Narcotraficantes del Cartel de Sinaloa dominan ruta de trasiego de cocaína por el Océano Pacifico. Autoridades navales redoblan esfuerzos y en lo que va del sexenio han asegurado más de 17 toneladas del alcaloide tan solo por vía marítima. En los pocos meses que se puso en marcha el acuerdo “Entendimiento Bicentenario”, entre México y Estados Unidos, se han incautado diez toneladas de la droga proveniente de Sudamérica por aire y mar. Manzanillo, Lázaro Cárdenas, Chiapas, Ensenada, Acapulco y Guaymas son los puntos de mayor aseguramiento; detenidos 61 tripulantes de las embarcaciones, 21 extranjeros y 40 mexicanos
A pesar de que el tráfico de fentanilo se ha convertido en el boom de las organizaciones criminales mexicanas, principalmente para el Cártel de Sinaloa, es este mismo grupo delictivo el que no ha abandonado la ruta marítima de la cocaína proveniente de Sudamérica y ha motivado la intervención de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar), que ha tenido que emplearse a fondo para frenar el ilícito trasiego por las costas del Océano Pacifico.
El aseguramiento de cocaína es uno de los principales logros que presumen los gobiernos de México y Estados Unidos, a unos meses implementado el acuerdo de cooperación en materia de seguridad denominado “Entendimiento Bicentenario”. Mientras que en el caso mexicano se desmantela un laboratorio dedicado a fentanilo cada cinco días, suman diez las toneladas de cocaína interceptadas por aire y mar.
En el caso de la vía marítima, tan solo en lo que va de 2022, la Marina ha informado de por lo menos cinco acciones en las que fueron aseguradas seis toneladas 759 kilogramos del alcaloide, que llega a las costas del país en buques pesqueros o cargueros y en lanchas rápidas con dos o tres motores fuera de borda de alta potencia. En estos hechos fueron detenidas 20 personas que conformaban las tripulaciones, siete de ellas extranjeras.
De acuerdo con los comunicados emitidos por la dependencia naval, durante la presente administración gubernamental, del 1 de diciembre de 2018 al 26 de abril de 2022, han realizado unas 35 acciones de revisión a navíos o contendores, ya sea en altamar, en muelles o recintos portuarios aduanales, que arrojan como resultado el aseguramiento de casi 17 toneladas y media de cocaína, en 10 barcos y unas 25 embarcaciones menores.
En algunas de esas mismas acciones, se han asegurado 49 toneladas del precursor químico Bencilo, 210 kilos de Benzaldehído, más de cinco toneladas de metanfetamina en sus diversas presentaciones y más de 17.2 toneladas de marihuana, independientes a los operativos y actividades desarrolladas por elementos navales por aire o tierra. Incluso se descubrió una ruta de trasiego de marihuana de México a Chile, con salida en el puerto de Manzanillo.
En estos tres años y cuatro meses del sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador, se ha detenido a 61 presuntos transportistas de cocaína a través del mar, 21 de ellos de nacionalidad extranjera y 40 mexicanos. Se conoce que 12 de los capturados son originarios de Ecuador, cinco de Guatemala y cuatro de Colombia, quienes viajaban a bordo de las embarcaciones al momento de su intercepción y revisión.
De las 35 acciones, ocho tuvieron lugar en aguas o el recinto portuario de Manzanillo, Colima; seis en Lázaro Cárdenas, Michoacán; cinco en las costas de Chiapas; tres en Ensenada, Baja California; tres en Acapulco, Guerrero; y dos en Guaymas, Sonora. También, con una acción de la Marina en los siguientes puntos geográficos: San Felipe, Baja California; Puerto Salinas, Oaxaca; Puerto Libertad, Sonora; Topolobampo, Sinaloa; Puerto Vallarta, Jalisco; Majahual, Quintana Roo; Puerto Pichilingue y Cabo San Lucas, en Baja California Sur.
RETOMANDO RUTA
Las autoridades han identificado que traficantes afines a la organización criminal que encabeza Ismael “El Mayo” Zambada García, son quienes han continuado con la ruta marítima del Océano Pacifico para el trasiego de cocaína proveniente de Perú, Colombia y Ecuador, a bordo de barcos camaroneros, tiburoneros y de carga; haciendo escalas en Panamá y Guatemala, donde parte de los cargamentos sigue por tierra, y el grueso de la paquetería sigue su camino en un buque diverso o en lanchas veloces.
Se trata de los mismos trayectos que el Cártel de Sinaloa utilizaba desde principios de la década del nuevo milenio (con menos facilidades que en esa época), cuando el grupo delictivo tenía cooptadas algunas capitanías de puerto y empleaba agencias navieras para mover enormes barcos y realizar sus ilícitas travesías, dándose el lujo de clonar matrículas y banderas para confundir las autoridades navales. Ahora no gozan de tal apoyo y por eso algunos de sus cargamentos han sido interceptados.
