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martes, abril 30, 2024
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José Alfredo como objeto de estudio académico

“Pude seguir por medio de la academia todas sus letras y encontré que la cosmovisión de José Alfredo tiene diferentes rostros: la más cruda es la del sufrimiento”, expresó a ZETA Paloma Jiménez, hija del cantautor

A 50 años de su fallecimiento, sucedido el 23 de noviembre de 1973 a los 47 años de edad, José Alfredo Jiménez sigue cautivando no sólo a sus seguidores con sus dolorosas composiciones; también a académicos que hacen tesis, ensayos, conferencias y libros.


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Tal es el caso de Paloma Jiménez Gálvez, hija del autor de “Camino de Guanajuato”, que en 2023 publicó “Es inútil dejar de quererte” (Madre Editorial), bajo la edición de José Luis Martínez S., a manera de conmemoración.

“Este libro es un homenaje a José Alfredo porque a lo largo de estos tres años he ido escribiendo estos textos, y pues reunirlos forma parte de los homenajes que se han ido haciendo a su memoria, que yo espero que continúen, porque seguir cantando a José Alfredo es seguir teniendo ese vínculo con sus letras que ya son patrimonio intangible de Guanajuato, porque el Gobierno del Estado hizo la declaratoria”, expresó a ZETA Paloma Jiménez Gálvez.

EN LA PANDEMIA


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Primogénita del compositor, Paloma Jiménez Gálvez publicó en 2021 “Cuando te hablen de amor y de ilusiones. El mundo y la lírica de José Alfredo Jiménez”, editado por Ediciones La Rana del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato.

Fue en 2020, durante la pandemia de COVID-19, cuando Jiménez Gálvez inició una serie de columnas para el periódico Milenio, bajo la edición de José Luis Martínez S.

“José Luis Martínez ha sido de gran estímulo para mí porque fue quien me pidió que le diera el texto primero que escribí para Milenio. Fue en 2020, justo en pandemia; yo estaba en Toronto, porque mi hija vive allá y había ido a ver a mi nieta que había nacido en enero, cuando me llega un mensaje de José Luis Martínez para pedirme un texto que yo había mandado a la Casa Museo José Alfredo Jiménez y quería que se publicara en las redes, y me dijo: ‘Mejor lo publicamos en Milenio’”, contó Paloma Jiménez.

Tras la primera publicación, José Luis Martínez S., editor al fin, animó a Paloma a seguir escribiendo.

“Constantemente me decía: ‘Oiga, Paloma, escríbame un texto sobre ‘Las ciudades’, ‘Cuénteme la historia de ‘El caballo blanco’”, compartió.

“Yo iba escribiendo otros textos con relación a José Alfredo y se los iba mandando, me decía: ‘Perfecto, sígame escribiendo’, hasta que me dijo: ‘Vamos a hacerlo más formalmente, ya como una columna mensual’. Ha sido muy importante para mí José Luis Martínez Salazar, que además es una persona que aprecio y admiro en el mundo de la cultura”, reconoció Jiménez.

“Los textos aparecieron en la sección M2 de Milenio, creo que todos han estado ahí, después lo hicimos formal llamando la columna ‘Aunque los años pasen’, desde antes del libro”, complementó.

Fue así como surgió la idea de “Es inútil dejar de quererte. 50 años sin José Alfredo”, publicado en 2023 en Madre Editorial, bajo el cuidado editorial de José Luis Martínez S., editor en Milenio.

EN LAS GIRAS

En la entrevista para ZETA, Paloma Jiménez trajo a la memoria la década de los 60 y principios de los 70, cuando ella era una adolescente.

¿Cuántos años tenía Usted cuando falleció José Alfredo Jiménez? ¿Cómo era la relación con su padre?

“Tenía yo 19 años, pero te puedo decir que conviví muchísimo con mi padre porque él era un hombre muy casero, aunque no lo aparentara. Le tocaba viajar mucho porque las giras en aquel entonces eran demasiado largas y se hacían recorridos en todo el país, los recorridos luego los tomó La Caravana Corona de una manera más sistemática y entonces iban de un lado hacia el Pacífico y del otro lado hacia el Golfo, pero también recorrían la zona del Bajío y luego se iban hacia el norte. Entonces los patrocinaba La Caravana Corona y se iban intercambiando en los distintos puntos.

