Camina uno por las esplendidas calles de las ciudades americanas y se encuentra a una serie de personajes que no tienen casa, habitación, y que son llamados “homeless”.
¿Me pregunto quiénes son? ¿Por qué están ahí? ¿Qué causó la desgracia de no tener una habitación y una vida normal? ¿Drogadictos? ¿Enfermos? ¿Desahuciados? ¿Ex-soldados?
Escogí a uno para crear un poema artesanal que comparto contigo querido amigo lector con la esperanza de que me des tu opinión con un abrazo:
Un zapato viejo tirado en la calle:
Ajado,
mil veces pisado,
atropellado,
Hasta ser cascajo.
Zapato de soldado.
Roto,
como su dueño.
Joven arrogante.
Craig, Peter or Joe.
Con ilusiones.
Fue francotirador.
Muy bueno,
el mejor.
Hasta que le tembló la mano
y los ojos le empezaron a fallar.
Afganistán.
Siria.
Irak.
Angustia.
Calor.
El sudor agrio.
El polvo.
La tortura.
El olor a miedo y sangre.
La muerte.
Se van comiendo
ilusiones y sueños.
Ya no fue el mismo.
*
Sólo sobrevivir.
El hermano muerto.
El cinismo.
El zapato en la calle de San Diego.
El hombre descalzo
que empuja un carro del mercado.
Es carro de Wal-Mart.
No rechina,
lo ha cambiado diez veces.
Cree que es su arma,
su parabellum,
Y la quiere tener lista.
Ahí lleva sus posesiones.
Ya no carga sueños.
Sólo quiere el hachís, o el cristal.
Que lo hagan olvidar
para no despertar temblando
con horribles pesadillas.
Un zapato viejo,
muy gastado,
en la calle de la indiferente ciudad
que no ve,
que no comprende,
que no escucha,
que no oye
al homeless.
José Galicot es empresario radicado en Tijuana.
