El 19 de marzo del 2020 llegué al edificio del INAI en Ciudad de México, para llevar a cabo una importante misión: Por primera vez en la historia, inscribir a Baja California para participar en el Plan DAI.
Anteriormente daba tristeza ver en el mapa nacional a nuestra entidad, ausente entre los incorporados a esa política pública nacional.
La reunión tuvo sus asegunes, porque justamente la oleada de contagios por COVID-19 empezaba a impedir los encuentros presenciales, por lo que podemos decir que apenas alcancé a presentar la inscripción antes de que se cerraran las puertas.
De hecho, ese mismo día, más tarde, me estaban llamando por teléfono para preguntarme si tenía síntomas, puesto que con quien había interactuado mostraba ya fuertes molestias, y al provenir yo de la frontera, creían que pudiera haber sido el portador del virus causante de ese contagio, por lo que me cuestionaban si recientemente había viajado a oriente o a Estados Unidos. El examen que se practicaron posteriormente resultó negativo afortunadamente, así que desecharon todas sus preocupaciones.
Aun así, tuve otra reunión presencial al día siguiente, sin ninguna consecuencia, habiendo logrado todos los objetivos del viaje, para enseguida disfrutar una ciudad capital que paulatinamente empezaba a verse insólitamente desierta, como en escenas de las películas “Un día sin mexicanos” o “Soy Leyenda”.
Lo que siguió en los meses subsecuentes fue extraordinario: frente a la incertidumbre nacional, tanto por los contagios como por las dilaciones en las administraciones estatales, que detenían el avance del Plan DAI, nuestra entidad federativa no sólo no se detuvo, sino que gracias a la férrea decisión de seguir adelante, motivó que inéditamente, con el indispensable apoyo del INAI, se desarrollara la formación de Personas Facilitadoras del DAI en forma virtual, lo que logró la primera generación de impulsores de dicha política pública en esa modalidad.
A la par, integramos y contamos con una excelente Red Local de Socialización del Plan DAI, lo que permitió que en co-creación, los miembros de la Red trabajáramos sin que nos frenara la pandemia, avanzando sin interrupciones para cumplir oportunamente el Plan Local de Socialización que juntos habíamos elaborado.
Desde que hicimos el planteamiento al Profr. Jesús Ruiz Barraza, rector del CUT, para que esa institución académica participara en la Red, tuvimos inmediata respuesta positiva, contando por supuesto con el apoyo de la vicerrectora, Mtra. Yeni Marmolejo Mariscal y de la coordinadora de Vinculación, Lic. Jacaranda Partida Martínez.
De esa primera generación surgieron casos de éxito que luego resonarían a nivel nacional, como el de Yazmín Rubio, en el Blvd. 2000 o de Miguel Ángel Velarde en la Col. Ruiz Cortínez.
Con gran satisfacción, Baja California no sólo se incorporó al Plan DAI, sino que lo hizo excelentemente.
Todo es cuestión de rendir cuentas hasta el final del DAI.
Alberto Sandoval ha sido educador de adultos, profesor de bachillerato, catedrático universitario, servidor público, conferencista, deportista y activista ciudadano.
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