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sábado, febrero 17, 2024
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¿Qué le pasó a mi ciudad?

De Trez en Trez

Único nacido en Tijuana de una familia que llegó a esta ciudad hace más de 70 años, he tenido la oportunidad de vivir, disfrutar y luego padecer los cambios en la forma de vida en esta frontera.


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Así, atestigüé cómo pasó de ser una ciudad pequeña, más tranquila que problemática durante mucho tiempo, hasta convertirse en uno de los municipios más poblados del país (según datos del INEGI) con un gran desorden urbano, donde no existe planeación y sí crecimiento anárquico; los servicios públicos son malos, escasos cuando no inexistentes; con caos vial por aquí y por allá, un día sí y otro también.

Desde luego, los pillos (organizados o desorganizados) siempre han existido, pero hoy mi ciudad se ha convertido en uno de los municipios más inseguros en una entidad considerada entre las más violentas de México.

En la Tijuana de antes, un hecho violento era toda una noticia; el voceador iba por la calle gritando: “Un muerto en la colonia Moreloooos”. Y ofrecía el periódico con la mano en alto para que todos vieran el ejemplar.


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Entonces íbamos de la casa a la escuela solos, solíamos acompañarnos de los amigos para caminar rumbo a las clases; lo mismo a la salida, disfrutábamos el recorrido. Muy pocos padres traían o recogían a sus hijos. Nada de carros en doble fila, ni mamás en amena charla; eran tiempos tranquilos, de poca violencia.

Cierto, muchas calles no tenían pavimento, pero aun así éramos felices jugando en ellas: béisbol, futbol americano; y dependiendo de la “temporada”, volábamos papalotes, jugábamos al balero, a los hoyitos, los colores o encantados, a las escondidas, los quemados, al stop, al yo-yo, o las canicas… Pasábamos más tiempo en la calle que en nuestras casas. ¡No teníamos miedo!

Se podía cruzar “la línea” en más de una ocasión en el mismo día. Las señoras iban a lavar su ropa allá (25 centavos de dólar la carga y 10 centavos en la secadora), o bien surtían su despensa en La Bodega, Safeway, y otras “marketas”; disfrutaban sus compras en Aaronson Brothers, Two Guys, White Front, Pic’n Save y en los centros comerciales de Chula Vista. Nada de filas interminables ni cercos de metal en la frontera.

Por el rumbo del aeropuerto y en lo que ahora es “el bordo” en San Ysidro, había sólo una cerca de poca altura y cuatro hilos de púas; con frecuencia los rancheros permitían el paso a las personas de “este lado” a recoger productos de sus sembradíos.

Los fines de semana eran de fiesta en la Avenida Revolución: sus restaurantes, cafés, “mexican curios” y bares llenos de turistas, lo mismo el Jai Alai, el Hipódromo Agua Caliente (con caballos “en vivo”) de Johnny Alessio, el Toreo de Tijuana o la Plaza Monumental de Playas de Tijuana.

Se acostumbraba comprar y vender todo en dólares, la moneda de USA. Salarios de empleados en general y hasta los de gobierno, recibían su sueldo en dólares; circulaban pocos pesos y algunas veces nos deshacíamos de ellos. El comercio, los negocios, el empleo, los bienes y servicios iban viento en popa hasta que… llegaron las devaluaciones, las crisis, el narco, los sismo de 1985 y los subsecuentes en CDMX; las migraciones grandes, primero de mexicanos y luego masivas provenientes de varias naciones.

Políticamente aguantamos gobiernos priistas hasta 1989, luego 30 años de gobiernos panistas, después priistas de nuevo, hasta llegar a gobiernos de Morena… y vea como estamos.

Sin duda, los gobernantes de fuera (menos de 10 alcaldes de Tijuana han nacido aquí), la ambición de poder, las raterías con los dineros públicos, el mal manejo de los presupuestos, los pleitos e intereses políticos o personales, la incapacidad, la corrupción, la ignorancia, la falta de voluntad, el futurismo y el “chapulineo” político, entre otras muchas causas, han contribuido para que Tijuana haya cambiado tanto. Aun así, no la cambio por ninguna.

P.D.- Tengo la esperanza de que algún día mi ciudad, mi estado y mi país, tengan mejores gobiernos y ciudadanos de bien.

Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana.

Correo: profeohe@hotmail.com

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Óscar Hernández
Óscar Hernández
Oscar Hernández Espinoza Oscar Hernández Espinoza Oscar Hernandez 17 oscar@boltmedia.com.mx
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