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domingo, febrero 25, 2024
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Los estadistas son patriotas, no patrioteros

Cubrámonos y mantengamos distancia sin ser descuidados indolentes; no presumamos la ciencia moderna, vacunas, cohetes que va a la luna, bla, bla, bla, porque mamá Naturaleza, mediante un microscópico virus, ya nos está recordando nuestra pequeñez. Tijuana somos la ciudad fronteriza peor afectada, con más fallecidos que San Diego. Allá, la oficial de salubridad Dra. Wilma Wooten, diario a las 3 p.m. da un informe televisado; acá, solo cifras alegres.

Clístenes (570 a 507 a.C.) de Atenas, Grecia, desde 508 a.C.  está inmortalizado por implementar el sistema de democracia hace más de 2,500 años, elevando la sociedad griega -crecida de núcleos familiares, clanes o tribus, a poblaciones mucho más densas y complejas- al nivel social y político-administrativo más elevado.


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Pericles, de 469 a 429 a.C., afamado por no abusar su posición en revanchismos (vulgo “ajuste de cuentas”), mejoró las obras de la Acrópolis y majestuoso Partenón, elevando a Atenas al centro de finanzas, política, cultura y arte del mundo clásico.

En 1474, la joven princesa (Infanta, en protocolo nobiliario) de Castilla (España), Doña Isabel )1451-1504), casada al Infante Fernando de Aragón, asumió el trono en tiempos en que ese país sufría feudalismo atrincherado y bandidaje desbordado. Así creo la “Santa Hermandad” como policía; serenó a los señores feudales; y recuperó las últimas plazas de moros que habían invadido sus tierras. Al fallecer, dejó un país unificado, próspero y fortalecido.

En 1861, Abraham Lincoln (1809-1865) inició su presidencia en Estados Unidos ante el encono de los sureños esclavistas -promotores de la invasión a México en 1846- contra los nordistas no esclavistas, que estalló en guerra civil sangrienta de cuatro años.  En 1865, cerró con generoso discurso: “Con malicia hacia nadie, con caridad hacia todos […] procuremos […] hacer todo lo que pueda alcanzar […] una justa y duradera paz…”, y no permitió ajustes de cuentas.


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Las características en común de estas afamadas personalidades es que, en vez de rencor, dieron reconciliación y justicia, demostrando que firmeza no es sinónimo de odio ni brutalidad. Vieron hacia el futuro de sus naciones y les dieron unidad y prosperidad a sus habitantes, transformando a sus países en potencias. Y por eso se les honra como estadistas.

Cuánta falta nos hace a los mexicanos gobernantes de esos niveles. Porque sabemos que nuestra historia entristece a partir de la Independencia, plagada de políticos dados a fracasos, vengándose de rivales, por traiciones, asesinatos, invasiones, despilfarros de recursos públicos, endeudamientos y devaluaciones por sus frívolos excesos.

Que no lo repita el Sr. López; debilitó al sector salud antes de la pandemia, y da pobre ejemplo al pasearse saludando en poblados (aunque apartados y sin infectar). Envió a Marcelo Ebrard a cumplirle al Sr. Trump -primero en desdecirse de los migrantes, y recién en vender nuestro petróleo a deplorables precios de regalo- y la prensa partidista pinta a Ebrard, recáspita, como gran negociador. Y ahora mal aconsejan al Sr. López que apropie fondos públicos de manera (in)discrecional, lo que la mayoría de analistas señala degenerará en derroche “clientelar” de compra de votos. Mejor, para que no fracase, que baje subsidios a ninis y aproveche los ahorros para el sector salud.

En estos recientes 40 días, con la desaceleración mundial y la pandemia, y el peso devaluado en 20%, otra vez acaba de cargarnos más deuda con el Fondo Monetario Internacional; precisamente por eso, hoy debemos hacerles pensar a los políticos (del color que sean) que dejen de atizar envidias de pobres con dizques “fifís”, o divisionismos de dizques transformadores contra conservadores, sino que traten a todos los ciudadanos mexicanos con equidad y justeza ecuánime. Ya se le va desgastando su “canto de sirena”, igual que a Vicente Fox hace 20 años.

Ante el virus COVID-19, valoremos al personal médicos, de enfermería, primeros auxilios, sanidad; ya alertan los epidemiólogos que, aun cuando pase la etapa “pico” de esta pandemia, durará otros dos meses, y advierten un rebrote en invierno. Los alemanes y suizos, con su típica disciplina teutónica, son quienes más la han contenido; Singapur inició con medidas firmas, pero tras un éxito inicial se durmieron en sus laureles, bajaron la guardia y sufrieron un rebrote. No cometamos un error similar en México por indisciplina tercermundista.

No bajemos la guardia ni las precauciones.

Cuídense, cúbranse. Ánimo.

 

Atentamente,

José Luis Haupt Gómez.

Tijuana, B.C.

Autor(a)

Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez Carlos Sánchez CarlosSanchez 36 carlos@zetatijuana.com
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