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lunes, mayo 6, 2024
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México, corrupción, inseguridad y militarización (Segunda parte)

Se consideran estados fallidos o en deterioro aquellos donde funciones básicas, como la seguridad, justicia, comercio, servicios u otros, el estado en menor o mayor grado ya no los abarca o ha abandonado y dejado a grupos criminales. Sea por complicidad o sometimiento de gobernantes y cuerpos policiales, hay protección de autodefensas (como Michoacán). Así, se ve en México que la extorsión a comercios se extiende cada vez peor.

Igual se consideran oligarquías y partidocracias cuando están bajo el control de unos cuantos partidos, grupos o familias que monopolizan la economía y el poder con niveles exagerados de clientelismo y corrupción política, que para explotar o monopolizar peor, se  enredan o permiten que el crimen organizado invada la sociedad.


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Ya describí cómo desde hace dos siglos en Francia, con la Brigada de la Sûreté (Seguridad) surgió la moderna seguridad interna con policías detectives en vez de pretorianos, por el peliculesco Eugène François Vidocq (nacido en 1775), truhan que la organiza al rehabilitarse, considerado el “padre” de la criminología metodológica. Murió en 1822.

Tras Vidocq y la Sûreté, los ingleses protestantes crearon en 1822 la aún pretoriana Royal Irish Constabulary, para reprimir a los católicos en Irlanda; casi dos décadas después, asesorados por Vidocq, iniciaron la Scotland Yard, pero con policías, no ex truhanes. Siguió la Royal Canadian Mounted Police en 1879. Un siglo después que en Europa, los E.UA. convirtieron una agencia federal en el FBI durante 1933, pero con agentes egresados de universidades. De ahí, esos países han avanzado más, agregando técnicas de autopsias forenses, huellas dactilares, análisis microscópicos, perfiles psicológicos, ADN y más. En México ¡aún nada!, tras 200 años seguimos subdesarrollados.

Acá los policías o agentes judiciales, muchas veces solo cuentan con preparatoria; apresan con hábitos descuidados. Igual los militares. Y al sr. López se le ocurrió una guardia anticuada, con elementos en veces violadores de derechos humanos, pues arrestan sin la ley, golpean o balacean, pero se les van los Ovidios Guzmán que los rodean y ganan.


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Claro que los militares son dignos cuando defienden a la patria, pero que la prensa zalamera halague que la solución contra el crimen sea una guardia obsoleta es desmerecerlos. Los políticos les faltan el respeto al exhibirlos de modo inútil, o les dan obras a unos cuantos jerarcas; eso es soborno. Soy de la generación de los 1950s a 1970s, recuerdo que con López Mateos, Díaz Ordaz, Echeverría y López Portillo el ejército reprimió a los sindicalizados y estudiantes; y en los primeros días del alzamiento zapatista, Salinas de Gortari envió aviones de bombardeo contra los poblados indígenas. Esas instancias los políticos hunden el prestigio del ejército.

Pablo González Casanova acotó en La democracia en México de 1967 que en el colonialismo “externo” los países usan sus fuerzas armadas para ocupar otros países, y en el colonialismo “interno” las abusan en reprimir a su propia gente.

Honrosamente me tocó la época en que todos los hombres jóvenes prestábamos el servicio militar conscripto (lo hice en 1970-1971) y sí creo que las fuerzas armadas son dignas al defender a la patria, pero la militarización no reduce el crimen; desde hace dos siglos en democracias modernas la seguridad interna se logran con fuerzas civiles. Decir que en México sufrimos corrupción no es atacar a la patria; al contrario, es verse valientemente al espejo.

No se necesita un Einstein ni un súper genio Leonardo Da Vinci para sacar cifras lógicas. La cantidad de 80 mil guardias nacionales se cita; razonémonos si en cambio se capacitarán como detectives de policía. Caray, de 130 millones de mexicanos somos mínimo cuatro millones en Baja California y nos tocaría al estado unos dos mil 500 Arsene Lupin o Sherlock Holmes. Y alcanzarían -sobrarían- agentes para investigar y detener a los asaltantes.

Ya tenemos toda una historia y escuela. Vidocq inició la metodología moderna con ex pillos, Scotland Yard lo subió a policías entrenados y el FBI lo elevó a graduados universitarios. En esto nos basamos firmemente para decirles a los políticos y al Sr. López que se forme una moderna Sûreté, Scotland Yard o FBI en México. Gracias por su paciencia.

 

Atentamente,

José Luis Haupt Gómez.

Tijuana, B.C.

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