Las carreras de caballos pueden ser de circuito o parejeras. En México han existido pocos hipódromos, por tanto, los carriles para carreras de caballo uno a uno, suelen ser más abundantes. Además de la forma del camino que recorren a toda velocidad, la distancia es un factor determinante en las competencias de circuito, porque, para ganar, la resistencia es elemental. Y aunque el último tramo de un circuito termina siendo cuerpo a cuerpo, el esfuerzo es abismalmente distinto.
El ejemplo anterior va bien para la política, pues las carreras que trascienden son de resistencia. Mientras, aquellos que corren por velocidad, es probable que asciendan rápido, pero con la misma rapidez descenderán. Ejemplos de estos últimos hay muchísimos; sin embargo, si queremos referirnos a los políticos de resistencia, los casos se reducen considerablemente.
Andrés Manuel López Obrador es uno de dichos personajes. Luego de 13 años de campaña y tres elecciones presidenciales, finalmente logró su cometido: ser Presidente de México. Aunque su resistencia también ha sido al cambio en sus ideas, aun y cuando éstas pudieran afectar al colectivo mexicano. El actual Presidente también se resiste, aunque declare lo contrario, a dejar el poder. Como en ocasiones anteriores, de los nombres que se perfilan en la carrera presidencial, López Obrador ha optado, en primer lugar, por su “corcholata” más dócil; en segundo, por la “corcholata”, que, además de ser su amigo y paisano, es convenientemente obediente. AMLO se resiste a dejar la silla e insistirá -hasta donde pueda ser- el poder tras el trono.
Es el caso del siguiente proceso electoral, para mala fortuna de Andrés Manuel, cada vez más cercano, que aunque no ha comenzado -oficialmente- la carrera, los pretensos andan a todo galope. Un trote previo a la competencia.
De hecho, quisiera saber qué vitaminas toman para tener esa resistencia. En el caso del canciller Marcelo Ebrard, va de la Ciudad de México a Puebla y de regreso. Después, Acapulco, Dallas (Texas), Tijuana, y de nuevo a la capital de la república. Todo en menos de una semana. Algunas actividades oficiales, otras particulares o un poco de ambas. Cualquiera que sea su naturaleza, el carnal Marcelo está apretando el paso y no se le ve ánimo de aflojar. Quiere ser Presidente y lo está demostrando al rodearse de importantes liderazgos, el reconocimiento que le entregaron y hasta los tacos que comió.
La III Cumbre Latinoamérica de Relaciones Públicas y Comunicación Estratégica se llevó a cabo el 21 y 22 de abril en la capital regiomontana. Durante la misma, se contó con la disertación de personas provenientes de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Estados Unidos, Honduras, Italia, México, Puerto Rico, Uruguay, Venezuela, y otros más.
Teniendo como sede el edificio Jorge Carpizo de la Universidad Autónoma de Nuevo León, durante el encuentro se abordaron temas de gran relevancia, como la utilidad de las relaciones públicas en la vida diaria, tecnodigitalidad y neurociencia en la comunicación, inteligencia artificial versus personalización en las relaciones públicas, reputación corporativa, y la comunicación en el nuevo escenario internacional, fueron algunos de los muchos asuntos analizados.
Dicha Cumbre contó con la participación de dos distinguidos publirrelacionistas que pusieron en alto el nombre de Baja California y de quienes me precio ser amigo: Jorge D´Garay y Miguel Ángel Badiola. Para ambos, mi reconocimiento y gratitud. Sobre nuestra estancia en Monterrey, sus adelantos, así como uno que otro acontecimiento político, les estaré contando la próxima semana.
Post scriptum: “La muerte es segura, solo hay que saber administrarla”, Juan Sepúlveda Vázquez.
Atentamente,
Francisco Ruiz; escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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