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viernes, febrero 16, 2024
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Tampoco allá aplauden

De Trez en Trez

 


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Uno.- Cuando estaba por cumplir sus primeros 100 al frente del Gobierno Federal, y con un capital político bastante amplio, gozando aún de la luna de miel con el electorado que, harto de la corrupción, la violencia y otros males, le entregó sus votos, Andrés Manuel López Obrador tenía abiertos varios e importantes frentes de batalla; tantos que nos preguntábamos: ¿Hasta dónde le alcanzará ese capital? ¿Y cuánto durará el “amorío electorero”?


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Pues bien, cuando ha completado 15 meses de su periodo, el Presidente López Obrador ha tenido en las recientes semanas días harto difíciles, que bien podrían indicar -por lo menos- un distanciamiento con sus electores y un mayor enfrentamiento con quienes no están de acuerdo con su actuación, lo que ha motivado un descenso en su porcentaje de aprobación, que ha caído entre 10 y 15 por ciento en distintas encuestas, situación que evidentemente molesta a AMLO.

Y es que a los problemas efectivamente heredados de los dos sexenios panistas y del peñista, como la corrupción, la inseguridad, el crecimiento y empoderamiento mayor de la narcodelincuencia, la impunidad, el saqueo del erario, entre otros, se han sumado la improvisación, las ocurrencias, las pifias claras en algunos peliagudos asuntos; la insensibilidad y falta de empatía en otros; la evidente descoordinación en otras más; de tal forma que ya se le empieza a exigir al Presidente López Obrador los resultados que prometió.

Y hasta ahora, no ha cumplido del todo.

Los señalamientos en torno a esos asuntos han molestado al Presidente: se le ve tenso, pierde el control a veces; en muchas ocasiones “agarra monte” y responde deliberadamente lo que quiere y no lo que le preguntan; eleva el tono de voz y, en general, se le ve desgastado, repitiendo lo mismo y culpando a los mismos.

Doz.- Es que, desde que empezó el 2020, las cosas no han ido del todo bien; de por sí terminó no muy bien el año anterior, con la violencia a todo lo que da y con la masacre de la familia LeBarón, en la que murieron mujeres y niños a manos del crimen organizado, en un acto de extrema y reprobable violencia.

Luego vino la caminata por la paz y la justicia encabezada por el escritor Javier Sicilia y los hermanos LeBarón, misma que no fue recibida en Palacio Nacional por AMLO, con el pretexto de que no le gustan el “show”, lo que le acarreó muchas críticas de sus adversarios y de buena parte de la ciudadanía. En la actualidad, Julián LeBarón, uno de las cabezas principales de la familia, tuvo que irse de México a Estados Unidos; dijo, autoridades norteamericanas le alertaron de una amenaza cierta contra su vida. Eso debe haber incomodado a la Presidencia de la República.

A la par, la implementación a “bocajarro” del Insabi para subsistir al Seguro Popular también le trajo dolores de cabeza a la administración federal; se denunciaron cobros indebidos, falta de atención, escasez de medicamentos para el cáncer y falta de otros insumos médicos básicos. De nueva cuenta, han sido médicos residentes los denunciantes. Además, ha habido marchas de protesta de padres de niños con cáncer, paros laborales y protestas de personal médico, y luego… la negligencia en hospitales de Pemex, que ya ha causado víctimas mortales a quienes se les suministró medicamento contaminado.

Para acabarla de amolar (aunque presente desde finales de 2019), la amenaza del coronavirus empezó a extenderse por el mundo a principios de este año, hasta llegar a México; y aunque las autoridades sanitarias dicen estar preparadas para enfrentarlo, se percibe una falta de coordinación entre autoridades estatales y federales: las cuentas no les salen, y tratan de aparentar seguridad y conocimiento. Otra interrogante y más problemas, pero, sobre todo, desconfianza en los servicios de salud pública.

Se suma también el ambiente de violencia y de inseguridad en buena parte del país. Contrario a la información oficial, los homicidios no bajan; lo mismo mueren menores de edad, jóvenes estudiantes, y personajes públicos son atacados, y de nueva cuenta hay marchas de protesta para exigir paz y justicia, exigiendo fin a la impunidad con la que se mata en nuestro país.

Trez.- En visita a sus paisanos de Tabasco, AMLO hizo mohína porque, con abucheos y gritos en contra del gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, y del presidente municipal de Macuspana, Roberto Villalpando, los asistentes al mitin le reclamaron la no entrega de apoyos económicos y la falta de resultados de la 4T; AMLO se molestó, cambió su faz, casi gritó, amenazó con retirarse y les llamó politiqueros y grillos. Los encaró.

Entre otros asuntos, esos son algunos que no han complacido al Presidente López Obrador. Y se le nota.

Ya en noviembre de 2019, el periodista Martín Moreno escribió en Sin Embargo la nota “AMLO, fuera de control”, donde explica: “El presidente de México ya no escucha. Vocifera. El presidente de México ya no explica. Inventa. El presidente de México ya no debate. Insulta.” Ve a AMLO como un púgil, “tirando golpes al aire como boxeador novato […] Ciego ante los problemas, sordo ante los reclamos”.

El tiempo sigue avanzando…

 

Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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