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jueves, febrero 15, 2024
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Transformando el cine

Consolidando su carrera como productora cinematográfica, la mexicana Natalia González destaca por provocar que las cosas sucedan sin importar los presupuestos. En su haber, 50 comerciales para Lala, Nestlé, Oreo, DiDi y Volkswagen se emparentan con la producción asociada en “Bardo. Falsa crónica de unas cuantas verdades”, de Alejandro G. Iñárritu, por la que está nominada al Oscar

Valiente con sus historias, apasionada con la producción audiovisual y venciendo obstáculos para demostrar que no se le cierra el mundo, Natalia González pelea por su lugar y representación femenina. A sus 30, ya comparte créditos con Carlos Cuarón, Anna Camp, Mason Novick, Eugenio Villamar y Alejandro G. Iñárritu, con quien fungió como productora asociada en “Bardo. Falsa crónica de unas cuantas verdades”, desde la preproducción hasta la postproducción, cuyo ambicioso rodaje involucró miles de extras, enormes sets, largos planos de gran complejidad y efectos visuales.


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Ubicada justo entre una generación consolidada y otra emergente, González, quien está al frente de la casa productora Blue Hour Films, con la que ha desarrollado más de 50 comerciales para marcas como Lala, Nestlé, Oreo, DiDi y Volkswagen, dialogó con ZETA respecto a su lugar en la industria cinematográfica y el futuro de esta.

“Soy parte de una nueva generación que no es que seamos más jóvenes, pero empecé haciendo cine digital. La transición que vivieron Cuarón, Iñárritu o Del Toro de la cinta a lo digital, ya estaba cuando inicié. Hoy la gente nace con iPads en la mano, entonces, cambió la manera de entender el cine y también lo han hecho las plataformas. Las posibilidades de financiamiento abrieron con el streaming, ya no dependes totalmente de grandes estudios o convocatorias del gobierno. Hoy puedes hacer una película hasta con el celular, la exhibes en el Festival de Sundance y una distribuidora te la compra”, expresó.

“El cine ya no es para unos cuantos, puedes contar una historia con tantas posibilidades y eso es algo que mi generación a entendido, ha cambiado la mentalidad y justo estamos en un momento de complementarnos con los cineastas consolidados, y ellos de nosotros, sobre todo para abrirse a nuevas maneras de hacer cine, de promocionar las películas en redes sociales”, complementó Natalia.


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Sobre cómo seguir creando arte fílmico, cuidar la integridad y el romanticismo del cine frente a la demanda de maquila audiovisual de las plataformas, “creo firmemente que puedes ver una película en una sala Dolby o en tu celular con audífonos, y lo que más va a importar, fuera del formato, no es el tamaño de la pantalla, sino el lenguaje cinematográfico; hacer que la cámara sea tu mayor aliado, tu mejor amiga, para que puedas dirigir el ojo del espectador hacia donde tú quieras que él vea. El cine siempre será el séptimo arte, nunca lo vamos a perder, y creo que nuestra generación tiene que entender que no importa hacia el formato de distribución que vaya a tu película, con qué cámara lo estés haciendo, si siempre cuidas el lenguaje cinematográfico, siempre vamos a tener al cine como es: romántico, sea en película, digital o celular”.

Productora asociada de “Bardo”, de Alejandro G. Iñárritu

De su participación en “Bardo”, resaltó:

“Al cine mexicano le hace falta cuidar el lenguaje, estudiar cada escena. Alejandro (G. Iñárritu) hizo muchos planos secuencia porque él quiere que se sienta como si el espectador estuviera fluyendo con el personaje, lo justifica desde el storyboard y no lo hace para que se vea bonito, sino para sumergir al público, causar tensión, alegría. Justo ahí aparecemos los productores, para facilitar todo lo tenga que hacer el director. Fue complejo en ‘Bardo’ porque es la película más ambiciosa que se ha hecho en México”.

Para dicho filme, González recreó escenas en el desierto de Baja California, Sonora y Baja California Sur.

Consolidando su carrera, se describe como una productora con el deseo de impulsar y cambiar hacia el bien el cine mexicano: “Quiero ser esa generación de productores y directores que haga un cambio drástico en la narrativa del cine mexicano, tenemos un cine súper comercial, y, por otro lado, un cine abstracto, de nicho, de culto, que no llegará a todas las masas. Después de ‘Bardo’ quiero estar en medio de esas dos, cuidar lenguaje cinematográfico, trabajar en la ficción y documentales, que no sólo sean de narcos”.

Con relación al rol de las féminas en la industria del cine, “no hay más mujeres que hombres, pero hay oportunidades iguales para ambos, se está dando naturalmente, cada vez hay más mujeres en la producción y dirigiendo. Tatiana Huezo y Alejandra Márquez están resaltando, pero lo que me gustaría es vernos más representadas en premios, aunque nunca trabajas para los premios, sí me provocó abrirme puertas en el cine ver cómo ganaban nuestros directores mexicanos. Me gustaría ayudarles a niñas en el futuro, darles fuerza, representación y visibilidad”, dijo.

“Las mujeres tenemos otro tipo de sensibilidad y hemos tenido que luchar para probar que podemos y que merecemos estar ahí, por eso hay muchas cosas que no nos dan tanto miedo. Creo que las mujeres aportamos otra mirada, porque nosotras estamos muy complementadas por la visión de los hombres, porque hemos crecido viendo contenidos hechos por hombres. Ahora les toca a ellos aprender un poco de nosotras, viene una generación de personas que estamos haciendo las cosas diferente, tratándonos más como humanos, y las historias están siendo más humanas”, puntualizó Natalia González, señaló, quien prepara un nuevo rodaje en Toluca y no descarta filmar en La Paz, BCS.

Autor(a)

Roberto A. Partida Sandoval
Roberto A. Partida Sandoval
Licenciado en comunicación por la UABC. Periodista de entretenimiento. Editor de Espectáculos. 22 años en ZETA. Apasionado por el cine, música, viajes, gastronomía, ciclismo, senderismo y aventura.
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