El Instituto de Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) ya demostró que no es una empresa constructora, por lo que regresar al modelo setentero (1970) y crear una empresa constructora para desarrollar vivienda de interés social, implicaría un riesgo financiero para la institución, consideró el analista económico Roberto Valero Berrospe.
“La cartera vencida del Infonavit nada más en Baja California ascendió a 14 mil 448 millones de pesos, la más alta de la historia” y en el último sexenio creció en 123%, y de seguir con esas políticas “populistas”, la cartera vencida podría seguirse incrementando, afirmó el también presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California.
Esta semana, el director de Infonavit, Octavio Romero Oropeza, anunció que la institución creará una empresa constructora para desarrollar 500 mil viviendas nuevas de bajo costo en el país, con una inversión de 288 mil millones de pesos.
Adicionalmente, estará a cargo de otras 500 mil viviendas para la Comisión Nacional de la Vivienda (Conavi) y el Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Fovissste).
El Infonavit también echará a andar un programa de arrendamiento que plantea tener vivienda asequible en inmuebles propiedad del Instituto, para que las rentas puedan abonarse al pago de la vivienda si el derechohabiente decide adquirirla, dando prioridad a mujeres jefas de familia, jóvenes, adultos mayores y trabajadores independientes que se den de alta voluntariamente.
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Además, se otorgarán créditos de vivienda a trabajadores de bajos ingresos, incluidos los que no están activos. “Los trabajadores que no están activos, en su mayoría tienen un fondo de garantía y estos también van a tener derecho a estos créditos”, expuso Valero.
Al cuestionar la efectividad de la política anunciada, recordó que cuando el Infonavit construyó vivienda ésta era pequeña, lejos de los centros de trabajo, y al paso del tiempo esas áreas conformaron sectores populares con un entorno de pobreza exacerbada. Muchas de estas viviendas fueron abandonadas y los acreditados dejaron de pagarlas.
En ese sentido, el especialista destacó la importancia de que mejoren verdaderamente los salarios. En BC se han reducido 75 mil 429 empleos de más de tres salarios mínimos y “se está generando empleos precarios” de no más de dos salarios mínimos.
El salario mínimo digno para cubrir las necesidades básicas de una familia de cuatro integrantes tendría que ser de 25 mil pesos, apuntó a NEGOCIOZ.
Para que los trabajadores tengan acceso a una vivienda “digna”, debe incrementar el número de personas que laboran en el sector formal, ya que en el país, más de la mitad está ocupado en la informalidad, de modo que el Gobierno Federal debería “empezar por ahí” si realmente quiere mejorar la vida de las familias con viviendas dignas.
Según Canadevi, existen 8.9 millones de viviendas en rezago habitacional en México. Baja California encabeza la lista de estados en esa situación, ya que el mayor número de viviendas en esa condición está en Tijuana, seguida de Mexicali; en cuarto sitio nacional se ubica Ensenada.
