Trump.