El13 de septiembre, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de América, actualizó su lista de personas y empresas especialmente designadas en su lucha en contra del narcotráfico y el lavado de dinero. Entre las empresas boletinadas, y persiste el bloqueo, se encuentra una que fue proveedora de instancias del Gobierno Federal y de diversos gobiernos estatales.
Se trata de Geofarma, SA de CV, que figuró en 35 contratos signados con instituciones públicas entre los años 2002 y 2007, por un monto total de 17 millones 179 mil 844 pesos con 65 centavos, de acuerdo con información obtenida a través de la página web quienesquien.wiki y que utiliza como fuente el portal CompraNet 3.0.
La empresa fue ligada desde 2010 con una red criminal que se dedicaba al blanqueo de capitales presuntamente provenientes del narcotráfico.
Con giro de producción y comercialización de productos farmacéuticos, Geofarma fue enlistada por autoridades estadounidenses junto con Punto Farmacéutico, SA de CV, así como Grupo F y F Medical Internacional de Equipos, y una serie de empresas inmobiliarias, turísticas, abarroteras y de lavado de autos que operaban en las ciudades de Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco de Zúñiga y Puerto Vallarta, Jalisco, teniendo como principal socio a Hassein Eduardo Figueroa Gómez, alias Ernesto Fernández Gómez.
Investigaciones de principios de la década anterior, ubicaban a Hassein y las compañías vinculadas por su presunta relación “con sujetos dedicados al narcotráfico como son: integrantes del ‘Cártel de Sinaloa’, ‘Beltrán Leyva’ y ‘La Familia Michoacana’, como se desprende del informe del parte informativo policial y de los oficios remitidos por el DEA, que en óbice de repeticiones innecesarias se tienen por transcritos como a la letra se insertasen (…)”.
El Informe de las autoridades mexicanas, influidas por las de Estados Unidos, señalaba: “integran una organización criminal de carácter internacional que tiene como modus vivendi importar pseudoefedrina proveniente de Europa, vía Bélgica, Francia y Asia, para la elaboración de metanfetamina y su comercialización en México y Estados Unidos, utilizando como medio de ocultamiento una mezcla o consolidado de productos farmacéuticos, a efecto de evitar el seguimiento a la mercancía o en su caso para disfrazar la mercancía haciéndola pasar por medicamentos u otra cosa, menos como precursores químicos”.
A la par de la ilícita introducción de la pseudoefedrina de China al país, a través del Aeropuerto de Cancún, Quintana Roo, los criminales importaban polvo para extinguidor, que después era cambiado y sacado de la terminal aérea por empleados de la misma para trasladarla a Jalisco, Michoacán, Nayarit y Durango, para ser utilizada en laboratorios clandestinos de producción de metanfetaminas.
Según la imputación, por la que fueron congeladas diversas cuentas bancarias, las empresas relacionadas con Figueroa eran utilizadas “para blanquear el capital proveniente de los pagos por el trasiego de droga que lleva a cabo la organización criminal de la cual son miembros los indiciados en mención, quienes por conducto de todas estas empresas, en su conjunto sirven de medio comisivo para el ocultamiento de estos recursos cuyo origen está demostrado al menos de manera indiciaria, con todo el cúmulo de probanzas mencionadas en el presente acuerdo de aseguramiento (…)”.
A la fecha, una decena de inmuebles y por lo menos 12 empresas continúan en la lista de designaciones de la OFAC, con la intención de que los estadounidenses no establezcan ningún tipo de relación comercial o financiera con dichas entidades.
CLIENTAZOS
En el caso de Geofarma, SA de CV, se conoce a través de Compranet 3.0 que en la década antepasada, entre 2002 y 2007, fue proveedora de medicamentos de al menos 13 dependencias públicas: Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena), Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Hospital General de México, Instituto Nacional de Cancerología, Hospital Juárez de México, Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Dr. Manuel Velasco Suárez. También destacan el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, Instituto Nacional de Perinatología e Instituto Nacional de Pediatría. Además de los Servicios de Salud de los gobiernos estatales de Nayarit, Jalisco, Michoacán y Puebla.
