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lunes, septiembre 30, 2024
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¡Nos valen grillo los muertos!

Ahora cerca de Halloween y del Día de Muertos, es oportuno revisar cómo algunos países son indiferentes a los crímenes y accidentes que ocurren. Con frecuencia vemos balaceras en Estados Unidos, donde un loco adquiere armas con las que ataca a indiferentes transeúntes, escolapios o clientes de centros comerciales y hay un clamor en todo el país ante estos crímenes, que son recordados anualmente.

En México constantemente escuchamos de horrendos asesinatos (como el caso de la familia menonita, donde mataron a mujeres y niños) causados por la mafia o por simples razones pasionales y pequeñas venganzas. Llevamos cerca de 200 mil muertos en el sexenio y nos hemos ido volviendo indiferentes, ciegos y sordos; hemos perdido la capacidad de asombro. Simplemente nos vale grillo que gente muera mientras no tengamos una relación directa.

Aunque penan su dolor ante sus familiares muertos, no es extraño que los radicales musulmanes manden a sus hijos a suicidarse, convertidos en bombas humanas, y festejen el acontecimiento porque seguramente como mártires, los premiarán en el cielo con 18 jóvenes huríes que estarán eternamente felices.

Asombran, cuando oleadas de chinos luchaban en Corea contra el ejército americano y valientemente perdían la vida en ataques suicidas.

Otros pueblos, como los ucranianos y rusos, por su temperamento pasional sienten con extremo dolor a sus seres queridos. Entendemos que a los pueblos rusos y ucranianos, viviendo en temperaturas extremas, su nivel emocional también toca diapasones extremos, como lo hemos aprendido en los libros de Fiódor Dostoyevski (Los hermanos Karamasov), Boris Pasternak (El doctor Zhivago), Máximo Gorki (La madre), León Tolstoi (La Guerra y La Paz),  etc. Y la música de Tchaikovsky o Borodin, que nos hacen vibrar profundamente, como “Romeo y Julieta” que dicen que es la melodía más bella del mundo.

Me duele y me conmueve la indiferencia de nosotros los mexicanos ante los desaparecidos, la violencia a las mujeres y el dolor de tanto y tantos crímenes.

Hagamos una reflexión; no más muertos por las manos y la crueldad de los hombres. Vayamos a los panteones a cantar con nuestros muertos (“La llorona”) o festejar y recordar los días de los que se fueron. No matemos y seamos muertos por seres arteros.

Feliz Día de Muertos.

José Galicot es empresario radicado en Tijuana.

Correo: jose.galicot@tijuanainnovadora.com

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