Con Victoria Rodríguez Ceja como gobernadora del Banco de México, el Gobierno Federal intentará sincronizar los intereses del banco central y Hacienda, pero hay poco espacio de maniobra ante la salida de capitales del país
En un entorno incierto en el que se desconoce el impacto que generará Ómicron -la nueva cepa del coronavirus-, el pronóstico económico para 2022 es reservado; sin embargo, los escenarios más probables indican que el próximo año, México y Baja California seguirán con presiones inflacionarias por encima del objetivo del Banco de México (Banxico) en detrimento del poder adquisitivo de la población.
En noviembre de 2021, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ya advertía que entre el segundo y tercer trimestre del año aumentó el porcentaje de la población, con un ingreso laboral inferior al valor de la canasta básica, al pasar de 29.9%a 40.7% en el país.
Por otro lado, el que persista una inflación alta también estaría frenando la recuperación económica del país en un “complicado equilibrio” entre alza de tasas de interés y crecimiento económico, así como un ambiente político que ahuyenta las inversiones.
Durante la primera quincena de diciembre de 2021, la inflación general en México registró un incremento de 0.10% respecto a la quincena inmediata anterior, con lo que se ubicó en 7.45% a tasa anual.
Por encima de esta media nacional se encuentra Tijuana, donde la inflación anual llegó a 10.19%, el dato más alto. Mientras Mexicali reportó una inflación de 8.12% en términos anuales.
Si bien, durante la primera quincena de diciembre la inflación en el país se desaceleró, especialistas consultados por ZETA estimaron que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) terminará 2021 en niveles cercanos al 7%, cifra superior al objetivo del Banxico, de 3% (+/- un punto porcentual).
Volver a la meta del banco central no se logrará durante 2022, año en que “si bien nos va”, rondará el 5% a tasa anual, coincidió la mayoría de los economistas. “Se va a tardar algunos años, al menos al final del sexenio, quizás como pasó en 2016, 2017 y 2018”, indicó Eliseo Díaz González, investigador de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef).
Explicó que hay una parte de inflación que es importada y tiene que ver con las presiones internacionales por problemas de logística y las tasas de interés en Estados Unidos, pero también hay factores que “están sueltos” en México y son determinantes.
Uno de ellos es el déficit público que habrá en 2022. “El año pasado tuvimos un déficit importante de 2.9% del Producto Interno Bruto (PIB) -el más grande desde 2017, cuando hubo muchas presiones de inflación-, pero a diferencia del gobierno de entonces, parece que ahora no se están preocupando por estar controlando el déficit. Es bajo, no es muy alto, pero los déficits provocan presiones inflacionarias de excesos de demanda”, expuso.
Díaz González consideró que, con la llegada de Victoria Rodríguez Ceja al Banxico a partir del 1 de enero de 2022, el gobierno pretende sincronizar los intereses del banco central y los de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
“El gobierno quiere mantener la actividad económica aumentando 6% el gasto, pero el incremento de la tasa de interés de Banxico neutraliza esos esfuerzos”, de manera que la intención del Gobierno de México es que se encuentren la política monetaria y la fiscal. Es decir, que las tasas de interés se mantengan bajas para que pueda haber crecimiento económico.
Sin embargo, el Banxico “está preocupado” porque la inflación ronda el 7% y, por mandato constitucional, está obligado a aplicar la política monetaria en función de que esta converja hacia su objetivo.
En 2020, “el Banxico sustituyó el nulo esfuerzo del gobierno por ayudar a la actividad económica” con el programa de rescate a los bancos, que bajaron la tasa de reserva de los depósitos bancarios para que los bancos pospusieran el pago de deuda a los deudores y eso está influyendo en un exceso de circulante y presiona la inflación”, señaló Díaz González.
Ahora la banca central debe subir la tasa de interés que dejó demasiado baja, “porque hay una salida de ahorro externo muy fuerte”, ya que los inversionistas están regresando a Estados Unidos.
Datos del Banxico indican que en 2021, la tenencia de bonos gubernamentales en pesos en manos extranjeras disminuyó en 14%, la caída más grande desde hace 20 años. Por lo que, en opinión del especialista, será “difícil” cumplir las metas de política fiscal del Gobierno Federal.
SE ALENTA RECUPERACIÓN ECONÓMICA
La actividad económica del país está desacelerándose. En días pasados, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que en noviembre, el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) estimó un crecimiento mensual de 0.5%, cifra menor a la reportada un mes antes, de 0.9%.
En términos anuales, el IOAE registró un incremento de 1.2%, sin embargo, fue el dato más bajo desde marzo pasado, cuando se reportó un crecimiento de 1.04%.
En opinión del investigador del Colef, México tendrá un crecimiento de 5.7% en 2021, y Baja California, cercano al 7%, como parte de un “rebote” ante la caída de 8.3% que tuvo la economía mexicana el año pasado.
“Tenemos ventaja respecto al país, a diferencia de lo que pasó en 2009, cuando la economía cayó alrededor del 5% en el país, pero en Baja California fue de 10%. Ahora pasó al revés, el país cayó mucho más y Baja California la mitad. Entonces, el Estado tiene más posibilidades de regresar y reconstruir su base económica, pero dependerá de Asia, de toda la parte electrónica y del sector automotriz”, advirtió.
