De Trez en Trez
Uno.- El 1 de diciembre de 2018, ante el Congreso de la Unión al tomar posesión del cargo, AMLO dijo: “A partir de ahora se llevará a cabo una transformación pacífica y ordenada (…) ahora, nosotros queremos convertir la honestidad y la fraternidad en forma de vida y de gobierno.
Y aún más: “Es pertinente, pues, exponer con toda claridad que vamos a atender y a respetar a todos. Que vamos a gobernar para todos (…) actuaré sin odios, no le haré mal a nadie, respetaré las libertades, apostaré siempre a la reconciliación y buscaré que entre todos y por el camino de la concordia, logremos la cuarta transformación de la vida pública de México”. Nos ilusionó.
Luego, en el Zócalo de CDMX, ante sus seguidores, AMLO leyó sus 100 compromisos; entre ellos, los siguientes: El 90, “se respetará la libertad de expresión; nunca el gobierno aplicará censura a ningún periodista o medio de comunicación”. Y el 92, “mantendremos relaciones respetuosas con el Poder Legislativo y con el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo dejará de ser el poder de los poderes.”
Compromiso 98: “Se garantizará la libre manifestación de ideas y de creencias religiosas y la libertad de prensa. Estamos por el diálogo, la tolerancia, la diversidad y el respeto a los derechos humanos.”
Solo que, como dice mi sabia y casi centenaria abuela: “Del dicho al hecho, hay mucho trecho”, o lo que es lo mismo: “Cae más pronto un hablador que un cojo”; y en la especie, quien ha dado muestras de hablar mucho, decir poco y contradecirse en los hechos, es López Obrador.
Ahí están como prueba sus “mañaneras” desde Palacio Nacional: critica, insulta y descalifica a los que piensan distinto a él; gira instrucciones a los legisladores de su (de él) partido; se contradice con las cifras o las presenta a su conveniencia según sea el caso; revela datos de particulares y poca información que por ley debe ser pública.
Luego entonces, ni tanta honestidad, ni tanta fraternidad, no existe el respeto ofrecido; se nota la inquina, el enojo, la falta de concordia y empatía. No hay dialogo y sí poca tolerancia.
Doz.- Así quedó de manifiesto en el asunto de la pretendida reforma electoral que impulsa AMLO y la resistencia que ha encontrado en buena parte de la sociedad civil y en los partidos políticos, más todavía cuando tuvieron el “atrevimiento” de organizar una marcha “en defensa de la democracia” el domingo anterior con relativo éxito.
Calificó a quienes se oponen a la reforma electoral propuesta por él: “clasistas”, “racistas”, “rateros”, “deshonestos”, “hipócritas”, “corruptos”, “corruptazos”, “neoliberales”, “conservadores”, “cretinos”, “simuladores”, “inmorales”, “fifís”, “ladinos”, “aspiracionistas”, “sabiondos”, “abyectos”, “serviles”, “barberos” y “lambiscones”. Así se refirió a los ciudadanos que asistirían a la marcha en defensa del INE.
Al día siguiente, lunes 21 de noviembre, el Presidente descalificó la marcha: “Fue un striptease político del conservadurismo, (…) marcharon en contra de la transformación”. Minimizó también su importancia, descalificó a políticos participantes, lista en pantalla se rio de ellos (con una risa forzada) y los retó a llenar el Zócalo, como si se tratara de una competencia.
Trez.- Aquí hemos manifestado la necesidad de reducir el número de diputados y senadores, sus “dietas”; disminuir el financiamiento púbico a partidos políticos; la pertinencia del voto electrónico y, en su caso, una segunda vuelta electoral; regular las excesivas prestaciones de los consejeros del INE.
Sí se requiere una reforma electoral, pero no en los tiempos ni en la forma que pretende el Presidente, pues da la impresión de que se colocaría a incondicionales en puestos claves y se beneficia al partido en el poder, busca controlar el proceso. AMLO ya sacó cuentas de votos y tiempo, tiene un plan B.
La semana del 2 al 9 de junio de 2023 será la última para que el Ejecutivo Federal publique cambios legales y éstos puedan aplicarse en los comicios del 2 de junio de 2024. De ahí la prisa.
P.D.- El día de la marcha, AMLO se fue a La Chingada a celebrar su cumple y Sheinbaum de “gira” en Veracruz…
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana.
Correo: profeohe@hotmail.com