Tres borrachos salen de un bar. El primero llama un taxi y, después de unos minutos, llega. Al ver que están muy tomados, el taxista enciende y apaga su auto, para después exclamar “¡Ya llegamos!”.
Este centro de entretenimiento es habitado por los personajes con lo que generaciones conocieron los números, las letras, los colores y todo en dos idiomas: español e inglés.
Un niño llega de jugar al futbol y dice a su padre: – Hoy el entrenador me dijo que era garantía de gol. “¡Qué bien! Siempre me ha gustado tener un hijo delantero”. – No, papá, ¡jugué de portero!