John Roberts, presidente de la Suprema Corte de Estados Unidos, tomó posesión este jueves 16 de enero en el Senado de EE.UU., para presidir el juicio de destitución contra el mandatario estadounidense Donald Trump y después tomó juramento a los senadores que servirán como jurado.
La Constitución de EE.UU. ordena que el líder del poder judicial debe presidir el juicio en la Cámara alta. Por su parte, los 100 legisladores que fungirán como jurado, firmaron uno por uno el juramento para hacer “justicia imparcial” en el proceso político.
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La parte acusadora serán los fiscales, nombrados y aprobados ayer miércoles 15 de enero por la Cámara de Representantes. Estos son un equipo de demócratas que será liderado por el presidente del comité de Inteligencia, Adam Schiff y Jerrold Nadler. Además de ellos, estarán Zoe Lofgren, Hakeem Jeffries y los representantes Sylvia García, Val Demings y Jason Crow.
El Senado inició formalmente el jueves el juicio político contra Donald Trump por los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso. Las declaraciones de apertura del juicio, sólo el tercero en la historia de Estados Unidos contra un presidente, se esperan para el martes 21 de enero.
Schiff, que liderará a los fiscales que construirán el caso contra Trump, leyó al Senado la resolución de los artículos por los que se acusa al presidente estadounidense: Abuso de poder y Obstrucción al Congreso.
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El abuso de poder citado por la Cámara baja incluye la retención de Trump de 391 millones de dólares en ayuda de seguridad para Ucrania, una medida que los demócratas han dicho que intentó presionar a Kiev para que investigue a Joe Biden, el más probable rival del mandatario en la elección presidencial del 3 de noviembre.
El segundo artículo acusa a Trump de obstruir las investigaciones del Congreso en torno a este tema, al bloquear testimonios y ordenar que no se cooperara con el Poder Legislativo.
Trump se convirtió en el tercer presidente en la historia de EE.UU. en enfrentar juicio en la Cámara alta. Los otros dos fueron Andrew Johnson en 1868, por despedir a un secretario del gabinete sin el consentimiento del Congreso, y Bill Clinton, en 1998, por perjurio y obstrucción de la justicia.
No obstante, tanto Johnson como Clinton fueron absueltos, por lo que se quedaron en el cargo. Por otra parte, el Richard M. Nixon enfrentó un posible juicio político por obstrucción de la justicia, abuso de poder y desprecio del Congreso en relación con el escándalo de Watergate. Pero renunció en 1974, antes de que se llevara a cabo una votación en la Cámara de Representantes.
-Con información de AP y Reuters.
