Damian Mc Carthy es un director que hay que tener en la mira. En su cine evidencia el peso de la edición y la fotografía para contar historias, sobre todo si se inscriben en el Género H. Y esa es la especialidad de este autor irlandés que ahora lleva a cartelera una sólida película de tensión que comienza cuando Dani (Carolyn Bracken) y su esposo Ted (Gwilym Lee) están en una antigua casa de campo que van a renovar, pero al momento no tienen luz ni calefacción, y la señal del celular va y viene.
De pronto tocan a la puerta y por una rendija vemos a un hombre difícil de olvidar, con una prótesis ocular que desaparece tan pronto como un respiro profundo. Dani no sobrevive, y aunque no vemos con claridad cómo ocurrió el crimen, la imaginación tiene rienda suelta y sus efectos son terroríficos.
El tiempo pasa, Ted termina de arreglar la vivienda y se muda ahí con Yana (Caroline Menton), su novia, pero su relación es conflictiva. El punto de tensión se agrava cuando aparece Darcy, la hermana gemela de Dani, quien además es invidente. Para hacer su personalidad aún más retorcida, esta mujer tiene gran habilidad para moverse en el entorno y habla de una tienda de antigüedades que posee y que está llena de objetos embrujados.
Ahí empieza a bifurcarse esta historia: por un lado, el homicidio de Dani, que tendría su origen en un hospital donde trabaja Ted, y, por el otro, una dimensión sobrenatural que domina la segunda mitad de este impredecible y poderoso filme, digno de más de un buen sobresalto.
Mc Carthy es, sin duda, un realizador audaz, un brillante conocedor del público, pulcro con las imágenes que construye, en control absoluto de las escenas que hilvana hasta un desenlace igual de intenso que los primeros minutos de esta cinta. ****
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Punto final. – Si se quieren divertir, “Bad Money” es una buena forma de hacerlo.
