La negativa de la Cámara de Diputados no pasó desapercibida para el gobernador de Baja California Sur y la presidenta estatal del PAN, quienes enfocaron la discusión en cuestionar y defender a legisladores federales por su votación en contra de la reforma energética. En otro escenario, especialistas manifiestan su preocupación por la falta de interés de enfocar las políticas públicas en materia de generación de energía, para que México aporte su grano de arena en la lucha contra reloj que se vive por el calentamiento global
A mediados de abril, con 223 votos en contra y 275 a favor, la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión rechazó en lo general la iniciativa de reforma eléctrica del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Mientras la discusión se centró en una lucha entre partidos, activistas sudcalifornianos calificaron el proyecto como el desperdicio de una oportunidad de poner la implementación obligatoria de energías limpias en el punto que corresponde, por el riesgo que existe por el calentamiento global.
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Juan Carlos Díaz León, activista climático en Baja California Sur perteneciente a movimientos como Viernes por el Futuro, Jóvenes en Acción Climática y Acción por el Clima, expuso que los discursos antes y durante la discusión de la reforma, así como después de la votación, se centraron en “saqueos nacionales” y “defensa” de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Desde su perspectiva, López Obrador se fue a otro extremo en comparación con la reforma energética del expresidente Enrique Peña Nieto. Coincide en que no hubo puntos medios y hubo un intento de disfrazar de empoderamiento a la CFE.
No obstante, el activista recalcó que la propuesta de la Cuarta Transformación pretendía que el poder y el control de la generación y administración de energía recayeran en la burocracia política, con miras y seguridad de que el grupo se quedará en los gobiernos estatales y el Federal.
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“Fue un desperdicio de oportunidad ante una ola que es la 4T para dar un cambio, ya había una iniciativa, unos cambios. Pero había una mano política muy dura, que es la misma de la 4T”, dijo.
Recordó que las empresas extranjeras que trabajan en el sector energético de México, en su mayoría generan energías renovables. Muy pocas fuentes limpias le pertenecen a la CFE, tema que debió ser la clave del cambio en la reforma de AMLO.
El activista dice estar de acuerdo en buscar la soberanía nacional y en que la reforma de Peña Nieto trajo consigo desfalcos, saqueos y corrupción; sin embargo, fijó postura en contra de cómo se politizó y se llevó con bandera partidista la iniciativa.
“Pasó de ser una reforma de energías renovables y la crisis climática contra combustibles fósiles, a una reforma de CFE contra empresas extranjeras. Eso es lo que es un desperdicio, no es lo que la sociedad necesita”, contestó.
En foros organizados en Baja California Sur por diputados federales, Díaz León recalcó que no importa quién genera electricidad o quién se llena de dinero los bolsillos, sino tener agua en un futuro; en un escenario en el que se pelearon por el privilegio el sector público y el privado para quedarse con el mercado.
Enfatizó que la bancada de Morena no accedió a modificaciones que mejoraran el proyecto, incluso tuvo respuestas como “México no tiene tanta responsabilidad en el calentamiento global” por parte de diputados federales de Morena por Baja California Sur, como Rubén Muñoz Álvarez.
Aún está pendiente la duda: ¿Cómo se resolverá las emisiones de contaminantes y la aportación de México en la lucha contrarreloj para evitar el punto de no retorno frente al calentamiento global?
Tanto Juan Carlos como otros activistas por el cambio climático esperan que no cambie nada en los próximos tres años en Baja California Sur, lo que retrasa la lucha que ya no se puede postergar.
“La cosa no pinta bien. Cada vez va a ser una batalla de privilegios, de ‘a ver quién tiene más’, porque la gente que se quede sin ellos va a empezar a percibir los impactos de la crisis climática: la escasez de agua, la escasez de recursos, el aumento del nivel del mar, las sequías, los impactos, el aumento del calor”, finalizó.
Gobernador cuestiona a diputados; PAN defiende
Mientras activistas manifiestan su preocupación ante un escenario en el que los cambios políticos para detener el cambio climático ni siquiera están en la agenda de autoridades, el gobernador del Estado, Víctor Castro Cosío, reclamó a los diputados federales del Partido Acción Nacional (PAN) por Baja California Sur, Sonia Murillo y Marco Puppo, el haber votado en contra de la reforma energética.
“No sé con qué cara van a llegar los legisladores del PAN a Baja California Sur; son los dos panistas. No me extraña porque es su comportamiento, más bien me parece que van a tener muy poca cara para presentarse a la sociedad sudcaliforniana”, manifestó el mandatario.
Recalcó que los legisladores de oposición agredieron con su voto a las y los sudcalifornianos, ya que, aseguró, la reforma traería tarifas preferentes para los ayuntamientos y ahora se deben buscar mecanismos externos para que la electricidad no tenga un precio tan alto.
Advirtió que seguirá la lucha para que la industria energética, que incluye al gas, petróleo y electricidad, pase a ser parte de los bienes de la nación.
Por su parte, la presidenta estatal del PAN, Guadalupe Saldaña Cisneros, defendió a Puppo y Murillo por “haber votado de manera responsable” contra la “Ley Bartlett”.
Señaló que los diputados panistas han sido objeto de una peligrosa persecución, que es infundada por parte del Gobierno Federal y por Morena, solo por no coincidir.
“Es lamentable que desde la misma Presidencia de la República, el Estado esté promoviendo un discurso de odio, en lugar de prevenirlo y condenarlo. Hoy, con tantos feminicidios, con tanta violencia en nuestro país, con una economía que va en picada, estas acciones de sembrar odio no ayudan a la unidad que nuestro país requiere”, respondió.
