Sin instalaciones propias, tampoco oficinas, menos teléfonos ni maquinaria para la impresión, ya se perfilaba como Semanario lo que vendría a ocupar el lugar de “la hojita” ABC2, que circulaba de mano en mano con los textos de Don Jesús y el “Gato” Félix.
¿A quién quieren engañar? Lo que sucede un día sí y otros también le propina una bofetada en pleno rostro al pretendido cambio y a la falsa transformación que presume AMLO y todo su aparato de gobierno.
Una vez más, el Presidente López Obrador arremetió contra el periodismo que le incomoda, que no le da la suave, que no lo alaba y, por el contrario, lo cuestiona; pero esta vez “la sacó del parque” cuando afirmó: “Por encima de la ley está la autoridad moral, y la autoridad política…”, con la que dice estar “blindado”, misma que le regatea a los demás.
Claudia Sheinbaum, en su registro como candidata de Morena ante el INE el mismo domingo, secundó al Presidente: Llamó falsos e hipócritas a quienes marcharon. Nada raro en ella que apoya en todo lo que dice o hace AMLO.
Lo que sucede en Guerrero es tan sólo una muestra más de lo malo que acontece en buena parte del país y que ha empeorado desde el ascenso de Morena al poder.
Y así les sigue lloviendo a la gobernadora Marina del Pilar Ávila y a la alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, durante y después de la reciente tormenta que se registró en Baja California a inicios de esta semana.
Tijuana merece un verdadero gobierno, a la altura de la importancia de nuestra ciudad. ¿Habrá entre los residentes de Tijuana alguien capaz de poder gobernarla como es debido? Lo dicho, “Terrible” el futuro del gobierno en nuestra ciudad.
Vivimos los estertores de un sexenio en que el culto al Presidente ha rebasado los niveles que antes criticaban los que precisamente hoy detentan el poder. Muchos han comprado la versión que confunde la popularidad con la eficacia para gobernar.
Huele mal la corrupción con la que AMLO prometió acabar “de arriba abajo”, pero que sigue solapando y permitiendo a sus cercanos; acusa a otros muchos de lo mismo, pero sólo de palabra, nada en los hechos.
Roberto de la Madrid contaba con cuatro aviones para “sus viajes”, no necesitaba razón para ellos; Marina del Pilar tampoco la requiere, hasta el mes de agosto de este año se le contaban 42 viajes a destinos locales, nacionales, estados Unidos y Europa según su Coordinación de Gabinete.