Por lo visto, los mexicanos caímos en el juego del Presidente López Obrador: a crispación, el encono, las diferencias que generalmente los seguidores de quien “gobierna” defienden con majaderías. Les resulta imposible discutir con argumentos. Ellos tienen que insultar y por supuesto mencionar al “coco” de su tlatoani: el ex presidente Felipe Calderón.
Por cuestiones de trabajo hemos tenido la oportunidad de conocer muy de cerca a incontables hombres y mujeres que dedican sus esfuerzos a cuidar la seguridad pública. Cada uno de esos elementos tiene su propia historia, como la de cualquiera de nosotros. La mayoría tiene pasión por su trabajo; viven convencidos de que supieron escoger y en lo posible buscan la forma de servir adecuadamente.
Prietitos en el arroz los hay en ese núcleo humano, como existe en el de cada uno de los gremios o profesiones. Lo terrible es que en este momento, en esta época, cuando se trata de descalificar a una persona, arrasan con todo el gremio. Eso no es justo. Si tenemos la oportunidad de señalar con nombre, hagámoslo, sin temores o cobardías; pero no es justo descalificar a todos, porque uno de ellos falla.
Los asesinatos, con los nuevos sistemas de depravación total: descuartizar al ser humano, es el culmen de la maldad. Matar a niños y jovencitos, que ningún mal pueden hacer, deberían merecer el peor de los castigos. Los secuestros, los robos, incluyendo a personas en situación de pobreza, son conductas abominables que se suceden una y otra vez porque existe la impunidad. El perenne dolor de quienes sufren la pérdida de un ser querido, por lo menos debería tener la compensación de castigo para esos depredadores humanos.
Está haciendo mucha falta el Fortaseg (Subsidio para el Fortalecimiento de la Seguridad Pública Municipal y Estatal), desaparecido por YSQ para que entremos a la pobreza franciscana. Algo servía para equipamiento, fortalecimiento tecnológico, construcción de infraestructura y en general la mejora social contra la violencia. Era un gran programa, eliminado por Obrador y sus faraónicas obras que resultan barriles sin fondo. Según los expertos, su servicio será menor a las grandes pretensiones.
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Nota 1. La historia juzgará como se merece a un PRI cuyos miembros no se unieron para responder a México en momento de crisis social y político. Y todo para defender a un dirigente impresentable.
Nota 2. Se engañarán a sí mismos los poderes Legislativo y Judicial, pero el pueblo no les cree su autonomía. El único que manda en ellos es el Ejecutivo, y lo hace sin pudor ni respeto.
Nota 3. En esta época unipersonal de gobernar, quien se dedique al servicio público, debe tener cola corta.
Luz Elena Picos es directora de Red Social de Tijuana.
Correo electrónico: redsocialtijuana@hotmail.com www.lagacetaredsocial.com
