En México, desde que ha habido independencia política, las masas primero idolatraron a Antonio López de Santa Ana (desde 1823 a 1855), que nos perdió a Texas, California, etc., luego a Benito Juárez (de 1857 a 1872), quien por el Tratado McLane-Ocampo nos vendió a E.U.; y después (1877 a 1910) a Porfirio Díaz, que si bien no fue un traidor, nos arrastró a una revolución. El Evangelio de San Marcos (8:18) nos enseña: “¿Teniendo ojos, no veis, y teniendo oídos no oís?” porque nosotros somos lo peor de ciegos y únicos culpables de nuestra perdición, ya que fiamos “en los políticos y, como esos lo saben, siguen acarreando a cuanta borregada de idólatras imbecilizados”.
Durante el siglo XX, de 1920 a 2000, bajo los “revolucionarios” y el PRI, el populista de izquierda Echeverría, tras masacrar estudiantes en 1968, nos hundió al país, endeudándonos monstruosamente, y nos devaluó en 1976; seguido del igual megalómano, López Portillo que nos volvió a devaluar en 1982; y luego los neoliberales Salinas de Gortari y Zedillo que igual nos devaluaron en 1994. Tan malos los de izquierda o de derecha. Ahora ha habido tontos crédulos de la alternancia: que por “partidocracia” Fox iba a ser un cambio, o Calderón algo distinto, o Peña Nieto un rehabilitado… Pamplinas. Y ahora idolatría ciega al sr. López y su “transformación” de militarismo desatado. Recáspita.
Este recién episodio perverso de secuestrar los donativos de grupos ciudadanos, religiosos, caritativos y civiles tras el huracán Otis, para que se los apropiaran sólo su partido Morena, el ejército, Marina y Guardia, y luego hacer “raja” de propaganda por adornarse con sombrero ajeno de ser los bondadosos, lo exhibió de tan grotesco.
Y ahora, razonémoslo: ¿Trae el sr. López y su mafia-partido alguien que ofrezca algo nuevo? ¿Su “corcholata” primorena Claudia Sheinbaum, una aduladora, que no dio mantenimiento a la línea 12 del metro chilango y se le derrumbó, o -como opción de los caciques del PRIAN- Xóchitl Gálvez? Perfilándonos otra campaña con los mismos partidos y lacayos, las mismas promesas, demagogia y retórica (derrochando fortunas del erario en vez de utilizarlas en obras y servicios públicos) seductoramente nos aturden en los comerciales, usando a los electores de borregos en sube y baja: ora los del PRI, ora los del PAN, ora Morena. En una palabra, será la misma voraz élite “partidocrática”.
A los políticos no les debemos los apoyos ni becas. ¡¡Diantres, salen de nuestros impuestos!!
En el 2018, que los electores estábamos hartos, sólo el 63 por ciento salimos a votar. De ese sufragio reducido, el señor López obtuvo un 53 por ciento -matemáticamente sólo el 33 por ciento, en realidad- pero la prensa lo distorsionó que dizque logró una mayoría arrasadora; por eso Benjamín Disraeli (primer ministro inglés) dijo: “Hay mentiras, hay malditas mentiras y hay estadísticas” falsas.
¿Ha bajado morena la inseguridad y feminicidios, que hasta nominaron un par de presuntos violadores? ¿O hay menos baches ahora que ha estado Morena? Bah, seguimos igual o peor que con los del PRIAN. ¿Hay mejor alumbrado público con Morena? Uff, como el PRIAN, mucho de la ciudad sigue en la oscuridad. ¿O ha disminuido la corrupción y el influyentismo en el país con éste Sr. López y Morena? Doble bah y uff. Ser idólatras ciegos, irracionales e imbéciles de políticos es el pecado que estamos purgando en México.
Y hoy día, una vez que los contadores públicos y economistas que entendemos de presupuestos y finanzas hemos analizado el recién Proyecto de Presupuesto federal del señor López, inmediatamente notamos que nos dejará al país con déficit, y vemos seguro que se escabullirá tal y tras de la elección del 2024, arrinconando a la que salga electa a tener que devaluar al peso al iniciar el 2025, igual como antes Echeverría, López Portillo, Salinas, Zedillo y demás.
Así, del laberinto que arriesgamos entramparnos, no debemos recaer como siempre antes en ser unos ciegos. Y antes de votar hay que analizar y razonar con lógica, sobriedad e inteligencia, en vez de caer otra vez como partidistas necios, y menos idólatras ciegos por ningunos de los ambiciosos del poder. Al cerrar su sexenio, el sr. López ha dado pocos resultados y ya está desgastado. Y ambas suspirantes que vienen, siguen controladas por la misma cloaca de los caciques y sus compinches de la partidocracia.
Atentamente,
José Luis Haupt Gómez
Tijuana, B.C.
