El término de derechos humanos, en general, se utiliza para referirse a las exigencias de la propia naturaleza humana que parten, entre otros, de la principal premisa de que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos; en esencia, se trata de esa demanda universal de respeto incondicional a la humanidad que debe estar presente en el ámbito de la sociedad en nuestra convivencia colectiva y que busca la protección de la dignidad.
La democracia gesta los derechos humanos a partir de la celebración de elecciones libres, justas, auténticas y periódicas. La democracia es un punto de referencia universal para los derechos humanos, ya que la gobernanza democrática proporciona un entorno para la realización efectiva de los derechos humanos.
La democracia es un régimen de participación. La participación es uno de los principales pilares que sostienen la democracia. Uno de los rasgos esenciales de la democracia es que se garantizan los derechos humanos, sin lo cual, las minorías no tienen la posibilidad de convertirse en mayoría. La democracia puede ser definida de muchas formas sin existir un consenso general.
Norberto Bobbio la describe como “un conjunto de reglas procesales para la toma de decisiones colectivas en las que se prevé y fomenta la participación más amplia posible de los interesados”.
La idea fundamental de la democracia, es asegurar la posibilidad de que todos los grupos puedan participar y acceder al poder político, a que exista un orden social justo.
La participación política y pública resulta fundamental para la gobernanza democrática; así, los derechos políticos también pueden considerarse derechos humanos, ya que representan las posibilidades que poseen los individuos para involucrarse de manera activa en los asuntos políticos del país. Las elecciones están en el centro mismo de la democracia.
Además de que la participación es un derecho en sí mismo, hay otros derechos humanos en los procesos electorales. Para que el derecho a votar y a ser elegido pueda ejercerse de forma genuina, es necesario que impere un clima en el que los derechos humanos sean respetados y garantizados, especialmente los derechos a la igualdad y a la no discriminación, a la libertad de opinión y de expresión, a la libertad de reunión pacífica y de asociación, a la seguridad y a un recurso efectivo.
Estos derechos salvaguardan elementos como la libertad de expresión y el sufragio libre para seleccionar la representación política -generalmente- en los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Los derechos políticos comprenden un conjunto de prerrogativas que habilitan a la ciudadanía a participar en la vida política a través de la opinión como una forma de ejercer su libertad personal y de conciencia. Ejercer estos derechos construye democracia.
Melba Adriana Olvera fue presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Baja California.
Correo: melbaadriana@hotmail.com