Voy a dejar de alumbrar
a la Tierra y Universo,
a ver si entienden con eso
y se dejan de pelear.
Me dejó Dios por misión
que calentara a la Tierra
y que en ella floreciera
la vida, la paz y el amor.
El mundo giraba solo,
no existía ni un ser viviente
y Dios le creó, inteligente,
un hombre de arcilla y lodo.
Eso nos dice la Biblia:
Que así comenzó la vida
y ni quién le contradiga,
fue la primera familia.
Adán le pidió al señor
de regalo a una amiga.
Dicen que de una costilla
le fabricó a su amor.
Sean peras o sean manzanas,
este cuento es de dudarse
y no hay cómo percatarse
si es verdad o son patrañas.
Y aquí comenzó el desmadre
entre Caín y Abel.
Fue muerto Abel por aquél
que era hermano de sangre.
Vinieron las religiones
y los hombres se apartaron,
luego todos se pelearon
llenos de confusiones.
Desde entonces hay matanzas:
todos creen tener razón;
defienden su religión
entre tanta discrepancia.
Por tanta maldad humana
voy a dejar de alumbrar.
No los voy a calentar,
no habrá sol hoy ni mañana.
Alberto Torres Barragán.
Tijuana, B.C.