Encender la televisión o el radio en Fórmula de la Tarde, o en otros programas en la frecuencia de 950 de AM. Está la intervención de 120 minutos de Pepe Cárdenas, con sus invitados; entre ellos, el más constante comentarista es Rafael Cardona, con su sección del “Cristalazo”. En esa ocasión hace referencia al crudo pasaje que vive Palestina y los judíos que con el apoyo político, económico, comercial financiero y militar de las prepotentes potencias coloniales estadounidenses e inglesas, con la complicidad europea, atropellaron su soberanía con la consigna de expulsar a sus primos hermanos de su ancestral tierra a base de fuerza militar, convertida en décadas como política terrorista “tolerada”.
El mismo tratamiento brutal, inhumano, genocida, que les dio a la raza judía, durante el fascismo alemán hitleriano de 1939 a 1945, lo están aplicando al inerme pueblo palestino.
No es titular de noticia cuando lo ejerce el Estado Israelí o demás poderosos que aplastan a pueblos sin defensa. La misma invasión de Israel es la de Rusia a Ucrania, y no tiene los reflectores de la prensa internacional. Una doble moral (hipócrita) de las agencias, cadenas y medios de información.
Comandado por la ultraderecha, francamente recurrente a métodos salvajes, fascistas, como la clara amenaza de “tirarlos al mar, desaparecerlos de la tierra” del gobierno de Netanyahu e Isaac Rabin, ocurren los implacables asentamientos confiscatorios de territorio palestino y el asesinato casi diario de decenas de civiles en sus casas. Estos hechos, que son los argumentos de la otra parte silenciada, tendenciosamente no lo mencionan nunca para entender y explicar las razones y causas del conflicto. Humo denso en vez de transparencia de occidente en el tratamiento, que adormece millones de conciencias y la opinión pública. Sí, los mexicanos nos identificamos con Palestina por el despojo del vecino norteamericano.
También en la radio está la “aportación inteligente” de Diego Fernández de Cevallos y de otros declarados neoliberales como Leo Zuckermann, el yucateco Héctor Aguilar Camín, entre otros, que hacen una crítica acérrima de quien llevó al proyecto político al poder con 30 millones de votos y ha conservado la popularidad como Presidente de México, y es el segundo líder internacional más preferido y apreciado por sus pueblos, después de Narendra Modi, primer reformista de la India.
Cuando escuchas y analizas las declaraciones torcidas, porque reciben línea de los periodistas chayoteros (pagados a sueldo por quienes nunca dan la cara), percibes claramente que hay consigna de ocultar la imagen completa de una realidad más compleja que condenar a una de las partes y guardar silencio de vergüenza, o ensalzar o encomiar a la otra.
La función con una dosis de responsabilidad y ética del periodista y de los directores de noticias que se respeten, no es sólo editorializar, que es legítimo; pero ante los auditorios plurales, primeramente, deben mostrar objetivamente hechos concretos, historias sin cortapisas, y presentar un balance con una perspectiva equilibrada, nutrida de diversidad, donde el informador no sea protagonista, sino puente que permita al lector tener una imagen real, sin mezclar o contaminarse con intereses de las empresas, de los propietarios, de los patrocinadores, que exhiben mezquindad y miseria moral. ¿Siempre el que paga manda?
Falta reglamentar por las autoridades del Estado y por el ombudsman del radioescucha, que al menos debes escuchar con claridad en un programa de información, elementalmente las dos o más partes de un conflicto. Sólo así, pienso, se crea valor y mérito de un trabajo especializado que genere mínimos aceptables de elementos fundamentales en el noble y honroso oficio de investigar, pensar, repensar por la vocación de informar. La meta de creación de credibilidad y confianza en la sociedad es la mejor prueba de que no están trabajando por consigna sino enalteciendo su oficio.
Es parte esencial de la salud social, política y cultural de un pueblo libre de manipulación. Los medios también tienen la obligación moral de educar desde los medios de información sustentada en la dignidad, la verdad y objetividad.
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es académico del Instituto Tecnológico de Tijuana.
Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com