Desde la perspectiva de Díaz González, la economía nacional crecerá alrededor del 3% del PIB en 2022, ya que no habrá efecto rebote: “El problema serán los años siguientes, que van a tener crecimientos más pequeños” por problemas clave, como falta de inversión, el panorama político tan anti económico y tan anti empresas. “Entonces está en duda que México recuperará ese 8.3% que cayó la economía en 2020, hacia 2023 y 2024”.
En ese sentido, dijo, el país tiene dos perspectivas sobre cómo enfrentar la crisis económica que hoy se vive. Puede ser como 2009, cuando no hubo un ajuste económico, debido a que no hubo necesidad de alzar las tasas de interés porque “los capitales salieron huyendo de Estados Unidos” y, el año siguiente, México ya estaba creciendo, pero conforme los años pasaron, el crecimiento fue cada vez menor “hasta que llegamos a 2019, en el que se volvió poquito negativo, de -0.1%, y en eso estábamos cuando inició la pandemia en 2020”.
La segunda perspectiva para enfrentar la crisis actual, tiene que ver con lo que el gobierno hizo en 1995, cuando se dispararon las tasas de interés, la inflación y el tipo de cambio. Variables de ajuste que sirvieron para impulsar a la economía y tener crecimiento hasta 2008 y 2009.
“Creo que el gobierno actual no está dispuesto a hacer lo que hizo Ernesto Zedillo, que hipotecó al país con el Fobaproa para sostener la actividad económica y evitar afectaciones a mediano plazo sobre la pobreza y la desigualdad. Ahora no lo van a hacer, evidentemente, pero puede pasar lo que en 2009. Nos viene una senda de crecimiento lento que finalmente nos pasa factura de nuevo, como está pasando ahora”, alertó Eliseo Díaz González.
Para Enrique Rovirosa, profesor de la Universidad del Valle de México, 2022 no será el año de la recuperación económica para México respecto a la caída económica que tuvo en 2020. Refirió que el consenso es que haya un crecimiento de 3.3% en el mejor de los casos.
“Si no hay crecimiento económico conforme a lo proyectado, no se cumplirán las expectativas de recaudación del gobierno, porque al haber menos ventas, hay menos recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA), del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y del Impuesto Sobre la Renta (ISR). Entonces, se genera un problema para las finanzas públicas, tanto a nivel federal, estatal y municipal, dado que las participaciones y las aportaciones están ligadas a la recaudación federal”, indicó.
En tanto, Roberto Fuentes Contreras, académico de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), compartió un escenario más positivo para el crecimiento económico para 2022, al considerar que el país podría crecer en rango de 3.5% a 4% del PIB:
“Todavía hay un proceso de recuperación económica. En Estados Unidos se prevé que el crecimiento que se obtenga en 2022, sea de tal nivel que logre o rebase el nivel de producción previo a la pandemia y esas son buenas noticias para México”.
Agregó que “en la medida en que sea más probable que Estados Unidos suba las tasas de interés”, incrementa la probabilidad de que el peso mexicano se deprecie.
“Si se llega a concretar el aumento de la tasa de interés en Estados Unidos, dependerá mucho la reacción del Banxico para que el tipo de cambio se mantenga en los niveles vistos, suba o inclusive disminuya”.
Por su parte, Enrique Rovirosa, ex presidente del Colegio de Economistas de Baja California, planteó que el dólar podría llegar a 22.50 pesos el próximo año, pero actualmente “no hay motivo para pensar que el peso de va a depreciar más, de inmediato”.
Sin embargo, de persistir el problema de logística en la distribución de mercancías, afectando más la producción de éstas y continúan incrementando los precios de los energéticos, el peso mexicano podría depreciarse.
PRECIO DEL PETRÓLEO EN FUNCIÓN DE LA DEMANDA
En opinión del catedrático Roberto Fuentes Contreras, el comportamiento de la variante Ómicron en la población, así como la posible restitución de medidas restrictivas, será determinante en el precio de los energéticos, particularmente del petróleo, estrechamente relacionado con la actividad económica global.
En la última sesión previa a Navidad, el precio el petróleo Brent del Mar del Norte ganó 2.16% para ubicarse en 76.92 dólares por tonel para entregas en el mismo mes. El West Texas Intermediate (WTI) subió 1.54% respecto a la jornada previa, para venderse en 73.88 dólares por tonel. Mientras la mezcla mexicana cotizó en 68.57 dólares por tonel, su nivel más alto en un mes, luego de disipados algunos temores sobre la letalidad de la nueva cepa del virus SARS-CoV-2 en cuanto a su letalidad, aunque Esta sea más contagiosa y vaya extendiéndose por México y el mundo.
“Se espera que en 2022 la recuperación económica continúe, a menos que Ómicron determine algo diferente”, previó el académico de la UABC, considerando que el escenario más probable es que el precio del petróleo se mantenga como se ha observado en los últimos meses.
“Hay elementos adicionales geopolíticos, cambios en el medio ambiente, que impactan la demanda de ese tipo de insumos a niveles no observados, por lo menos no en el periodo en que se observaba, y eso genera incrementos o variaciones importantes en el precio”, puntualizó Fuentes Contreras.