Mientras en otros estados, miembros del crimen organizado bajan a familias de sus autos para prenderles fuego, en La Paz los bajan de los vehículos, los queman y torturan.
El ataque “narcoterrorista” que vivieron cuatro de los seis municipios bajacalifornianos el 12 de agosto, se extendió durante todo el fin de semana en Mexicali, sede de los poderes y origen de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.
Los hechos del cártel y la declaración oficial del viernes negro, fueron una revelación que revela la lógica del sistema de seguridad municipal y oscuros pactos del personal policiaco y altos mandos.
La violencia registrada durante las últimas dos semanas en el país fue minimizada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador y el Gabinete de Seguridad, quienes señalaron que se trata de una exageración de los medios de comunicación
Un camión de pasajeros y un vehículo tipo pick up, fueron incendiados de forma intencional, como parte de la jornada criminal terrorista que se mantiene desde el viernes 12 de agosto.
“Sí quieres ver dónde están los pesados de Mexicali, los encuentras todos los fines en la Zona de Antros”, es una de las frases que un trabajador municipal expresó durante una conversación sobre la situación de inseguridad en antros y bares de la Zona Hotelera, haciendo referencia a los líderes de las agrupaciones delictivas dedicadas principalmente al trasiego y venta menudista de enervantes en el municipio.
Jesús Aurelio Ibarra Ramiro, alias “El Comandante Aurelio” y Samuel Ibarra Peralta, conocido como “El Pía” -inocentes en tanto no se determine su responsabilidad por sentencia de un juez, según el Artículo 13 del CNPP-, son dos de los tres objetivos identificados como líderes de la plaza que ocupan el Golfo de Santa Clara en Sonora