Alma Lidia Cota asumió la presidencia del Comité de Participación Ciudadana (CPC) del Sistema Estatal Anticorrupción de Baja California Sur. La activista, con años de trayectoria y trabajo en beneficio de la comunidad, enfatizó que la corrupción es un síntoma de una enfermedad extendida.
Cobijada por organizaciones de la sociedad civil, cámaras empresariales, colegios, instituciones académicas y la Red Ciudadana Anticorrupción, Alma Lidia Cota expresó en su toma de protesta que hace votos para que Baja California Sur deje de ser una sociedad sin sanciones; para que los hechos de peculado, el desvío de recursos y la malversación de fondos tengan consecuencias.
En este contexto, exhortó a la sociedad a sumar habilidades y talentos, para consolidar un estado donde la ética y la moral sean el principal atributo en la actuación de servidores públicos, empresarios y ciudadanía.
“La corrupción es un síntoma de una enfermedad más extendida: el fracaso de las instituciones; cuyo resultado es una deficiente gestión de los recursos públicos, disfrazada en políticas y prácticas gubernamentales ilegales”, señaló.
Haciendo una analogía, precisó que si la corrupción se tratara como una enfermedad, caeríamos en el error de creer que “cortando” el tumor (es decir, eliminando gobernantes corruptos) tendremos una sociedad sana.
“La solución no está en sustituir unos gobernantes, un grupo o un partido por otro, que llegado el momento corren el riesgo de adoptar las mismas reglas de un juego normalizado corrupto”, dijo.
Recalcó que las sociedades que han logrado un control eficaz de la corrupción han sido a través de la construcción de un nuevo orden social, con cambio en las reglas del juego, con acciones enfocadas y voluntad para consolidar modelos de gobernanza.
En su discurso subrayó que un esfuerzo de esta magnitud, como lo es el combate a la corrupción, se hace posible con el acompañamiento propositivo de una sociedad civil organizada y consciente de los pasos a dar; que apueste por la superioridad moral, política, social y económica de un orden de gobernanza.
Desde su perspectiva, el objetivo se vuelve más amplio porque ya no es solo combatir la corrupción, sino mejorar la calidad del desempeño de los gobiernos.
“Estoy convencida, que desde el Sistema Estatal Anticorrupción, seguiremos sumando a la generación de una sociedad más informada, preocupada y ocupada en romper con la impunidad, la falta de transparencia y la corrupción”.
“La vida política de nuestro estado es tan importante que no podemos dejársela solo a los políticos. Tenemos que hacerla nuestra hacer nuestra parte para construir una sociedad libre de corrupción”, finalizó.