“También tenían como base el Teatro Blanquita que estaba en Ciudad de México, todavía existe, pero ya no hay este tipo de espectáculos. En los años 60, cuando Raúl Velasco tiene la idea de hacer su programa ‘Siempre en Domingo’, rompe con el público del Teatro Blanquita, pero siento que se llevó el Teatro Blanquita a la televisión, era prácticamente el mismo formato y los artistas se presentaban 15, 20 minutos; luego había otro elenco y luego otro y luego otro, que era justamente el formato que tenía el señor Vallejo con el Teatro Blanquita”.

¿Viajó con su padre en sus giras?

“Viajábamos mucho, pero básicamente cuando él terminaba las giras le gustaba estar en la casa y le gustaba ir al cine, particularmente era una de las actividades que a él le gustaba hacer, ir al cine; casi siempre eran películas de vaqueros o de acción y de repente me dejaban, mi hermano y mi papá, elegir alguna película más para niñas como ‘La novicia rebelde’ o aquella que se llamó ‘Cupido motorizado’, otra que se llamó ‘Operación cupido’, que eran unas gemelas, esa me acuerdo que le gustó mucho. También pasábamos mucho tiempo escuchando música en la casa, porque compró un tocadiscos grande con los Hermanos Vázquez y allí ponía música de Gardel, de Los Churumbeles de España, de Charles Aznavour cuando empezaron a llegar sus canciones a México y también le gustaba ir a ver a sus compañeros en los cabarets en donde se presentaban; ahí normalmente mi madre lo acompañaba, pero ya que yo tenía 13, 14 años, me empezaron a llevar a mí también y me tocó escuchar a Rafael, a Aznavour y en alguna ocasión vimos a Alberto Cortez”, evocó Paloma Jiménez.

TRAS LA MUERTE DEL COMPOSITOR

A 50 años del fallecimiento de José Alfredo Jiménez, obviamente Paloma Jiménez tiene total conciencia de quién es hija, pero no siempre fue así.

¿En qué etapa de su vida Usted se da cuenta que es hija de José Alfredo Jiménez? Porque cuando él muere, Usted tenía 19 años…

“Yo creo que me doy cuenta ya bastante grande. Crecí también con los hijos de otros compositores y cantantes como Lola Beltrán, Lucha Villa, que a veces nos comunicamos por mensaje con Rosita, la hija de Lucha Villa; con María Elena Leal me veo con más frecuencia porque crecimos mucho juntos los hijos de Tomás Méndez. Entonces, yo no entendía la diferencia, realmente estábamos todos en la misma línea. Mi padre nos decía: ‘Voy a la W’, ‘Voy a la disquera’, ‘Voy al teatro’, ése era nuestro lenguaje, no sabíamos de oficinas, las oficinas quedaban atrás de todos estos espacios donde él se movía. Y como crecimos con los hijos de otros, pues era algo normal, no lo veíamos como especial.

“Cuando él murió, yo me fui a vivir a Europa porque él tenía la intención de enviarme a estudiar pintura a París, me había dedicado ya durante tres o cuatro años a la pintura y le había dedicado un cuadro a él en 1971, del Día del Padre le pinté su retrato, me ayudó bastante mi maestro, pero le dimos una gran sorpresa, tanto le gustó que la puso como portada en un disco donde está la canción del boxeador o ‘Con la muerte en los puños’. Me fui a París y allá es donde yo tomé esa dimensión, allá me di cuenta que mi padre era un ser muy especial.

“Yo me fui a París en el 74 y regresé en el 79. Cuando regreso decido entrar a la universidad, entonces fue cuando se abrió el Claustro de Sor Juana, entré ahí a un curso de redacción, vi el programa de la carrera en Ciencias Humanas, me encantó, me cautivó porque había filosofía, literatura, arte e historia, eran las materias que más me gustaban, entonces ahí estudié y ya desde ahí empecé a tomar a José Alfredo Jiménez como objeto de estudio”, compartió Jiménez Gálvez.

LA COSMOVISIÓN DE JOSÉ ALFREDO

Entre 2008 y 2015, Paloma Jiménez Gálvez cursó la maestría en Letras Modernas en la Universidad Iberoamericana y, también en la UIA Ciudad de México, se doctoró con el proyecto Cosmovisión y sujeto lírico en la obra de José Alfredo Jiménez.

“En 2015 terminé el doctorado, me titulé con un proyecto que luego hice libro, ‘Cuando te hablen de amor y de ilusiones’, que habla sobre la cosmovisión y el sujeto lírico dentro de esta cosmovisión, y pues bueno, ya de ahí me he seguido trabajando en el Museo, en el periódico y dando algunas conferencias”.