Sin embargo, ahora a través de las embarcaciones pequeñas -de mayor velocidad- la droga sigue llegando a los puertos de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Colima, Sinaloa, Sonora y las Bajas Californias. Los barcos que continúan su camino hacia aguas internacionales frente a costas mexicanas, sin tocar tierra, descargan en altamar y las lanchas con dos o hasta tres motores hacen el resto. Cuando son descubiertos por las aeronaves de la Marina o sienten en riesgo sus operaciones, arrojan los bultos al mar.
Algunos de los viejos esquemas de los sinaloenses se mantienen, contando para ello con varias células que tienen una función específicamente asignada, en busca de asegurar el éxito de sus acciones: un grupo se encarga de la adquisición y trámites de las embarcaciones que se utilizan, cambiándoles de nombre y de propietario. Otra célula se ocupa de ir por la droga a Sudamérica o encontrarse con los cargamentos en Centroamérica para hacer el viaje a México. Otro equipo se encarga de la recepción en tierra para su trasiego en vehículos automotores o aeronaves hacia el Norte.
Con ese conocimiento, las autoridades marítimas mexicanas no se cruzan de brazos. La Armada de México ha destinado 142 buques y 92 aeronaves para cuidar los litorales de todo tipo de delincuencia, tanto narcotraficantes como los criminales que atentan contra el medio ambiente. Para las operaciones en el Golfo y en el Pacífico, la Marina tiene desplegados a seis mil 380 elementos, efectuando operaciones de Guardia Costera, para combatir el tráfico de armas, personas y mercancías.
De los diez buques asegurados en esta administración, dos tienen bandera de Dinamarca, otros son de Liberia, Panamá, Hong Kong, Japón, Colombia y Singapur; aunque la mayoría provenía de Ecuador o Colombia, lo que explica la nacionalidad de algunos de los tripulantes detenidos. En cuanto a las lanchas de tipo Go Fast, Eduardoño e Imemsa, algunas de ellas no contaban con registro ante las autoridades y eran utilizadas en la clandestinidad que otorgan los miles de kilómetros oceánicos.
LAS BAJAS CALIFORNIAS
Aunque no ocupan los primeros lugares en aseguramientos de cargas de cocaína vía marítima, porque en teoría la droga ya viene en camino por tierra o aire, Baja California y Baja California Sur, como destino del producto, son puntos geográficos con mucha cobertura de la Marina, realizándose las siguientes acciones de relevancia durante la presente administración:
El 14 de febrero de este año, policías navales realizaron una persecución vía área y marítima de una embarcación con dos motores fuera de borda aproximadamente a 168 kilómetros, al sur de Cabo San Lucas, Baja California Sur. Una vez que el navío fue interceptado se descubrió un cargamento de poco más de tres toneladas de cocaína. Los tres tripulantes (que llevaban consigo 107 bidones con aproximadamente cinco mil litros de combustible) fueron detenidos. La lancha fue remolcada a Cabo San Lucas y los arrestados puestos a disposición de un fiscal federal.
Antes, durante 2021, el 6 de octubre, elementos de la Guardia Costera, en las inmediaciones de El Marrón, en Ensenada, localizaron 79 bidones con casi cuatro mil litros de combustible, lo que les hizo sospechar del abastecimiento de embarcaciones para el narcotráfico. Al día siguiente, la tripulación de un avión King Air detectó una lancha Go Fast, con tres motores fuera de borda, que se desplazaba de manera irregular. Una patrulla oceánica, dos patrullas interceptoras, así como dos helicópteros, pudieron atrapar a los cinco tripulantes, que transportaban dos toneladas 443 kilos de metanfetamina, siete kilos de marihuana y tres mil 600 litros de gasolina preparada.
Previamente, el 20 de septiembre de 2021, personal de la Segunda Región Naval aseguró 49.4 kilogramos de cocaína, en instalaciones del Recinto Portuario de Ensenada. Un binomio canino de la Armada de México, en coordinación con personal de la Aduana Marítima, inspeccionaron un contenedor que fue descargado del buque portacontenedores “Vantage”, donde localizaron 50 paquetes envueltos en cinta adhesiva con el alcaloide. No hubo detenidos.
Otra revisión, pero en el interior del Recinto Portuario de Pichilingue, en Baja California Sur, puso al descubierto cinco paquetes con droga el 8 de julio de 2020. Tres binomios caninos realizaron una inspección rutinaria a dos tráileres de servicio de mensajería que dejarían habían tomado su carga de un viaje en contenedor marítimo. Los canes marcaron positivo en cuatro paquetes, que al ser inspeccionados contenían 146 kilos de metanfetamina; otro bulto tenía 396 gramos de marihuana.
Dos acciones más ocurrieron a principios del sexenio. El 4 de abril, elementos de Semar adscritos a los Sectores Navales de San Felipe y Puerto Peñasco, aseguraron en conjunto más de cuatro toneladas de marihuana y cristal, que eran transportadas en dos embarcaciones menores con motores fuera de borda de gran potencia, en las inmediaciones del Golfo de Santa Clara, Baja California. La primera de las lanchas fue abandonada tras una persecución en la delta del Río Colorado; mientras que la segunda fue localizada varada en inmediaciones de Isla Montague. Los tripulantes huyeron.