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viernes, octubre 25, 2024
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La herencia del miedo

Joaquín “El Chapo” Guzmán es un enamorado. Lugar a donde va se parece al “Juan Charrasqueado” del viejo corrido: “…de aquellos campos no dejaba ni una flor”. Desde joven le apasionaban las mujeres. Andaba como chupamirto, picoteando y sin parar. Pero lo malvado no le quita el cariño. Trata muy bien a las damas, las llena de regalos. Dinero. Y sobre todo mucho, mucho, pero mucho amor. Su vida está marcada por tres mujeres. Las ha querido con ganas: Estela Peña García de Compostela, Nayarit. María Alejandrina Salazar Hernández sigue viviendo en Guadalajara; es la madre del famoso “Chapito” Archibaldo Iván, encarcelado más por capricho de la PGR y no tanto por razón jurídica. Aparte de esas damas está Griselda López, mujerona bella del merito Culiacán.

Pero aparte todo mundo lo sabe: Cuando “El Chapo” estaba encarcelado en “Puente Grande”, Jalisco, todos los reos se admiraban: Registraba como visita a cierta concubina, nunca su esposa. Naturalmente aprovechaba al máximo las visitas conyugales. Pero a los pocos meses cambiaba de belleza y registraba otra. Así se la pasó desde el año 93, un 10 de junio, hasta el 14 de enero 2001 cuando se fugó. Todavía en las últimas fotos tomadas durante una fiesta supuestamente en Badiraguato, Sinaloa, se le ve con una hermosa jovencita. Pelinegra. Bella. Carita redonda. Y aunque no aparece de cuerpo entero en la gráfica, se presume un hermoso cuerpo. No, si buenos gustos tiene “El Chapo”. Pero seguramente a estas alturas Joaquín debe tener otra parejita. Como cuando lo vieron en Puebla recién fugado. Llegó en una Suburban seguido de varias más. Se hospedó acompañado de una escultural güera; pasaron la noche sin molestias y al día siguiente se encarreraron para Veracruz. Nadie los siguió.

Osiel Cárdenas Guillén no se queda rezagado. Calificado como “más carita”, comparado con “El Chapo”, también le caen solitas las mujeres sin él buscarlas. Y como pasa con todos los narcotraficantes: No las maltratan ni les pegan. Mucho mimo. Hartos regalos. Buenos vestidos. No se diga autos y naturalmente dinero de sobra. Aun estando en la prisión de “La Palma” le sobran admiradoras, sobre todo de Reynosa, Matamoros y Ciudad Miguel Alemán. Me cuentan cómo lo querían en Nuevo Laredo. Pero después de tanta matazón con sus “Zetas”, la querencia se convirtió en temor. Tiene visitas en la cárcel, pero no tantas como “El Chapo” cuando estaba enjaulado. Contrario a Joaquín, no hay fotos donde esté acompañado de alguna dama. Tengo la impresión sobre cómo se ha cuidado y protegido también a su pareja permanente o de paso. Nada más por gusto.

“El Chapo” y Osiel son los causantes de la gran violencia. Mandan a sus achichincles a pelear a muerte en Acapulco, Zihuatanejo y Nuevo Laredo. Guzmán Loera tiene un equipo con ex militares traidores, pero no tantos como Osiel y sus famosos “Zetas”. Siempre ha sido sanguinario Cárdenas Guillén. Ahora resalta porque sus matones compran a todos los policías. Rápidamente en Tamaulipas y Guerrero. Si les fallan, ordena matarlos como decían Pancho Villa: En caliente. Cada vez son más espectaculares sus ataques. Se valen de los conocimientos técnicos como traidores desertores. Por eso asaltan con granadas y capturan fácilmente a los policías traidores (les cortan la cabeza o las manos). Y hasta se atreven a dejar mensajes cerca de los difuntos: “Para que aprendan a respetar”. Igual lo hacían en Nuevo Laredo cuando sorprendían a los grupos de “El Chapo”.

Joaquín “El Chapo” Guzmán

El Presidente de la República anunció sorpresivamente: Extradición de los principales capos encarcelados. Hasta se modificaron las leyes. Sin entrar en muchos detalles: Desapareció aquello de no poder enviarlos al país reclamante mientras no cumplieran su sentencia en México. Pero las leyes cambiaron. México los puede “prestar” a la justicia norteamericana. Allá los juzgarán por los delitos pendientes, y después serán regresados a México. Así no hay duda. Nada más cubren el proceso aquí. Y aunque lo ganen, se los llevan derechito a las prisiones norteamericanas.

Tristemente la malaventura apareció: Vicente Fox se quedó como en muchas de sus promesas: Se le olvidan y las incumple. Está obligado extraditar antes de todos a Osiel Cárdenas Guillén, pero me supongo tiene miedo. No se le vayan a meter “Los Zetas” en parvada a Los Pinos o su rancho sancristobaleño. Granadas y ametralladoras les van sobrar para vengarse. Ya de perdido caerán en las oficinas de la Procuraduría General de la República. Imagino no se necesita tanto papeleo para extraditar principalmente a Osiel. De hacerlo, con el tiempo descabezaría a su salvaje grupo de “Zetas”. Desde Estados Unidos ya no tendría forma de seguir ordenando. Ahorita lo hace desde “La Palma” cuando quiere y se le antoja. Para eso tiene sus “correos”. Le sirven a la perfección.

Pero no basta la extradición. Es necesario recapturar a “El Chapo”. Y también mandarlo a Estados Unidos. Solamente así se terminaría con la terrible violencia. Uno y otro están tercos en matarse y acabar con su cartel. Ya llevan años. Desde cuando Guzmán Loera se fugó de “Puente Grande”. Invadió Nuevo Laredo. Allí empezaron las matazones. Luego Osiel movilizó sus tropas a Guerrero para tratar de acabar con el contra de “El Chapo” y en esas están. Pero así como me da la impresión del miedo presidencial con Osiel, supongo lo mismo con los hombres de Daniel Cabeza de Vaca. Temen a la venganza. Guzmán Loera les conoce sus pisadas. Tanto como para evitar ser recapturado.

De no realizarse la extradición y la aprehensión, Vicente Fox heredará a México el más grave problema del narcotráfico jamás visto en este país: Miedo.

 

Tomado de la colección Dobleplana de Jesús Blancornelas,

publicado por primera vez en mayo de 2006.

Autor(a)

Jesús Blancornelas
Jesús Blancornelas
Jesús Blancornelas Jesús Blancornelas JesusBlancornelas 15 jesus@zeta.com
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