Las acciones afirmativas son intervenciones específicas, excepcionales y por lo general temporales. Estas tienen como objetivo permitir un trato diferenciado o preferente que beneficie a un grupo determinado que ha resultado víctima de un trato excluyente sistemático, estructural e histórico.
Estas medidas están justificadas para compensar desigualdades fácticas; su propósito principal es acelerar la igualdad de facto en el corto plazo, beneficiando particularmente a los grupos de atención prioritaria, como las niñas.
Las podemos entender en el marco de la justicia compensatoria: son implementadas sobre la base de constituir una forma de compensación a las personas actuales del grupo, por aquellos daños pasados que tienen impacto sobre el presente.
La práctica histórica de invisibilizar, desvalorizar y excluir a las mujeres, particularmente a las niñas, refuerza la importancia de adoptar medidas que aborden y compensen esta desigualdad estructural. La violencia y desigualdad que enfrentan las mujeres comienza desde que son niñas, incluso desde antes de nacer.
En nuestro país, existen casi 18.9 millones de niñas y mujeres adolescentes menores de 18 años, lo que equivale al 15 por ciento de la población nacional. Además, según datos de las Naciones Unidas y sus agencias:
Violencia contra la niñez: A nivel mundial, 1 de cada 2 niñas y niños entre 2 y 17 años sufre algún tipo de violencia cada año. En América Latina, el 58 por ciento de las niñas y niños han sufrido abuso físico, sexual o emocional en el último año, cifra que asciende al 61 por ciento en América del Norte.
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Trata de personas: Los niñas y niños constituyen casi 4 de cada 10 víctimas de trata en todo el mundo. De estas, las mujeres y niñas representan el 61 por ciento, siendo la explotación sexual el destino del 60 por ciento de las niñas víctimas.
Embarazo adolescente: En el mundo, alrededor de 1,6 millones de adolescentes dan a luz cada año, perpetuando ciclos de pobreza y limitando significativamente sus oportunidades socioeconómicas, en comparación con aquellas que se convierten en madres en la edad adulta.
Un ejemplo concreto de las acciones afirmativas es el establecimiento de cuotas de género, diseñadas para garantizar una mayor representación e inclusión de las mujeres en diversos espacios, como el ámbito educativo o laboral. Otra medida en favor de las niñas es la prohibición del matrimonio infantil.
Algunos otros ejemplos incluyen los programas de becas y subsidios exclusivos para niñas, diseñados para garantizar su acceso y permanencia en la educación. Además, la inclusión de las niñas en la ciencia y los deportes en donde existen barreras por los estereotipos de género.
También destaca la implementación de brigadas médicas especializadas que atienden las necesidades de niñas y adolescentes, ofreciendo servicios como salud reproductiva, nutrición y prevención de enfermedades. Asimismo, la creación de foros centrados en niñas, donde puedan expresar sus preocupaciones y participar activamente en el diseño de políticas públicas.
Impulsar y apoyar las acciones afirmativas en favor de las niñas es fundamental para construir una sociedad más equitativa y justa. Las niñas enfrentan vulnerabilidades y desigualdades que deben ser abordadas de manera estratégica para preparar el camino para generaciones futuras que puedan vivir en condiciones de igualdad. Apoyarlas y promoverlas no sólo es un acto de justicia, sino también una inversión en el futuro colectivo.
Melba Adriana Olvera fue presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Baja California.
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