Una película sumamente interesante, primero, porque es una cinta indie de bajo presupuesto e independiente, y de ciencia ficción. Además, tiene un mensaje urgente abordado con maestría y la actuación de Raffiella Chapman en el estelar es simplemente maravillosa.
Es la historia de Vesper, una niña de 13 años que quiere dar alivio al mundo apocalíptico en el que vive. Cualquier similitud con la realidad es intencional.
La adolescente vive con su padre, Darius (Richard Brake), un veterano de guerra que no puede hablar ni caminar. Un dron es su voz, y respira con un pulmón artificial. En vez de convivir con Darius, Vesper interactúa más con esto que llama “Pap”.
Pero los problemas de esta chica no están en casa, sino en un mundo oscuro, sin un ecosistema tras una crisis que entre una vegetación alterada y virus tras virus que han acabado con las fuentes de alimentación de los humanos, la sobrevivencia del planeta está en juego.
No todo mundo subsiste como Vesper, también a la “citadela” para los oligarcas y justo ahí es donde esta jovencita quiere ir. Según cree, unas semillas y unas plantas que ha logrado cultivar le abrirán las puertas de este espacio privilegiado. Ella cree que una semilla basta para cambiarlo todo, su padre considera que aún no entiende el precio de los sueños.
Es evidente que se está ante personajes que no permitirán que el mundo, por adverso que sea, los doblegue. Y vaya manera que tienen los realizadores Kristina Buozyte y Bruno Samper para hacer de toda esta trágica fantasía un filme muy reflexivo, profundo y divertido en la medida que se trata de una aventura difícil de comparar. Ahí está una excelente opción en Apple TV. ****
Punto final. – “Blonde” tiene tantas escenas innecesarias que se añora el final, cuando se está acaso a la mitad. Está en Netflix, por si quieren ver esta película.
