Quien parece haberse tomado en serio las vacaciones por las fiestas decembrinas es el gobernador del Estado de Baja California Sur, Víctor Castro Cosío, que poco antes de las celebraciones ya destacaba en las críticas de la oposición por su cada vez menor exposición en actos públicos. Y es que la relación entre el mandatario y la prensa crítica o todo aquel que se atreva a cuestionarlo es poco menos que ríspida. Los castiga con el látigo de su desprecio, aunque ello signifique negar la cara a la ciudadanía, pues no aparece públicamente. Desde su llegada a la gubernatura de 2021, periodistas sudcalifornianos advierten un bloqueo constante por parte de Castro y su gabinete que, intencionado o no, ha provocado un vacío de información que sólo abona a la opacidad y preocupa a quienes luchan contra la desinformación en la Media Península. Por priorizar transparencia, activistas e integrantes del gremio periodístico usaron más de una de las uvas del ritual de Año Nuevo para pedir por el fin del bloqueo informativo y que el discurso de apertura sea una realidad y no más demagogia morenista a través de las palabras de Castro. Se espera que el mandatario regrese a las actividades públicas en los siguientes días, y pues, a ver si entre sus propósitos de 2024, está atender a la prensa. Y a la ciudadanía.
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