Nelson Rolihlahla Mandela nació el 18 de julio de 1918 en Mvezo, Sudáfrica; creció en un entorno de segregación racial que le permitió ser consciente de las violaciones a los derechos humanos. Estudió la licenciatura en Artes. En 1942 se unió al Congreso Nacional Africano y se dedicó a la política. En 1944, se afilió al Congreso Nacional Africano y fundó, junto con otras personas, la Liga Juvenil del Congreso Nacional Africano, de la cual pasó a ser secretario nacional en 1948. En 1952, lanza la campaña de rebeldía, para la desobediencia civil contra las leyes injustas; se le condenó por la campaña y se le confinó a la ciudad de Johannesburgo por seis meses (durante este período pasó su examen de Derecho).
A finales de los años 50 se enfocó en la lucha contra la explotación obrera, la segregación en las universidades y en general contra las políticas del Apartheid, por lo que fue sentenciado a cinco años de prisión y, posteriormente, condenado a cadena perpetua hasta el 11 de febrero de 1990 que fue liberado. Tras su liberación fue el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente mediante sufragio universal.
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Mandela lideró a su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, cosa que se consiguió en 1994 con las primeras elecciones democráticas por sufragio universal. Mandela ganó las elecciones y fue presidente desde 1994 hasta 1999. Recibió más de 250 premios y reconocimientos internacionales durante cuatro décadas, incluido el Premio Nobel de la Paz. Falleció el 5 de diciembre de 2013 en Johannesburgo, tras cinco meses en estado crítico.
Durante su vida Nelson Mandela se dedicó al servicio de la humanidad. Actualmente, Nelson Mandela es sinónimo de la lucha contra el Apartheid (sistema de discriminación racial legalizada) por haber luchado contra la perniciosa ideología de que personas de origen racial diferente no podían convivir en igualdad y armonía.
Por ello, el 10 de noviembre de 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 18 de julio, día de su nacimiento, como el: “Día Internacional de Nelson Mandela”, reconociendo su trayectoria como líder y promotor de la lucha por la liberación, la unidad, y su contribución a la creación de una Sudáfrica no racial, no sexista y democrática, así como su dedicación al servicio de la humanidad a través de su labor humanitaria en los ámbitos de la solución de conflictos, las relaciones interraciales, la promoción y protección de los derechos humanos, la reconciliación, la igualdad entre los géneros, la defensa de las comunidades pobres y subdesarrolladas, la lucha por la democracia a nivel internacional y a la promoción de una cultura de paz en todo el mundo.
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Este día también se utiliza para promover condiciones de encarcelamiento dignas y sensibilizar acerca del hecho de que las personas privadas de la libertad son parte de nuestra sociedad, así como valorar la labor de las personas servidoras públicas del sistema penitenciario como un servicio de mucha importancia. Por ello, es importante enfocar los esfuerzos para fortalecer los procesos que permitan y favorezcan la reinserción social de las personas privadas de la libertad, pues al encontrarse cumpliendo una sentencia privativa de la libertad no se pierden todos los derechos, sino solo algunos de los derechos civiles y políticos.
Por lo anterior, dedico este texto para que todas las personas conozcan el magnífico trabajo que realizó Mandela y para promover la inclusión y la no discriminación especialmente por condiciones raciales. Y resalto la importancia de generar políticas para la prevención y eliminación de la discriminación.
Melba Adriana Olvera fue presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Baja California.
Correo: melbaadriana@hotmail.com
