— Amor, ¿estoy gorda?
“No, amor, para nada”.
— Dímelo al oído…
“Amor, no estás gorda”.
— Dímelo en el otro oído.
“¿Neta, me vas a hacer dar tooooooda la vuelta?”.
Autor: Un flaco sangrón.
EXISTEN TRES PRUEBAS DE QUE JESÚS ERA JUDÍO:
Trabajó en el negocio de su padre.
Vivió en su casa hasta los 33 años.
Estaba seguro de que su madre era virgen, y su madre estaba segura de que él era Dios.
Cuatro pacientes están reunidos. El terapeuta les pide que se presenten, digan cuál es su actividad y comenten por qué la tienen. El primero dice: “Me llamo Paco, soy médico porque me gusta que la gente esté sana”.
Un niño está haciendo la tarea, encuentra una palabra que no entiende y pregunta a su papá qué es sintaxis.
El hombre lo piensa durante un segundo y responde:
— Que tienes que tomar el autobús.
“Gracias papá, eres muy inteligente”.
— ¡Eso es porque uno ha estudiado!
Autor: Padre con niño en clases a distancia.
Marido y mujer acuden a una psicóloga porque, tras 20 años de matrimonio, el hombre está muy decaído. Cuando les preguntan cuál es el problema, el tipo saca una lista larga y detallada de todo lo que ha tenido que soportar por dos décadas:
Un hombre a una cantina y, mientras se dirige a la barra, todos lo observan asombrados. Llega aquel tipo, pide una cerveza y el cantinero pregunta: — Usted es bombero, ¿verdad? “¿Y cómo lo supo?”. — Me di cuenta por la forma de caminar, la forma de abrir la puerta, la forma en que levanta la barbilla, las botas, el casco y el extinguidor. Autor: Un observador.
Resulta que el papá de los tres cochinitos tenía que ir de compras, entonces dijo a sus hijos: “Si el lobo llega a tocar la puerta, uno de ustedes pregunta, con voz gruesa, quién toca la puerta”. A los 30 minutos que el papá se ha ido, se oye que el lobo toca la puerta, entonces el cochinito mayor toma la responsabilidad: “¿Quién toca la puerta?”.