La Sedena, con tres adjudicaciones directas, adquirió de Geofarma más de 3 millones 800 mil pesos de productos farmacéuticos, tales como 20 mil dosis de vacuna triple viral (rubeola, sarampión y parotiditis); 4 mil vacunas antineumococcica y mil 594 vacunas anti-influenza y mil piezas de Cefepima Sol, polvo fórmula inyectable para infecciones bacterianas. Todas las compras datan de diciembre de 2003, según destaca quienesquien.wiki, citando como fuente a Compranet 3.0.
Sin embargo, la Sedena no fue el cliente principal de esa compañía farmacéutica, pues el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Dr. Manuel Velasco Suárez, de la Ciudad de México, realizó ocho operaciones de compra entre 2003 y 2006, todas mediante licitación pública, por un monto total de 5 millones 181 mil 644 pesos con 30 centavos. Los principales productos adquiridos fueron Amoxicilina, Ketorolaco, Clonazepam, Metronidazol, Ambroxol, Bromuro de Vecuronio, Diclofenaco, Ranitidina, Salbutamol, así como trajes, batas, sábanas y equipo hospitalario.
Por su parte, el IMSS, en siete compras por adquisición directa, erogó 680 mil 911 pesos con 75 centavos en favor de Geofarma entre 2004 y 2006. En la descripción de los productos comprados, se asentaba de manera genérica: medicamentos sin especificar de qué tipo. Si acaso, sólo en dos de las siete operaciones se estableció que la mercancía adquirida fueron Propofol y Travoprost.
El consorcio que permanece boletinado por autoridades estadounidenses también vendía medicinas a los gobiernos de los estados, a través de sus respectivas secretarías de Salud. Nayarit adquirió, en dos operaciones, mediante licitación pública entre 2004 y 2007, 808 mil 927 pesos en productos. Le siguió Jalisco, en 2004, con compras por 551 mil 400 pesos; Michoacán, en ese mismo año, 251 mil 409 pesos 60 centavos; y Puebla, también en esa anualidad, por 126 mil 704 pesos 70 centavos.
El Instituto Nacional de Cancerología, en dos licitaciones públicas, en 2003 y 2004, compró a Geofarma como proveedor, 4 millones 992 mil 220 pesos de medicamentos. Los anestésicos generales fueron los productos que predominaban, pero también se adquirieron corticoides y broncodilatadores, tanto asmáticos como descongestivos respiratorios. En aquel entonces nadie sospechaba de esa compañía farmacéutica.
El Hospital General de México hizo negocios con la firma hoy cuestionada en tres ocasiones, entre 2002 y 2004, dos veces por licitación pública y una por adjudicación directa; pagó 441 mil 132 pesos con 5 centavos por Nadroparina inyectable, Clorfenamina, Enoxaparina, Fitomenadiona, Verapamilo, Digoxina, suspensión oral de aluminio, Tolbutamida y Salbutamol, entre otros medicamentos.
En 2003. El Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán gastó 61 mil 800 pesos en sueros, vacunas e inmunoterapia (gama globulinas).
Otro hospital, el Juárez de México, en dos adjudicaciones directas y una licitación pública en 2002 y 2003, apenas sufragó 27 mil 382 pesos en soluciones para atender insuficiencias cardiacas agudas y crónicas, 120 antiarrítmicos, broncodilatadores antiasmáticos y descongestivos respiratorios, así como diversas ampolletas.
En 2004, el Instituto de Pediatría, a través de su Departamento de Adquisiciones, compró a Geofarma unas cuantas tabletas de Alopurinol y otras de Amoxicilina por 580 pesos. Y en 2005, el Instituto de Perinatología Isidro Espinosa de los Reyes, para la Salud Reproductiva y Perinatal, hizo lo propio con una cuenta de 3 mil 595 pesos con 58 centavos en pago de Furosemida, Metronizdazol y Ambroxol.