Los diputados, senadores y partidos parecen no existir. El pueblo, agachadito; no perciben necesidad de reubicación de mejores servicios a la población, ante los recursos limitados y peor administrados de salud para empezar.
El INE ya no debe estar en manos del gobierno en turno ni de los partidos, menos de las minorías patronales o de sectas que excluyan el interés público de las mayorías como prioridad.
Se dio el fraude ante la mentira de que comprarían otra vivienda en otro barrio y no tener más recuerdos de sus hijos que habían crecido en esa vivienda.
Un proletariado sin cabeza retrata la tragedia del pueblo mexicano abusado y traicionado por muchos que llegan al poder. Hoy me centro en José Revueltas, quien en 1962 publica el Ensayo sobre un Proletariado sin Cabeza, donde argumenta la necesidad de que el proletariado cuente con un partido que verdaderamente represente sus necesidades de clase. Esa luz ausente. Mina de ideas sociales.
Rosaura fue actriz de teatro y cine, maestra de danza, bailarina, exponente de la cultura nacional, el arte y el folclor mexicano; en su infancia, presintiendo su destino en el arte dramático; abrazó la cultura alemana, que la llevó a ese país y a conocer al director y dramaturgo Bertolt Brecht.
En México existen más de 315 mil personas dedicadas a la enfermería; los mexicanos tenemos una deuda moral y material con este ejército de ángeles que seguramente tienen generosidad ejemplar para ser como son y del que aprendemos solidaridad y empatía.
Buena parte de los edificios que se construyen en las ciudades fronterizas son hospitales de especialidades privados, ninguno público. Esa es la señal de la rica veta de negocios lucrativos que significa el tema de la salud y la vivienda a lo largo de las fronteras entre México y EUA.
Los hechos del cártel y la declaración oficial del viernes negro, fueron una revelación que revela la lógica del sistema de seguridad municipal y oscuros pactos del personal policiaco y altos mandos.
A los periodistas de Latinoamérica los poderes fácticos los amenazan o van contra su familia, si bien les va cuando deciden, torturan o los desaparecen.
En general los medios de comunicación han perdido la ética periodística, que se sustenta en la objetividad, con reflexiones legítimas, con fundamento en escrúpulos de profesionales de la comunicación, con investigación de campo, que construye la credibilidad ante el público, la clase política de todos los colores, y la propia conciencia.