María, “la señora de los tamales y burritos”; así es como la conocen los habitantes de Tecate, particularmente de las colonias Piedra Angular o Santa Anita. Tiene 72 años; los últimos cinco años de su vida los ha dedicado a vender algún tipo de alimento para generar ingresos que le permitan comer, tener una cama, pagar los servicios de luz, agua y en algunas ocasiones un poco de saldo para su teléfono, pues vive sola y en ocasiones requiere el apoyo de vecinos cuando se siente mal.
La falta de recursos y la negativa de las empresas para contratarla, siendo su edad la causa principal, la llevó a buscar opciones de emprendimiento: “Cuando cumplí los 59 años en la empresa donde laboraba comenzaron a hacerme comentarios como que ya no podía realizar de manera apta mi trabajo; trabajé más de 10 años en una maquiladora en donde pasé por varios departamentos, producción, limpieza, embalaje, entre otros. Cuando uno ya se pone vieja nadie quiere ser el responsable de jubilarnos, es entonces cuando comienzan a verte todos tus defectos”.
Hace más de 15 años que su pareja falleció. Su hija vive en Tijuana, pero ya va para el año que no la frecuenta; mientras que el menor de 32 años sólo la visita cuando “anda mal”, consume drogas y la última vez que lo llevó a la casa le robó el horno de microondas que una amiga le había regalado para que pudiera calentar su comida mientras junta lo necesario para comprar una mina de gas.
De acuerdo con la encuesta Nacional sobre Salud y Envejecimiento elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 31.6 por ciento de los mexicanos que son mayores de 53 años de edad presentan alguna dificultad económica. Un 54.3 por ciento de este sector de personas mayores ha sufrido falta de dinero para adquirir un medicamento esencial para mantener la salud, mientras que un 45.8 por ciento que no cuenta con algún tipo de seguridad médica no logra costear los gastos médicos cuando sufren alguna enfermedad o llevar un chequeo médico.
Solamente en el primer cuadro de Tecate laboran más de 20 adultos mayores en actividades informales como venta de dulces, boleo de zapatos, venta de alimentos. Aseguran no contar con apoyo económico por parte de sus familiares; viven al día y la mitad de ellos no cuentan con vivienda propia.
Siete de cada diez personas que actualmente se encuentran en situación de calle en el Pueblo Mágico, y que se han establecido también en el primer cuadro de la ciudad, son personas mayores de 50 años y padecen enfermedades mentales por alguna adicción.
Actualmente Tecate no cuenta con algún albergue que brinde apoyo este sector de la población, que permanecen en la vía pública pese a temperaturas que alcanzan los 10 grados centígrados durante la madrugada (y que en invierno pueden llegar hasta bajo cero). El único espacio reactivado hace algunas semanas es la Casa del Migrante, limitando su atención estrictamente -como su nombre lo dice- a personas en situación de movilidad.