“Es inútil dejar de quererte” tiene el rigor del ensayo donde Usted analiza sus canciones y cita algunos fragmentos, versos y estrofas, al tiempo que comparte algunas anécdotas, datos inéditos o poco conocidos. ¿Por qué prefirió un ensayo antes que un libro de memorias de su padre?

“Porque en el doctorado empecé a hacer estudios de manera más formal sobre José Alfredo como objeto de estudio académico. Dirigió mi tesis la doctora Silvia Ruiz y tuve maestros que me fueron guiando, como Ignacio Padilla, Samuel Gordon, Hernán Lara Zavala, entonces pude seguir por medio de la academia todas sus letras y encontré que la cosmovisión de José Alfredo tiene diferentes rostros: la más cruda es la del sufrimiento, se ve muy clara principalmente en dos canciones: ‘Camino de Guanajuato’, que empieza: ‘No vale nada la vida / la vida no vale nada / comienza siempre llorando / y así llorando se acaba’; y ‘La sota de copas’ que dice en la segunda estrofa: ‘El mundo es una cantina / tan grande como el dolor’. Creo que el sufrimiento, quizás, porque perdió a su padre cuando tenía 10 años, es algo que lo marcó constantemente”, narró Paloma Jiménez Gálvez.

La primogénita del “Poeta del Pueblo” concluyó: “Desde el punto de vista académico traté desde luego de alejarme de la figura paterna en el sentido estricto del análisis de las letras. Yo hablo desde lo que me tocó vivir a mí. Entonces, tengo una autoridad en el sentido de que también fui testigo de la historia, que participé de esa historia, de eso puedo dar fe porque me tocó vivirlo”.

“JOSÉ ALFREDO NO ERA MACHISTA”

Hacia el final de la entrevista para ZETA, se le cuestionó a Paloma Jiménez:

– ¿Cuáles son las creencias erróneas que se tienen de José Alfredo? A propósito del alcoholismo y el machismo…

“Yo creo que no podemos evitar estas cosas como la del alcoholismo, pues sí, creo que era una enfermedad que él padeció y que por eso murió de cirrosis. Sin embargo, sí inventan muchos mitos como cuando dicen que José Alfredo se salió del hospital y se fue con Chabela Vargas tres días a ahogarse en una cantina, eso no es verdad, nunca se salió del hospital; sólo el día 9 de noviembre de 1973 que sí se fue a la casa a festejar con mi hermano que cumplía 18 años. En el Museo tenemos un papelito en donde anotó las cifras que ganaba o perdía en el dominó porque le gustaba mucho jugar dominó en casa, ése era otro de sus pasatiempos. Y bueno, regresó esa misma noche al hospital otra vez y el 23 de noviembre de 1973 murió, pero nunca se fue de parranda con Chabela Vargas, eso es un mito”.

“José Alfredo no era machista; yo, que soy mujer, lo puedo decir. Quizás en sus letras están plasmadas muchas expresiones machistas, pero porque era algo que a él en su momento histórico le tocó vivir; como por ejemplo, hay una canción que a mí me gusta mucho que se llama ‘Tierra sin nombre’, que es una nota periodística, y empieza diciendo: ‘Voy a cantarles la historia, de una mujer que murió…’, pero me remite a los juglares, me remite al romance, desde luego, porque es un corrido, y empieza diciendo eso que es una nota para ‘Alarma’: ‘Una mujer que murió’. ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Por qué la matan? Hay un feminicidio dentro de la canción, pero no es que José Alfredo defienda al feminicidio, sino que es algo que a lo mejor le tocó vivir en un pueblo y él cuenta esa historia”.

Finalmente, argumentó Paloma Jiménez: “Cuando dice: ‘Te vas porque yo quiero que te vayas…’, no es que sea un macho; o cuando habla de ‘Te solté la rienda…’, es también una tradición que viene de la canción popular mexicana, estas cuestiones equinas que nos hablan del mundo de los caballos y que relacionan a la mujer con el caballo y la potranca, lo dice no solamente él sino muchos compositores anteriores a él que cantaban a la mujer haciendo esta comparación, este símil, para representar algunas imágenes que quizás son muy fuertes porque, claro, decir ‘Te solté la rienda’ es algo que capta la atención del escucha inmediatamente”.

Autor(a)

Enrique Mendoza
Enrique Mendoza
Estudió Comunicación en UABC Campus Tijuana. Premio Estatal de Literatura 2022-2023 en Baja California en la categoría de Periodismo Cultural. Autor del libro “Poetas de frontera. Anécdotas y otros diálogos con poetas tijuanenses nacidos en las décadas de 1940 y 1950”. Periodista cultural en Semanario ZETA de 2004 a la fecha.
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